Laura Pausini no responde a las preguntas, más bien, las atrapa mientras vuelan antes de que lleguen hasta ella. Las sujeta en el aire con una sonrisa, y cuando las devuelve en forma de respuestas salen sonrientes, afiladas, chispeantes, hablando en una divertida mezcla de cinco idiomas.
“Hace cinco años que no vivía un día como hoy”, dice, con una excitación que se transmite. “Me he levantado muy pronto, me he duchado, me he hecho mi pelo mientras comía [desayunaba], me han maquillado y he empezado a grabar entrevistas ¡para 12 países del mundo! Acabaremos a las 10 de la noche. Hasta el 2018 todos mis días eran así: y, sinceramente, lo echaba de menos”, afirmaba con naturalidad el día que se hizo esta entrevista, con motivo de sus 30 años de profesión.
La italiana súperventas ha dibujado estos días un logo y lo ha puesto como imagen de perfil en todas sus redes sociales: se trata de un reloj de arena con forma de mujer que corre. No en vano, ha diseñado para sí un reto inaudito: una gira en 24 horas para celebrar sus 30 años de su triunfo en el festival de San Remo en 1993; comenzando en Nueva York por la tarde, pasando por Madrid [con la ayuda del cambio horario] y terminando en Milán por la noche, antes de que den las doce. “Y lo siento, pero si nos encontramos por el pasillo, no podré saludar [lo dice con pena], porque el foniatra y el entrenador me están preparando para este súper esfuerzo”.
“En este símbolo del logo que he hecho ahora”, explica sobre su declaración de intenciones, “hay un mensaje muy fuerte para mí misma, porque significa que quiero casi correr contra el tiempo y quiero sudar, quiero sudarme la vida. No quiero hacerme las uñas mirando atrás, quiero que la uña se rompa y saber que tengo que resolverlo en un segundo para salir a un escenario o hacer otra cosa importante. Esa es mi idea para la segunda parte de mi vida”.
No oculta Pausini que tenía varias ideas para celebrar las tres décadas: “Otra idea era empezar en Italia con una camioneta que se abría cada vez y se convertía en un pequeño escenario y, sin dar aviso a nadie, ir a treinta casas de treinta socios de mi club de fans. ¿Te imaginas? Empezando desde el sur de Italia y llegando hasta Lisboa en Portugal, cantando en cada casa una canción, pero contando los kilómetros y las horas, necesitaba por lo menos cinco días para hacerlo”.
“Es que no quiero celebrar durante muchos días mi 30 aniversario”, explica, “quiero celebrarlo el día mismo y que el día siguiente empiece una nueva etapa entonces”. La razón: renovarse o morir. “Lo fácil sería sentarse sobre lo que ya he tenido. Quiero demostrar todo lo que puedo hacer. Necesito tener miedo constante para sentirme viva, porque no me gusta saber cómo comportarme en cada situación, me siento como una actriz si sólo revivo cosas, necesito movimiento”.
En una palabra, resuma sus 30 años de carrera.
En una palabra yo diría ‘agradecimiento’. Y también… ‘locura’. Es una palabra que amo mucho, porque la locura te permite no ser siempre igual, no sentarte delante de las cosas que ya tienes. No se trata de ir a buscar más a nivel material, al contrario, cuando tienes muchas cosas materiales, te das cuenta de cuánto importan más las otras cosas. Se trata de mantener la ilusión y las ganas.
¿Considera la autenticidad como una clave de su éxito?
Es que ser auténtica para mí es ser normal. Nada más. Yo me siento muy incómoda cuando tengo que estudiar cómo ser. ¿Como los reyes de Inglaterra, que tienen sus normas y sus protocolos? No. Yo desde la escuela de infancia siempre fui un poco la rebelde. En ese pueblo pequeño en el que vivía y en el que la única diversión que teníamos después de la escuela era ir a la iglesia y estar allí con los educadores, imagínatelo. Durante la misa levantaba la mano y preguntaba al cura «disculpa, veo que hay muchas personas que están tomando la comunión, pero otras que no pueden, porque son divorciados o gays.. ¿por qué?, ¿me lo pueden explicar?» Imagínate el cura. Luego, cuando tenía 18 años me fui del pueblo para cantar en San Remo y a partir de ahí empecé a viajar: con el tiempo, el mismo cura vino un día y me dijo «te extraño mucho, tu locura, tus preguntas raras». Yo he nacido como soy y no creo que eso pueda cambiar. Sobre todo porque soy bastante feliz de ser así [ríe con toda la mandíbula].
¿Qué es lo que no ha cambiado en estos treinta años?
Yo es que lo diría al revés, qué ha cambiado. Soy la misma, lo único que ha cambiado es que en al principio era mucho más tímida y creo que el hecho de conocerme a mí misma, a través de los viajes, hablando con personas de diferentes naciones y culturas, eso me ha convertido en una persona más abierta. Nací en un pueblo muy pequeño, muy conservador. Y ahora soy una persona muy libre y abierta, especialmente cuando estoy fuera de Italia. En Italia tengo mucho más miedo y estoy más cohibida, pienso más en si se me juzgará mal, tengo mayor miedo de equivocarme. Ahora soy más libre y he aprendido a ser más extrovertida…
¿Cómo es su relación con España?
En España me siento segura y también amada. España fue el único país durante los treinta años que ha tenido el más grande éxito al principio y de repente tuve un momento de vacío musical, hasta un poco desapareciendo y yo sufría mucho por eso. Después, hace diez años más o menos, me preguntaron para hacer La Voz o El Hormiguero y recordé lo que sentía, estaba tan cómoda y libre aquí y no tenía miedo de equivocarme. Es que hasta los periodistas italianos me preguntan por qué en italiano eres así y en español eres más irónica y divertida.
¿Cuál podría ser la mejor palabra para definir la clave de su éxito?
No lo sé. No creo que el éxito se pueda definir en una palabra. Según mi opinión, después de tantos años, y cuanto más lo pienso, pienso que está hecho de varias cosas, opciones y casualidades. Ser auténtica ayuda, porque tú cuando sales a cantar estás desnuda delante del público, que cree en ti para darte esta vida. Yo me pregunto, ¿cómo se siente alguien dentro de sí mismo cuando sabe que lo que está mostrando a los demás es falso? Yo esto no lo puedo entender. Las personas no sólo te escuchan cantar, las personas confían y se apoyan en ti en su día a día, y si no eres verdadera les puedes decepcionar mucho.
¿Ha rechazado algún proyecto por esa razón?
Alguna vez sí que me han propuesto cantar alguna canción que sería súper fuerte o que sonaba a un éxito mundial en la radio. Pero es que si yo no soy esa, es que me avergüenzo de interpretarlo. Si no voy a poder defenderlo, no valgo, yo debo defender los labios que se abren y se cierran y dicen una cosa. Yo creo que este respeto es verdadero y otros muchos artistas lo tienen con su música [en una ocasión, paró una gira estadounidense porque se encontraba incómoda con el proyecto].
Alguien dijo que fue su talento lo que la había traído hasta España…
Sí, pero escucha, aquel día que yo canté en la televisión italiana y el jefe de Warner España miró en ese mismo minuto la televisión italiana, aquel día que estaba yo cantando y aquel señor dijo ‘esa canción me gusta, la podemos hacer en español’… pues si en ese momento le tocaba ir al baño [cambia a un tono muy irónico], ¡entonces yo no estaría aquí y a lo mejor yo no hubiera nunca sacado un disco en España, ni hablado tu idioma! Porque este señor y su compañía invirtieron tiempo, dinero y esfuerzo en mi lanzamiento en español. Por supuesto, si yo cantara como una vaca, o no hubiera tenido canciones como La soledad o Amores extraños, no hubiera sucedido.
Entonces, ¿acepta la importancia de la suerte?
Aunque mi madre me siga diciendo que no debo decirlo en las entrevistas, que he tenido suerte, ¡creo que de verdad que sí que la he tenido! [ríe a carcajadas]. Pero no se trata de suerte solamente, desde luego, porque treinta años de suerte… es mucha suerte. Claro, esto es imposible. Entre la disciplina, la dedicación, el esfuerzo, el sacrificio, el talento, el estudio… también está la suerte. La suerte, y las nuevas generaciones lo deben comprender, es parte de tu carrera. No es todo, pero juega un papel. Hay muchas personas que están en su casa y tienen talento y disciplina, pero sin una casualidad [llámalo suerte] su trabajo se queda ahí. Como también puede suceder y sucede lo contrario, que haya personas que tengan suerte pero no canten bien [ríe].
Suerte también de haber nacido en un instante y lugar determinados…
Claro, suerte de haber nacido en Europa, y de que siendo mujer puedo elegir qué quiero hacer y creer en algo que yo decido y no creer en otra cosa.
En un programa de televisión habló de su elevado patrimonio recientemente [La Resistencia].
Esas son de mis locuras… yo no tengo idea de si tenía más o menos en realidad que el señor con el que me comparaban. Lo hice para decir ‘qué importa si alguien está en el primero, segundo o tercer puesto’. La cosa buena es que me siento segura de lo que hago, y eso vale más que una cartera. La cartera la tengo, pero si me siento débil y poco segura de mí o no me gusta mi vida, no vale para nada… aunque seguramente estaba en el top 1 en aquel momento [ríe].
¿Se considera pionera como mujer?
Cuando gané el Festival de San Remo en el año 93, todos los que trabajaban conmigo eran hombres. Durante los primeros cinco o seis años de trabajo, toda la gente que tenía alrededor eran hombres y mayores, por eso quizás al principio era más tímida que ahora, porque me parecía que yo era demasiado pequeña y poca cosa para afrontar la opinión de todas estas personas que me rodeaban que eran todos hombres que sabían todo de la música y de la vida.
¿Qué mujeres exitosas le causaron un gran impacto?
Varias, seguramente en el mundo de la música una que me ha impactado mucho sería Madonna. Ella escribió una canción para mí en el año 2004 y me dijo que la ilusionaba saber que yo no cantaba en inglés, estaba harta de que todas las cantantes querían cantar en inglés, cuando los que no somos americanos ni ingleses somos muy afortunados porque porque podemos cantar en inglés y también en nuestro idioma.
¿Cómo describiría a Madonna?
Ella es una persona libre y muy abierta, muy curiosa. Al conocerla, me impactó mucho la manera en la que ella hablaba conmigo como si fuéramos dos amigas de la escuela, ¡como si ella no fuera Madonna! Sobre todo me impresiona el hecho de que se ha atrevido tanto siempre y que sus ideas han sido siempre escuchadas.
¿Cuál es la pregunta que menos le gusta le hagan?
A mí no me gusta cuando me hablan de política, me siento muy incómoda. Desde el día uno he dicho ‘no quiero decir de qué parte política soy’, y sinceramente, te lo digo de toda honestidad, ¡porque no lo sé! Especialmente en mi país, porque cada país tiene sus propias cosas, y políticamente hablando durante estos 30 años han cambiado muchas cosas. La primera vez que voté lo hice sin saber absolutamente nada del programa del partido al que estaba votando, simplemente porque una persona famosa que me gustaba muchísimo y de la que yo tenía el póster había dicho que votaría a este partido. Imagínate qué responsabilidad sé que tengo. Por eso he dicho siempre que no quiero influir a los demás con mi punto de vista, y también porque no estoy preparada para defender una postura. Además, en mi caso, no existe en Italia un partido con el que me identifique al 100%. Sin embargo cada uno o dos años me hacen caer en trampas, un día soy dictadora, otro día soy comunista…
En sus letras sí que da su opinión sobre distintos temas sociales…
Sí, porque no soy alguien que se disculpa, en lo que canto se ve muy directamente, no me escondo, escribo cosas claras en las canciones, he abierto un festival de San Remo hace unos años con una canción que se titula Similares, diciendo que si todos somos similares, deberíamos protegernos no dividirnos. No me he casado hasta ahora y he dicho mil veces que no lo hacía porque mis amigos homosexuales no podían casarse en mi país. Y lo que soy a nivel social y humanitario me parece muy claro y lo quiero defender porque sé de lo que hablamos … pero todo el resto me molesta cuando me usan. No quiero apoyar a ningún partido político porque ningún partido apoya a mis ideas.