Esto podría ser una cuento de princesas pero es más bien un relato de terror. Todo empezó en 2022 cuando el marroquí Karim Bouyakhrichan, presunto cabecilla de la conocida como ‘Mocro Maffia’, amenazó de muerte a la princesa heredera al trono de Holanda, Amalia de Orange. La joven, que estaba a punto de mudarse a Ámsterdam para continuar sus estudios en Política, Psicología, Derecho y Economía, tuvo que abortar sus planes de mudarse a una residencia universitaria para volver al palacio real de la Haya, donde permaneció un tiempo rodeada por fuertes medidas de seguridad.
Tras muchos meses recluida sus padres, Guillermo y Máxima de Holanda, decidieron enviar a su hija a vivir a España. «No puede vivir en Ámsterdam y no puede salir (…) Esto tiene enormes consecuencias en su vida«, había declarado entonces su madre, la reina Máxima.
Ayer, este culebrón que bien podría dar para una serie, vivió un trágico punto de inflexión: tras quedar en libertad provisional por la Audiencia Provincial de Málaga Karim Bouyakhrichan se ha fugado. La Policía Nacional lo había detenido el pasado 10 de enero en Marbella. Bouyakhrichan es el cabecilla de Mocro Maffia, un grupo organizado que lucha por el control del narcotráfico en una de las mayores vías de entrada de droga a Europa, los puertos holandeses.
Según el periódico holandés Het Parool, Amalia había regresado a Ámsterdam y lleva varios meses viviendo en la capital holandesa, donde ha continuado con sus estudios. ¿Cambiará de nuevo su situación tras la fuga de Bouyakhrichan?
Una familia muy real
Amalia es la mayor de dos hermanas, Alexia, de 18 años, y Ariane, de 17. Los Orange presumen de ser una familia próxima y poco protocolaria. Hay imágenes de las tres hermanas vestidas de faralaes en la feria de Sevilla junto a sus padres y no es difícil ver a los reyes y sus hijas divertirse con el resto de ciudadanos, incluso bailar y cantar con ellos en lo que denominan «el día del Rey».
Guillermo y Máxima tienen especial cariño a la feria de Sevilla, el lugar donde s conocieron en 1999. Entonces, Guillermo Alejandro ocultó su identidad a Máxima, presentándose simplemente como «Alejandro». Cuando más tarde reveló que era el príncipe de Orange, ella pensó que estaba bromeando. Su noviazgo continuó en Nueva York antes de anunciar su compromiso en marzo de 2001 y casarse en febrero de 2002.
La princesa fue bautizada con una larga lista de nombres. Catalina-Amalia (nombres utilizados por sus miembros ancestrales de la Casa de Orange-Nassau); Beatriz (en honor a su abuela paterna, la reina Beatriz); Carmen (en honor a su abuela materna, la argentina Carmen Cerruti); Victoria (en honor a su madrina de bautismo, la princesa heredera Victoria de Suecia).
Amalia domina varios idiomas, y dos particularmente bien: el español, su lengua materna (su es argentina) y neerlandés, el idioma de su padre, de su familia y de su patria.
Felipe y Letizia, ¡gracias!
En la reciente visita de Estado de los reyes de España a Holanda, el rey Guillermo agradeció el apoyo de los monarcas españoles en el traslado de su hija a vivir a Madrid. “Todo ello fue posible gracias a la afectuosa dedicación de un gran número de conciudadanos y de sus majestades. Fue una conmovedora prueba de amistad en un periodo difícil. Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a sus majestades y a todos los que colaboraron en ese esfuerzo”, subrayó el monarca neerlandés en su discurso en la cena de gala ofrecida a los reyes de España en el Palacio Real de Ámsterdam.