250 años de historia no se cumplen todos los días. Son pocas las marcas que consiguen sobrevivir en un mercado tan colapsado como es el de la moda, en constante estado de ebullición y evolución. Birkenstock lo ha conseguido.
La firma alemana de calzado está de celebración, y como fiesta de su 200 aniversario ha creado una colección a través de su línea más premium, la 1774, que hace honor al año de fundación de la marca. Bajo el nombre de Eternal Sunshine, Birkenstock homenajea su tiempo en la industria, referente del calzado casual, con una propuesta muy especial.
Dividida en dos entregas, la primera de ellas ya está a la venta, mientras que la segunda verá la luz en el mes de agosto. En este primer lanzamiento, Birkenstock presenta los modelos Arizona y Milano, los más icónicos, ya existentes en el catálogo de la marca, pero reinterpretados con nuevos materiales para celebrar este momento tan especial para la marca.
La línea 1774 se ha convertido en un escaparate para creativas colaboraciones en el que se unen la excepcional calidad de esta marca especialista en calzado y su celebrada artesanía con marcas afines que comparten su misma pasión por el diseño y los procesos creativos. Y, precisamente, como fuente de creatividad que es, Birkenstock ha elevado su imaginario hasta California. La colección Eternal Sunshine homenajea en sus diseños y en su campaña a Los Ángeles y a su energía ecléctica, que se ha transmitido durante generaciones. Mucho color, mucha calidez y mucho calor como protagonistas de lo nuevo de la firma.
250 años de un calzado histórico y revolucionario
Con sede en Vettelschoß, en el distrito de Neuwied, al norte de Renania-Palatinado, Alemania, Birkenstock produce sandalias para todo el mundo.
Reconocidas por su contorneada suela hecha de corcho, que se adapta a la forma del pie de quien la usa, estas sandalias de cuero tienen una historia peculiar y revolucionaria para la época en la que vieron la luz. Hay que remontarse al año 1774, momento en el que se encuentran registros de Johann Adam Birkenstock como zapatero y súbdito, así lo detalla el archivo eclesiástico de la ciudad Langen-Bergheim en Hesse.
A partir de ese momento, el apellido cobra una importancia decisiva en el sector de los fabricantes de calzado. Tanta que 250 años más tarde seguimos hablando de ella. Tras Johann Adam, llegó Konrad Birkenstock, al cargo de zapaterías especializadas que fabricaban y vendían plantillas flexibles, en 1896. Sólo dos años más tarde, desarrolló un ciclo de charlas para adoctrinar a sus compañeros de profesión sobre esta plantilla y el calzado a medida: calzado de horma especial y con un arco muy pronunciado que permite que el pie esté seguro y estable. Ese ha sido el secreto de la marca Birkenstock que le ha permitido conservarse en el tiempo.