Viajar a Ibiza para disfrutar del sol, la playa y la fiesta es lo normal. Viajar a Ibiza para acudir a un festival de cine es algo excepcional que ha ocurrido este fin de semana. Desde el viernes hasta el domingo la isla ha acogido la séptima edición de Ibicine con una propuesta única: ‘Viaje a 1999’. La temática de esta edición conmemora el 25 aniversario del que está considerado como el año de oro del séptimo arte. «Ese año se estrenaron películas icónicas como ‘Todo sobre mi madre’, ‘Matrix’, ‘American Beauty’, ‘El sexto Sentido’ o ‘La lengua de las Mariposas’, entre otras pelis míticas”, nos contaba al pie de la alfombra roja Helher Escribano (Ibiza, 37 años), la directora del festival, una mujer a la sin duda le gustan los retos.
«Cuando se me ocurrió la idea de crear un festival la gente me decía: ‘Estás loca eso nunca se ha hecho en ibiza’. Y pensé: ‘Ah sí, pues vamos a hacerlo», continúa esta mujer cuyo nombre Helher es el resultado de juntar su nombre, Helena, con su primer apellido, Herráez. Y así, esta española con aspecto de alemana, que estudió arquitectura en Barcelona y tras una estancia en México decidió dedicarse al cine, arrancó un proyecto tan ambicioso como complejo: «Cada año de Ibicine cuenta por siete, como los años de los perros. Conseguir patrocinio es difícil; que vengan los invitados también. Yo intento ser una ventana al mundo porque en Ibiza no hay muchos cines. Está el cine Regio, el Multicines, y el Teatro España de Santa Eulalia. Con que se mantengan los que hay, ya está bien», explicaba justo antes de que empezase la gala.
El teatro de Can Ventosa de Ibiza acogió la gala que arrancó a las seis de la tarde con una alfombra roja patrocinada por Adlib Ibiza y un desfile abierto al público que se retransmitió en vivo en la web de Ibicine. En el desfile participaron diez modelos que lucieron diseños de reconocidos diseñadores locales como Ibiza Stones, Ivanna Mestres, Monika Maxim, Vintage Ibiza y Virginia Vald y, en todos los casos, con las joyas de Elisa Pomar.
Invitados estrella
Este año los dos grandes invitados han sido el actor Leonardo Sbaraglia, que recibió el premio honorífico, y el productor argentino Axel Kuschevatzky, uno de los más prolíficos e interesantes, artífice de grandes éxitos como Argentina 1985 (2022); Relatos Salvajes (2014) o El Secreto de sus ojos (2009). Un tipo inquieto que hace cuatro años se mudó con su familia a Los Angeles –Argentina se le había quedado pequeña– y desde entonces se codea con grandes directores y está a punto de coproducidir una película con Martin Scorsese. Sus películas han recibido premios tan importantes como un Oscar, un Globo de Oro y un Goya, pero Axel parecía realmente conmovido cuando subió al escenario a recoger su Premio Astarté (que debe su nombre a una diosa del amor y la creación) y que por cierto, es una escultura realizada por el padre de Helher, igual de artista que su hija.
Los dos argentinos se emocionaron al recoger el premio. A Sbaraglia se le humedecieron los ojos recordando a su abuela Edelweiss, y cómo grababa en VHS las primeras actuaciones de su nieto para repasarlas con él cuando la iba a visitar. Axel por su lado tenía ganas de escenario. «¿Voy a ser breve? ¡NO!», bromeó con el público cuando subió a recoger su premio, haciendo alusión a lo mucho que les gusta hablar a los argentinos, más aún si es de sí mismos.
No fue el único gracioso esa noche. La cómica y presentadora Eva Soriano, conductora de la gala, supo arrancar más de una risa al público, incluso cuando la gala pareció alargarse un poquito más de la cuenta. Sus intervenciones eran frescas y desenfadadas y supo improvisar de maravilla cuando fue necesario. Las actuaciones tampoco tuvieron nada que envidiar a otros festivales con más presupuesto. La cantante Ruth Lorenzo interpretó dos temas en los que, aún cuando en un alarde de poderío no hacía uso del micrófono, su torrente de voz parecía no caber en el teatro –¡que voz portentosa la de esa mujer!–; y el grupo de percusionistas Toom Pak, cuatro tipos capaces de hacer música y baile con cualquier cosa que sirva de percusión: desde una caja de herramientas hasta un balón de baloncesto.
Todos, tanto artistas como patrocinadores, tuvieron su momento de gloria y pudieron subir al escenario para aplaudir o ser aplaudidos. Cuando terminó la gala artistas, promotores, técnicos, periodistas, modelos y modistas disfrutaron de un piscolabis al lado del teatro. Al día siguiente nos esperaba otra gran jornada: la grabación del podcast «Una de las nuestras» en Nassau Beach Club, donde Meridiiano y María Valero entrevistaron a Leonardo Sbaraglia y Axel Kuschevatzky. Antes no faltó una intervención de Jaume Ripoll, fundador de Filmin, contando cómo arrancó su amor por el cine y presentado su libro «Las películas que cambiaron nuestra vida». A nosotros este finde también nos cambió un poquito la vida. Y como nos dijo Helher antes de que empezara el festival: «Al día siguiente de que todo termine ya empiezo a pensar en la siguiente edición». ¿Algún sueño? «Que venga Robert de Niro». Por ahora su hotel, Nobu Ibiza, es uno de los patrocinadores. Por algo se empieza.