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Por qué sigue siendo mínima la presencia femenina en Wall Street

Aunque son más rentables las empresas que respetan la diversidad en sus cúpulas, la meca por excelencia de los mercados financieros no aboga por la igualdad de género.

Sinónimo de visibilidad empresarial y rentabilidad económica, por tradición histórica y relevancia en bolsa, Wall Street sigue teniendo una asignatura pendiente en lo que a igualdad de género se refiere.

Para cada una de sus operaciones, los mercados financieros de todo el mundo ponen –y mantienen– la mirada en Wall Street. Sin embargo, que la meca empresarial del planeta sea una referencia económica y financiera, no quiere que decir que el mercado americano no presente defectos. O al menos, déficits. Uno de ellos, probablemente el más importante, tiene que ver con la diversidad de género en sus puestos de responsabilidad.

La falta de igualdad de género e inclusión en los mercados financieros de Estados Unidos es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la actividad empresarial en este siglo, ya que su mercado de valores se ubica dentro del marco que primeras potencias económicas del planeta, a la cabeza de la lista y seguido de cerca por China. Aquí, las oportunidades ofrecidas por las empresas de Wall Street a sus inversores suelen ser promociones de puestos directivos de presencia masculina. Una falta de diversidad que dilata la brecha de género y podría encontrar sus razones en la educación. Las diferencias culturales y la desigualdad en la formación académica recibida parecen ser los dos motivos principales que justifican esta irregularidad de género.

Una falta de equidad en la esfera empresarial norteamericana corroborada por un informe elaborado por la consultora Deloitte. Según datos del año 2019, obtenidos por la multinacional, las mujeres representaban más del 50% de los asalariados del sector de servicios financieros en Estados Unidos, pero sólo el 22% de los responsables de puestos de dirección eran mujeres. Una crisis sanitaria de traducción económica después, las cifras ralentizan su crecimiento y se prevé que para el año 2030 sólo se llegue al 31% de mujeres en cargos directivos en el país. A pesar de que son cada vez más los datos que aseguran que la rentabilidad empresarial está íntimamente ligada al respeto por la diversidad de género en puestos de liderazgo.

Jane Fraser, CEO de Citigroup.

Aunque a de forma aislada, se están dando algunos pasos para que la diversidad e inclusión dejen de ser una utopía dentro del perímetro de Wall Street. Prueba de ello es la labor que NASDAQ (Asociación Nacional de Corredores de Valores Automatizados e Cotización, por las siglas en inglés), está realizando con sus propio personal al comunicar el Bank of America Securities que el 75% de las 3.200 compañías que operan en NASDAQ no tienen mujeres en su consejo de administración.

El nombramiento de Jane Fraser como CEO de Citigroup, en marzo de 2021, es uno de los ejemplos más recientes del aparente cambio de mentalidad de los mercados; además de ser Fraser la primera mujer en estar al frente de un banco de Wall Street. Catalogada ya como una estrella de la banca en ascenso, y aunque ahora represente la excepción, Fraser se coloca en primera posición de la lucha a favor de la presencia femenina en los altos cargos del sector financiero.

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