Fue el pasado 31 de diciembre, durante su discurso de Año Nuevo, cuando la reina Margarita de Dinamarca, de 83 años, anunció su deseo de dejar paso a la siguiente generación. Ella abdicaría y su primogénito, Federico, de 55 años, tomaría las riendas del país un día como hoy, 14 de enero, haciendo coincidir el acto con la celebración de su 52 aniversario como reina de los daneses.
La noticia de la marcha de Margarita II para dejar paso a su primer vástago, quien reina ya como Federico X, pilló por sorpresa a todos, ya que la soberana había manifestado siempre su voluntad de seguir en el trono hasta el final de sus días, algo que sí llevó a término Isabel II en Inglaterra. El alegato no ha sido otro que problemas de salud, los suficientes para no poder seguir el ritmo a su agenda real como soberana, pero puede que otra razón se haya colado en su decisión: lo rumores de infidelidad del hasta ahora príncipe heredero a su mujer Mary Donaldson, de 51 años, los cuales saltaron a principios del otoño de 2023 e hicieron descender drásticamente los índices de popularidad de Federico, que siempre ha sentido el látigo de su pueblo en el cogote. Sin ir más lejos, es conocido como el ‘príncipe turbo’, por su afición a la alta velocidad al volante y por ser el miembro más rebelde de toda su estirpe.
Teniendo en cuenta que Dinamarca contempla en sus leyes de sucesión dinástica que el primer descendiente nacido dentro del matrimonio real es el heredero, Federico se convirtió desde su nacimiento en el hijo llamado a suceder a su madre en esta actividad. Sabiendo esto, no es necesario para poner en peligro la continuidad de la monarquía en Dinamarca, por los escándalos protagonizados por el príncipe que un día sería rey, si en vez de agotar el reinado de la reina Margarita hasta su fallecimiento, arriesgándose a someter al país a la duda de si su hijo es o no apto para representarles, se puede provocar la retirada a tiempo de su madre y dejar el relevo hecho.
Por ello, tras 52 años en el trono, ser la reina más longeva del mundo y la única reina por derecho dinástico en activo, con permiso de la fallecida reina Isabel de Inglaterra, Margarita de Dinamarca deja hoy su labor como soberana para que Federico y su esposa, Mary Donaldson, se conviertan en reyes del país. Esto es, no hay divorcio. Los rumores de crisis en la pareja quedan archivados. Qué mejor forma de acallar una mala noticia que tapándola con una buena sobre los mismos protagonistas.
Ahora sólo hay una nueva generación de reyes, que trae consigo un nuevo príncipe heredero, el príncipe Christian, primogénito de los actuales reyes (que en palabras de Casa Real no modificará su agenda), y tres nuevos príncipes: Isabella, Vincent y Josephine, los otros tres hijos de Federico y Mary Donaldson. Y algo más: una nueva redistribución de la asignación real.
Asignación real: 12 millones de euros anuales para Federico. ¿Y para Mary?
Federico X de Dinamarca se convierte en rey de los daneses con los mismos derechos y obligaciones que su madre, quien abandona la jefatura del Estado pero mantiene el título de Alteza Real. Mismos derechos e idénticas obligaciones, pero cambian las capitulaciones, porque, aunque desde el año 2001 una ley regula el presupuesto de la familia real danesa, la coronación de Federico de Dinamarca alterará un reparto que decide el Gobierno y tiene que aprobar el Parlamento danés.
La hasta ahora reina Margarita II recibía una asignación real de 12 millones de euros anuales, pero esto no significaba que la cantidad fuera íntegramente para su patrimonio personal. De ahí, descontaba el mantenimiento de sus inmuebles, las visitas de Estados, los sueldos de los trabajadores, los banquetes, el vestuario y demás gastos, así como la asignación a su hermana Benedicta (1,3 millones de euros). También el sueldo que destinaba a su hijo, Federico, como príncipe heredero: hasta la fecha, unos tres millones de euros al año, de los cuales, destinaba un 10% (aproximadamente unos 300.000 euros anuales) a su mujer, la princesa Mary. Una cantidad que, tras hacer frente a los gastos, se calcula que Margarita se embolsaba una cifra aproximada de 1,5 millones de euros al año, a compartir con su marido, el príncipe Enrique de Dinamarca, fallecido en 2018, ya que nunca se llegó a conocer una asignación extra para el príncipe consorte.
Ahora, tras la abdicación, su Alteza Real Margarita de Dinamarca verá disminuida su asignación, que pasará a ser personal al ser recibida de manos del actual monarca y no al revés. Como su agenda oficial se verá considerablemente disminuida, el ‘sueldo’ también descenderá, aunque no haya trascendido la cantidad exacta. Pero esta cantidad no se ahorra, se reinvierte en los presupuestos de la familia.
Se prevé que Mary Donaldson, la primera reina australiana en el mundo, que subirá al trono de Dinamarca como la reina Mary (así lo ha confirmado Casa Real en un comunicado), multiplique por tres su asignación actual. La razón sería el aumento del volumen de actos oficiales como reina consorte; y haciendo los cálculos en bruto, de confirmarse este aumento, su cuantía podría rondar los 800.000 euros anuales. Una cifra que le sitúa muy por delante de los 411.000 euros anuales de Máxima de Holanda y los 148.105 euros anuales de la reina Letizia. De ser así, la reina Mary encabezaría la lista de las royals mejor pagadas del mundo.