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Julie Fuchs, soprano: “Me encanta Sara Montiel, soy muy vintage”

¿Una soprano tiktoker? Existe. La francesa Julie Fuchs tiene un objetivo: que la ópera sea más conocida y más cercana para todos. Hasta el 29 de diciembre interpreta Rigoletto en el Teatro Real. 

La evolución hacia la especialización ha convertido en un halago al multitasker que domina varias artes. Julie Fuchs (Meaux, Francia, 39 años) es una mulier universalis, una artesana de la voz y una artista hasta para respirar, hija de la cultura del esfuerzo. 

Café en mano, agenda atiborrada y satisfacción tras haber bordado, la noche anterior, el ensayo general para una ópera, Rigoletto, que lleva preparando meses. La primera pregunta puede parecer trivial, actualidad manda: 

Ha salido el wrapped de Spotify con lo más escuchado de 2023: Taylor Swift, Bad Bunny, The Weeknd, Drake, Peso Pluma, Feid… ¿Cuándo veremos a una cantante de ópera en esta lista?

[Risas] Reconozco que a alguno no lo conozco. Creo que hay que hacer la reflexión de que las cosas mejores no tienen siempre porqué ser las más famosas. Me encantaría que todo el mundo pudiera profundizar y conocer la ópera pero está bien así: hay gente que la conoce, hay gente curiosa e interesada; pero hay gente que no tiene esa curiosidad. Intento con mis redes sociales hacer la ópera más conocida y más cercana. La verdad es que la ópera es un mundo ya abierto pero la gente no lo sabe. Eso sí, ser muy famoso no es sinónimo de calidad. 

En este universo mainstream, ¿qué lugar tiene la ópera en la cultura contemporánea? 

Hay varios temas. La gente se queda en cuestiones que conocen y en esto tenemos un problema. La ópera ya es un contenido abierto y moderno, con una puesta en escena espectacular y vanguardista, con precios baratos comprando con anticipación, con el carné joven… La ópera es un género que se encuentra en un cambio constante. Tenemos que alcanzar nueva gente y ser innovadores pero también tenemos una audiencia a la que le gusta la tradición musical. Creo que como artistas tenemos la responsabilidad de salir de nuestra zona de confort. Si te mantienes dentro de tú ‘opera-box’ es menos arriesgado para tus contratos, imagen, agencia… Y algunos artistas tienen algo de miedo en romper esa barrera por lo que el mundo de la ópera pudiera pensar. 

¿Tú has salido de tu zona de confort?

Sí, en Francia he decidido aceptar la invitación de ser jurado de Prodiges [programa que lleva en antena desde 2014 y cuya versión española es Prodigios]. Cuando me llegó la propuesta tuve que replanteármelo porque es un concurso de música clásica, niños tocando instrumentos. No sé si es lo que queremos contar pero es el único acceso a la música clásica que mucha gente tiene.    

Tenía una profesora de literatura que decía, leed, lo que sea, pero leed… Algo similar puede pasar con la música clásica; hay que hacerla accesible para que la gente se acerque.

Exacto. Yo soy fan de la ópera, incluso antes de ser cantante, pero a veces voy a ver una obra y no me gusta. No pasa nada. Te puede gustar el cine y ver una película que no te gusta. No deberías pensar que no te gusta la ópera porque crees que va a ser de una determinada forma, y nunca has estado… O has visto una ópera y es muy larga… Creo que las mejores cosas en la vida son las que cuestan un poco lograrlas.

Vivimos en una época de saturación cultural y no todo tiene la misma difusión ni accesibilidad. Estamos habituados a plataformas como Netflix…  

Sí, yo creo que hay que llegar a todo el mundo. Y por eso realmente confío en que los niños necesitan estar en contacto con música clásica, incluso si requieren un esfuerzo por tu parte. Si no entrenamos el cerebro se vuelve perezoso. Tengo una iniciativa ‘óperas abiertas’ y trato de traer y atraer a gente que nunca ha ido a la ópera. Les doy entradas por primera vez y veo sus caras. Su respuesta es siempre muy positiva. 

¿Cuál es tu resumen de los temas más escuchados en este 2023? 

Tengo un hijo así que mi tema más escuchado es una canción francesa para niños.

Pero en cuanto al estilo, el primero es el Tango; me apasiona. Luego el pop, y luego la música clásica. Aunque creo que el pop es más por mi hijo, porque bailamos mucho en casa y le encanta Queen, Michael Jackson, la música hip-hop…

¿Cuál es el proceso de una soprano para preparar una ópera?

Puede cambiar según el proyecto pero la mayoría de las veces recibo una oferta a través de mi agencia, y tengo que decidir si lo cojo o no. Luego comienzas a trabajar en él para ver si se adapta a tu voz. La mayoría de los proyectos se presentan con cuatro años vista. Así que tienes que imaginar tu voz en cuatro años. Una vez que estoy de acuerdo con el proyecto, trato de preguntar quién va a dirigir y quién va a ser mi compañero principal en el escenario. Unos meses antes, tal vez un año antes, empiezo a abrir la partitura y trato de leer el libro primero para entrar en el ambiente y luego comienzo con la traducción con el texto. Luego viene la parte más difícil para mí. Me siento sola frente a mi piano y trabajo en la partitura. Y es complicado porque yo soy una persona de comunidad, social, soy una persona colectiva. Así que odio trabajar sola. La mayoría del tiempo tengo otra producción en el medio así que tengo que hacer malabares con los dos roles al mismo tiempo.

Sí que es complejo. Orfebrería del arte…

Sí, es realmente intenso. Hay otras cosas que no son trabajo pero sí son trabajo: enfermarte, problemas personales… Si el espectáculo es a las siete, se empieza a trabajar la noche anterior: descansar, es trabajo; lo que comes, es trabajo. Yo hago meditación, yoga, eso es trabajo. Repaso mi partitura, maquillaje… todo preparado para tres horas de espectáculo. Esa es la recompensa. No es trabajo. Una vez que estás en el escenario, yo digo, ahora puedo disfrutar.

Sobre Rigoletto, ¿qué nos podrías decir?

Aborda una temática que está en boga: el abuso a las mujeres. Ver cómo un padre puede ser violento y abusivo con su hija, sin abusar de ella sexualmente. Quien sí abusa de ella es el duque, mientras el padre no hace nada, y le pide a su hija que mire al Duque cuando él está haciendo cosas horribles. Creo que en la historia falta la figura de la madre. En cada ópera falta esa figura. Siempre hay padres. 

Has interpretado desde el Barroco hasta música contemporánea con énfasis en Mozart y el Bell Canto. ¿Hay algún género o compositor que te gustaría explorar más en el futuro?

No he cantado mucho temas de Bach. La mayoría de las veces me quieren para personajes sexis, divertidos y fuertes. Y me encanta. Pero no tienen idea de lo espiritual que soy. 

¿Una soprano canta en la ducha?

(Risas) No, porque casi siempre estoy cansada. Curiosamente lo hice mucho cuando estaba embarazada. Cuando llevo una semana de vacaciones y empiezo a cantar en la ducha pienso: quizá es hora de volver al trabajo. 

Usas las redes para acercar la ópera a un público más amplio con un TikTok muy activo y divertido. ¿Cómo crees que las plataformas están cambiando la percepción de la ópera? 

Creo que es una plataforma muy útil para hacer visible la ópera. No se trata de hacerla más moderna o más abierta porque ya lo es. Tiene que ser visible. La gente necesita sentir que el artista está jugando en la misma liga, como que somos el mismo tipo. 

¿Eres un poco adicta al trabajo?

Lo era, pero ya no tanto porque disfruto lo que hago. No necesito trabajar todo el tiempo pero amo mi trabajo y, cuando lo hago, quiero hacerlo bien. Estoy emocionalmente conectada con mi trabajo y, en cierta medida, es como dopamina para mí.

¿Qué opinión tienes sobre nuestro país? 

Conozco y amo España, el padre de mi hijo es español. Me encanta Sara Montiel.  [se lanza a cantar Fumando Espero]

Pensé que dirías Rosalía.

(Risas) ¡Ah, no, soy una persona vintage!

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