Hay que pisar tierra firme para hacer volar la creatividad y conseguir que el resultado de cualquier idea funcione, tanto desde el punto de vista artístico como desde el comercial. Con frecuencia, para que esto ocurra tienen que alinearse los astros y que la selección de ingredientes sea la mejor opción.
Un poquito de visión vanguardista de la mano de un artista emergente, un lienzo en blanco y un legado con historia, como fuente de inspiración, son los tres componentes en los que se apoya la séptima edición de Dior Lady Art, un proyecto en el que la firma francesa convierte el icónico bolso Lady Dior [llamado así en honor a Diana de Gales, quien fue su principal embajadora] en un cuadro virgen de estereotipos y cede su diseño a un grupo de siete artistas para que viertan en él todo su intelecto imaginario.
Uno de los encargados de revisitar este bolso atemporal, de líneas arquitectónicas que exaltan el motivo cannage y símbolo de audaz elegancia, es el maestro asiático Wang Yuyang, destacado artista chino por utilizar una gran variedad de técnicas para transmitir a través de su arte.
En este proyecto, el artista crea cinco modelos de diferentes tamaños, en colaboración con la Maison, y toma la inspiración de la Luna y su órbita. Con la mente puesta en la inmensidad del universo espacial, Wang mezcla técnicas tradicionales con procesos innovadores para dar forma a sus piezas, a sus bolsos. Para conseguirlo, Wang utilizó gafas de realidad virtual que le ayudaron a simular la superficie de la Luna a través de la pintura; también el uso de bordados para una mayor realidad, en la exaltación de las creaciones.
Historia e innovación conviviendo en el bolso que Lady Di popularizó en 1995.