Se pasa el día en el campo y entre caballos y es habitual verla con ropa curtida que se pueda ensuciar sin problemas. Pero ayer apareció la royal que Teresa de Borbón lleva dentro. La abuela de la novia vistió un traje de dos piezas en color turquesa que dejó a todos impactados. Su look se convirtió en el más aclamado, no sólo in situ, también en redes sociales. Fue sin dudas una de las más elegantes de la boda.
Una boda por la que pasaron infinidad de personajes de la aristocracia española, del mundo empresarial y del sector político, como era de esperar. Pero a pesar de no ser la única en pasar por la batería de fotógrafos apelotonados a las puertas de la iglesia, Teresa de Borbón se adueñó de todas las críticas positivas por su estilo único con 86 años.
Fiel a su estilo y a su pasión por los caballos
Lo cierto es que Teresa de Borbón-Dos Sicilias siempre ha mantenido un estilo único durante toda su vida. Incluso con su mayor pasión en esta vida, los caballos, algo que se puede palpar perfectamente en una anécdota que contó al diario Horse Press. La realeza contó que cuando una de sus yeguas de El Canto de la Cruz estuvo apunto de parir, a ella le pilló regresando de una cena de protocolo. A pesar de llevar aún el traje y los tacones que usó para dicho evento, Teresa de Borbón ayudó a parir a su preciado animal. Incluso se untó su brazo con vaselina para comprobar el estado del feto dentro de su caballo. Todo esto con la edad de 79 años.
Su elegancia va ligada a los caballos. No sería ella nada sin estos preciosos animales que también han formado parte de la vida de otros miembros de la familia real, como la Infanta Elena y que doña Teresa heredó de su querido padre. Lo cierto es que este estilo no es nada propio de la realeza, aunque en parte, quien dicta el estilo propio de los royals son los propios royals.
El campo es el hábitat natural de Teresa de Borbón y El Canto de la Cruz el hogar donde decidió vivir junto con su marido, Íñigo Moreno de la Serna, también amante acérrimo de la naturaleza y la caza.
Pero la afición de Teresa de Borbón por la naturaleza va más allá de los establos. Fue campeona del tiro al pichón y ha sido incluso la única mujer en cazar toda la fauna mayor en España. Además, introdujo en España la raza de teckel de pelo duro y el drahthaar alemán, razas de perro que servirían perfectamente para la actividad de la caza que realizaba en su finca de Ciudad Real, La Toledana.
Un legado ligado a los caballos y la pérdida
A pesar de que sus caballos podrían considerarse unos hijos para doña Teresa, su alteza también ha tenido los suyos propios con Íñigo Moreno de la Serna. Concretamente 7 hijos, cuatro mujeres y tres varones, de los cuales solo Rodrigo es el único que sigue con vida. Fernando y Alfonso fallecieron repentinamente con edades muy tempranas. El primero, falleció en un accidente de moto en 2011 con 41 y años y el segundo murió 7 años más tarde a causa de un tumor cerebral.
Por suerte, para su único hijo varón con vida, doña Teresa ha podido ver como se Rodrigo contraía matrimonio con Casilda Guerrero-Burgos y Fernández de Córdoba, duquesa de Cardona, donde el año pasado tuvieron a su primer hijo.
No obstante, el legado de las herraduras sigue intacta en la familia Borbón-Dos Sicilias-Moreno de la Serna. Las hijas de doña Teresa han continuado con la afición a lomos de los caballos e incluso han competido en torneos importantes de hípica. Incluso su hija Clara, la más aventurera de la familia, llegó a probar en el mundo de los rallies, compitiendo también en varios torneos internacionales.
A pesar de que Teresa de Borbón haya colgado las herraduras y lleve una vida mucho más calmada en El Canto de la Cruz, su regreso a la objetivos de las cámaras han arrojado ilusión entre los acérrimos por la realeza española.