En el número 10 de la Plaza de las Salesas de Madrid se produjo un despertar olfativo y espiritual. Nada más entrar en la sala rodeada por los libros de una antigua librería jurídica, empezó un viaje a través de todos los sentidos en Abanuc, mediante las narrativas enfrascadas en los diez perfumes que compone Bibbi, la marca de perfumes de autor por la que apuesta esta biblioteca de fragancias nicho. Cargada de maletas y recién llegada del hotel, nos recibe su autora y fundadora Stina Segel (Suecia, 40 años), una diseñadora gráfica y desarrolladora conceptual que dejó todo atrás para convertirse en una sabueso de las esencias con su recién estrenada marca fundada en París.
Con su apodo como título, Bibbi es la parte que se desliga de Stina para embarcar a todos sus usuarios en una experiencia meditativa de color azul índigo, que al abrir los ojos, transporta hasta la costa oeste de Suecia donde convergen la playa con el bosque y el agua con los árboles. Para Stina, la fragancia es «el accesorio definitivo», junto a las gafas de sol. Dice que «es el velo que nos descubre al mundo, ya que es un elemento muy íntimo de acceso al público. Un simple olor puede llevar a un lugar completamente distinto, al relato de una historia pasada o nueva«.
Para historias, las que se almacenan dentro de la memoria de los distintos elementos naturales y espirituales que se fusionan en cada uno de estos envases transparentes de etiqueta y tapón azul oscuro. «Mis experiencias meditativas son mis principales inspiraciones. Me despierto en otra parte, en otro universo. Tengo encuentros y visiones. Esos viajes son los que quiero traducir en mis perfumes, sus esencias son una invitación a mi subconsciente», nos cuenta después de dar un sorbo al té que tiene preparado sobre la mesa.
Como profesional del desarrollo y del diseño de conceptos, Stina opina que la imagen de marca es igual de importante que las fragancias: «Antes de oler un aroma, la marca tiene que transmitir sensaciones en el primer vistazo. Quiero crear un interés diferente dentro de la industria de los perfumes que percibo tan genérica. Soy sueca, mujer y madre, tengo una historia distinta que contar y eso lo traduzco desde mi ángulo más personal en mi imaginario de marca y marketing«. Imágenes azules y borrosas son las que conceptualizan la estampa de Bibbi, como si la propia naturaleza transformadora de los aromas nos sumiesen en un trance: «El azul índigo es el color que veo en mis meditaciones. Bibbi es un viaje en azul».
Después de trabajar 12 años en su empresa de diseño gráfico y de ser freelance otros cuantos años, conoció a su pareja y padre de sus dos niñas. Este mismo fue también quien le abrió las puertas a este mundo, ya que trabajó para él en su compañía de perfumes como diseñadora gráfica, lo que significó el detonante del cambio de rumbo de Stina. En plena pandemia se puso a trabajar en su nuevo proyecto, Bibbi. Empezó a investigar su idea de negocio para descubrir cómo traducir sus experiencias meditativas en fragancias. De la mano de su espiritualidad y de su espíritu emprendedor, creó en un mismo proceso que llevó mucho tiempo, dedicación y pruebas, 10 fragancias.
Cada una de ellas con una narrativa olfativa detrás. Por ejemplo, Ghost of Tom es el bestseller por excelencia y transmite la idea de estar acompañados por entes que ayudan a recoger experiencias positivas «me recuerda a mi marido y lo irónico es que muchas parejas la comparten». Según Stina, una de sus historias favoritas es la de Iris Wallpaper: «Cuando murió la musa de Giuseppe Verdi -compositor romántico italiano de ópera-, Giuseppina Strepponi, el autor sumido en su gran lamento, decoró toda su casa con sus flores favoritas, los lirios. Hasta ahora, cuando visitas la Casa Verdi sigue oliendo muy parecido a los caramelos de violeta. Ese aroma tan dulce e ingenuo con un toque a vainilla que me recuerda a mis hijas, por lo que le tengo mucho cariño».
«Todas las fragancias están hechas para un uso libre y personal, es decir, puedes combinarlas entre sí, sean cuáles sean. No hay reglas. Al ser naturales y leves puedes hacer todo tipo de combinaciones. Juega con ellas, esto no es una cosa seria, encuentra tu propia historia» señala Stina, después de confesar que nunca ha llevado una única puesta, siempre combinaciones.
Stina como empresaria, madre y pareja. Bibbi como mindset meditativo. ¿Dónde está el equilibrio? Según ambas: «No hay. Si buscas un balance entre todas las facetas de tu vida, solo te vas a decepcionar. Lo único que puedes controlar es hacer las cosas lo mejor que puedas, diferenciar lo importante del resto y eso es la familia».
Tras vivir 10 historias distintas desde el olfato en una librería jurídica en el pleno centro de la capital, Bibbi permanece en Abanuc como una de las sagas de relatos de toda su estantería de perfumes de autor, desde donde se puede viajar al pasado o al subconsciente con un solo ‘flus’. ¿Quién dice que no se pueden oler las historias?