Serena Williams anunció su retiro del tenis la semana pasada. En su entrevista con la revista Vogue, la tenista comentó: “Nunca me ha gustado la palabra jubilación. No me parece una palabra moderna. Tal vez la mejor palabra para describir lo que estoy haciendo es evolución. Me alejaré del tenis, pero haré otras cosas que son muy importantes para mí”.
Williams no está sola. Muchas personas, mucho mayores que ella (actualmente tiene 41 años), aseguran que la jubilación es un término anticuado que es mejor no utilizar.
En mi libro, La economía de la longevidad (2017), explico por qué la jubilación fue inventada. Cuesta creerlo, pero ese período, en donde se supone que debemos resignarnos a dejar el trabajo de nuestra vida, es un cuento.
La palabra jubilación, o sus variaciones, como alejarse y retirarse, se utilizaron por primera vez en el siglo XIX y principios del XX con el objetivo de eliminar a los trabajadores mayores de la fuerza laboral. En resumen, las piezas desgastadas tenían que ser retiradas y reemplazadas por piezas nuevas más jóvenes.
Las ideas no se vuelven reales por sí solas. Están adornadas con imágenes, instituciones, productos y políticas que en conjunto refuerzan un concepto que con el tiempo se arraiga tanto en la sociedad que se convierte en un hecho incuestionable de la vida. Como la jubilación.
La jubilación está enteramente relacionada a la vejez y a que es necesario retirarse, sin importar el tipo de trabajo que cada persona realice. No hay ciencia para definir que a los 65 años sea la edad óptima para jubilarnos y retirarnos, se trata simplemente de un legado del siglo XIX.
La idea que tenemos de jubilación está bastante definida: pasear por la playa, viajar a lugares exóticos, dormir, pasar tiempo con los nietos, pasear en bicicleta, tener tiempo para ir al bar a tomar algo (para aquellos que pueden permitírselo y que cuentan con una pensión o con una seguridad económica). Para quien no cuente con los recursos económicos, esto es inviable.
Serena Williams es un ícono de la sociedad y una estrella del tenis. Sus palabras ayudan, de forma lenta pero segura, a que el concepto actual de jubilación sea modificado. Incluso con su fama y fortuna, Williams admite en Vogue que está desgarrada. «No quiero que termine, pero al mismo tiempo estoy lista para lo que sigue». No está sola, todos necesitamos ayuda para descubrir qué sigue a cualquier edad.
Su idea de una vida en constante evolución es acertada. Hay un momento, ya sea por elección o por las circunstancias, en que alguien puede optar por jubilarse en el sentido clásico. Sin embargo, todos debemos prepararnos para nuestra propia evolución no solo en la vejez, sino en cualquier momento que lo veamos necesario.
Así como el concepto de jubilación se cultivó y promovió durante el siglo pasado, el gobierno, las empresas, los empleadores y la sociedad en general ahora deben de reconocer que muchos sienten una necesidad de cambio y evolución a lo largo de la vida.
En lugar de encasillar la carrera profesional como solo una sola profesión ¿Cómo podrían las escuelas preparar a los niños para una vida de cambio constante? ¿Cómo pueden los colegios y universidades desarrollar programas que permitan a las personas cambiar de profesión varias veces a lo largo de la vida? Para transformar el concepto arraigado de jubilación no solo son necesarias las políticas públicas. También depende de nosotros mismos.
Serena Williams mencionó el concepto actual de jubilación y su importancia en la vida. Tiene el coraje para hacerlo. Eso significa que este tema ya no es solo una discusión académica, empresarial o política. Muchas personas de todas las edades ahora están buscando seguir un nuevo camino y cambiar de profesión, particularmente desde la pandemia.
Al igual que las generaciones más jóvenes, los trabajadores mayores ahora exigen horarios y días flexibles en trabajos que han tenido durante décadas. Vemos jubilados que se unen a trabajadores más jóvenes para luchar por las mismas causas. Muchos trabajadores mayores están llenando vacíos laborales, como cubrir jornadas a tiempo parcial en las industrias de la salud, la educación, el comercio minorista. Algunos otros han optado por ejercer profesiones completamente nuevas. Otros, en lo que se supone que es la edad de jubilación, han comenzado nuevos negocios o han vuelto a estudiar ¿Por qué?
Muchos lo harán para incrementar sus ingresos, otros, para probar nuevas cosas o para aventurarse a hacer algo que siempre habían querido, incluso si tienen la fortuna de contar con una vida acomodada. Es hora de normalizar los cambios y de definir nuestra jubilación como nosotros queramos, como dijo Serena Williams: «Quiero enfocarme en otras cosas que son más importantes para mí».