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Forbes Talks | Lidera tu futuro: inspiración, innovación y liderazgo para las nuevas generaciones

Atraer el talento y saber retenerlo es clave para las empresas de hoy en día. Pero ¿es posible detectarlo en algunos estudiantes y potenciar su crecimiento antes de llegar al mundo empresarial?

Fotografía: Luis Camacho.

El pasado mes de abril, Forbes organizaba, junto con ISP (International Schools Partnership), un encuentro en el colegio St. George de Madrid entre un destacado grupo de estudiantes de la ESO y de Bachillerato de los 13 colegios ISP en Iberia e Isabel Aguilera, consultora de estrategia, sostenibilidad e innovación y consejera independiente de Making Science, del Canal de Isabel II y de la mexicana Cemex; “executive in residence” de ESADE, y conferenciante internacional. No en vano, la dilatada trayectoria profesional de esta directiva (que ha estado al frente de empresas como General Electric, NH Hoteles o Google España) la convierten en una voz autorizada para intentar guiar a estos jóvenes en su futuro profesional, motivándoles a desarrollar el autoconocimiento como palanca de autenticidad e innovación.

La moderadora de la jornada era la periodista Vera Bercovitz, Head of Content Forbes Women, quien cedía la palabra al director regional de ISP Iberia, Bernardo de Vicente. Este ponía de relieve la oportunidad que representaba para estos jóvenes contar con el consejo de Aguilera, ofreciéndoles las pautas necesarias para encontrar su propio camino profesional, en un mundo cada vez más global y tecnológico, pero también más competitivo. De Vicente animaba a los estudiantes de bachillerato allí reunidos a participar activamente en la jornada.

Esto llevaba a Isabel Aguilera a solicitar a la moderadora un cambio de guion, y empezar por el turno de preguntas, para poder conocer mejor a cada uno de los jóvenes. Para ello, la ponente les pidió que expresaran qué era aquello que más les preocupaba sobre su futuro laboral. Dos de los estudiantes señalaron la incertidumbre que les provocaba la irrupción de la inteligencia artificial (IA). “Hay que tener la preocupación justa ante este tipo de cambios”, señaló la ponente. Y añadió: “A lo largo de mis más de cuarenta años de vida profesional he tenido que surfear muchas olas de innovación tecnológica. Y seguro que la IA no será la más importante de vuestras carreras. Es crucial que aprendáis a adaptaros”.

Aguilera aprovechó su turno de palabra para preguntar a los jóvenes cuál era su principal fuente de inspiración. Muchos de ellos coincidieron en su respuesta: la música y el arte, “porque permite a sus cerebros desarrollarse de forma más rápida”. Algo con lo que se mostró totalmente de acuerdo la ponente, quien señaló el destacado papel que juegan estas disciplinas como motor de desarrollo de la sociedad: “La idea prevalece a la acción, lo cual potencia el pensamiento crítico. Por ello, es muy importante que desarrolléis vuestra profesión y vuestra pasión creativa, de forma paralela. Eso os abrirá la mente y os hará ver el mundo desde diferentes ángulos”.  

Esto llevó a Isabel Aguilera a interrogar a los estudiantes de bachillerato por la profesión que elegirían si pudieran hacer aquello que realmente les apasionaba. Las respuestas fueron de lo más variadas: ser profesora de niños pequeños, periodista de viajes, emprendedor, músico, navegante, cuidador de animales, guarda forestal, escritor y director de cine, economista, diplomático… Después de esta disertación, la ponente animaba a estos jóvenes a perseguir sus metas, “porque, a veces, los sueños se hacen realidad”.

Trayectoria y decisiones clave

Tras el breve coloquio, Bercovitz retomaba la palabra para preguntar a Aguilera sobre cuáles han sido las decisiones clave que han marcado su trayectoria profesional. Esta respondía que más que decisiones, su carrera había estado marcada por actitudes, como la predeterminación, la gestión de riesgos y la curiosidad: “Lo importante es lograr adaptar el rumbo que va tomando tu futuro profesional a aquellas decisiones que has tomado, crear una coherencia personal que te ayude a encontrar el equilibrio”.

La estudiante de El Altillo International School (Jerez), Pilar Díaz Soto, interrogaba, entonces, a la ponente sobre aquellas decisiones profesionales arriesgadas, pero necesarias, que había tomado a lo largo de su carrera. Esta hacía referencia a muchas, pero, sobre todo, a la necesidad de ser flexible para poder competir y adaptarse al ritmo vertiginoso al que avanza la sociedad: “La mejor manera de lograrlo es no centrarse en un único foco”. Con esta afirmación, Aguilera animaba a los jóvenes presentes a “salir de España” para tener la oportunidad de ensanchar sus fronteras físicas y mentales”.

Estas declaraciones servían a la ponente para destacar la importancia de tener confianza en uno mismo. “Tener confianza es no tener miedo. Es necesario desterrarlo para permitirse fallar, y empezar todas las veces como sea necesario. De todo se aprende, pero, sobre todo, del fracaso”. Una afirmación que servía a Lucas Salán, estudiante de Fontenebro International School (Madrid), para preguntar a Aguilera sobre cuál había sido su propósito profesional. Esta resaltaba que lo que siempre le había empujado era su sed de independencia y curiosidad, y “especialmente, la incomodidad de no tenerlo todo controlado”: “Las claves para atraer talento son ofrecer un desafío y la posibilidad de lograr el éxito, pero también mucha diversión. Eso es lo realmente motivador”.

Prepararse para el futuro

En este punto, Vera Bercovitz preguntaba a la ponente sobre cómo deben prepararse los estudiantes para el futuro laboral, y qué factores son clave para este. Aparte de la adaptación a las nuevas tecnologías, Aguilera destacaba la importancia de conocerse a uno mismo para poder desenvolverse ante cualquier tipo de situación o contratiempo. “Vivimos en un mundo muy competitivo, por lo que, si queremos ser los mejores en algo, debemos conocernos bien y apostar por aquello en lo que realmente somos buenos. El objetivo es ser felices”.

María Rodríguez-Airas, estudiante de Internacional Aravaca (Madrid), lanzaba una nueva cuestión a Isabel Aguilera: “¿Qué le diría a su yo de seis años?”. “Tienes que complicarte la vida, y ser varias cosas a la vez. Pero también tienes que mantenerte en forma, porque la vida agota, y ser emprendedor, todavía más”, respondía la ponente. Palabras que aprovechaba Alejandro Noguera, de Newton College (Elche), para introducir una nueva pregunta: “Cuáles son los errores que se debe cometer para lograr un mejor aprendizaje?”. Aguilera no tenía duda: “Todos los posibles. Aprender es corregir los errores. Eso sí, hay que sacar una lección de ellos, y no volver a cometerlos”.

Otra alumna, Anastasia Frolkina, de Lady Elizabeth School (Benitachell, Jávea), recogía el guante para interrogar a la ponente sobre qué habilidades hay que aprender para estar preparado para el futuro. “Gestión de riesgos, creatividad, intuición, empatía… En definitiva, todas las habilidades que nos hacen humanos, y que os van a ayudar a enfrentaros a los problemas que os vais a ir encontrando por el camino”, sostenía Isabel Aguilera. Pero, “¿qué papel tienen los fracasos o errores en el proceso de construir una carrera?”, le preguntaba Clara Guirgis, estudiante del The British School of Málaga. La ponente no tenía duda de que estos “son parte del aprendizaje y que imprimen carácter”, y hacía referencia a las palabras de Winston Churchill: “El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.

Competencias y mentalidad innovadora

La moderadora de jornada se sumaba a este turno de preguntas e introducía una nueva: “Los jóvenes, ¿cómo pueden desarrollar su mentalidad innovadora?”. “La innovación se da cuando nos enfrentamos a un problema que no podemos resolver de forma inmediata o sencilla, porque no tenemos todos los recursos a nuestro alcance (económico, talento y tiempo). Esto hace que tengamos que agudizar nuestro ingenio y buscar una solución rompedora”. De este modo, Aguilera introducía conceptos como la estrategia empresarial y el modelo de negocio, que para ella se reducen a “pensar y detectar tendencias en el mercado antes de que aparezcan”.

En este punto, Joel Ferrer, de Lady Elizabeth School (Benitachell,Jávea), interrogaba a la ponente sobre cuál es la diferencia entre ser “bueno académicamente y tener éxito profesional”. “La definición del éxito es individual. La mía no tiene por qué coincidir con la tuya”, afirmaba Aguilera. Y Alexandra Nikitina, deSt. George de Barcelona, lo hacía acerca de cómo es posible cultivar una mentalidad innovadora desde el colegio. La entrevistada no tenía duda de que la clave estaba en no dejar de hacer preguntas, de cuestionarse todo, de seguir teniendo una curiosidad insaciable a cualquier edad: “Tenéis que desarrollar vuestro propio criterio”. Nico Minguela, de Laude San Pedro International College, (Marbella), preguntaba: “¿Hay innovación más allá de la tecnología?”. Aguilera no dudaba en su respuesta: “Por supuesto. Vosotros sois el futuro y tenéis el deber de buscarla”.

Tecnología, educación y aprendizaje continuo

Bercovitz retomaba la palabra para introducir una nueva cuestión sobre la IA y cómo esta puede transformar la educación. La ponente hacía hincapié en el hecho de que esta únicamente es una herramienta, que debe unirse a otras tecnologías para poder ofrecer una solución a un problema concreto, real. “La inteligencia artificial va a permitir a los jóvenes hacer realidad sus sueños, ya les que les va a dar la oportunidad de dedicar su tiempo a desarrollar tareas con valor añadido, es decir, a crear un impacto positivo para la gente, la sociedad y el planeta”, subrayaba Isabel Aguilera.

Alejandra Elorrieta, del colegio St. George de Madrid, tomaba el turno: “¿El verdadero reto no es tanto el ‘screen time’, sino entender el verdadero ‘screen value’?”. “El uso de las pantallas puede ayudar a resolver las cosas, pero no podemos ver la vida a través de ellas. Es necesario ‘contaminarse con la realidad’”, resaltaba la ponente. Esto llevaba a Sofia Szczepaniak, de Newton College ( Elche), a preguntarle sobre cómo los colegios pueden equilibrar el uso de la tecnología con el desarrollo de habilidades humanas, como la empatía o la creatividad. “Los colegios ofrecen las herramientas, pero son los estudiantes los que deben adoptarlas para lograr sacar lo mejor de ellos mismos y hacer sus vidas ‘más anchas’”, respondía Aguilera.

Iván García, de Internacional Aravaca (Madrid), pedía un consejo para aquella gente que no le diera miedo el fracaso y quisiera perseguir sus sueños. “No pasa nada por equivocarte, porque no todos aprendemos de la misma manera. Por eso, es tan importante arriesgarse y atreverse a empezar tantas veces como sea necesario”. El último estudiante en preguntar a Aguilera era Wen Jin Jiang Li, de Newton College (Elche): “¿Cuál fue el momento en el que sintió que empezaba a ‘liderar su propio futuro’?”. La ponente marcaba varios: el día que entregó el proyecto de fin de carrera, el que entró a trabajar en un sitio, cuando recibió el primer sueldo… Pero, sin duda, para ella el día más relevante fue cuando tomó la decisión de seguir su propio camino, a pesar de los consejos de las personas de su entorno: “No hay solo un día concreto, son varios momentos especiales. Y es que, a lo largo de mi vida, igual que todos, me he reinventado varias veces, pero siempre ligadas a la innovación, el talento y la tecnología”.

Para finalizar, Bercovitz pedía a la ponente que ofreciera una conclusión que sirviera como inspiración a los estudiantes, que se convertirán en los profesionales del futuro. Isabel Aguilera no tenía ninguna duda: ser rebeldes y vivir intensamente: “Tenéis la obligación de divertiros, de experimentar, de desarrollaros… La humanidad depende de vosotros. Al igual que los cuadros de los impresionistas, formados por miles, millones de puntos, cada uno de vosotros debéis dejar vuestra mancha de color para lograr crear un futuro que, si no es impresionista, seguro que será impresionante”.