El concepto de transición energética está en las agendas de todas las empresas. Pero ¿qué energías renovables se posicionan como las más importantes para alcanzar los objetivos de descarbonización marcados por Europa? ¿Los gases renovables, como el biogás, el biometano y el hidrógeno verde, son una alternativa real para llevarla a cabo? Y es que estos nuevos vectores energéticos no solo mitigan emisiones, sino que también fomentan la economía circular, refuerzan la soberanía energética y fomentan la creación de empleo en áreas rurales. No en vano, todo indica que sin el desarrollo de los gases renovables no será posible lograr ser Net Zero en 2050. En otras palabras, alcanzar las cero emisiones netas para mantener el calentamiento global en 1,5ºC.
El pasado mes de noviembre, el Hotel Thompson de Madrid acogía el encuentro organizado por Forbes y Naturgy para explorar el potencial de España en la producción de gases renovables, pero también sobre la importancia de que se lleve a cabo esta transformación energética en colaboración entre administraciones y empresas. Para hacerlo reunían a un panel de expertos, formado por Nuria de Lucas, directora de Transición Energética en la dirección de Gases Renovables de Naturgy; Verónica Rivière, presidenta ejecutiva de GasINDUSTRIAL; Oliverio Álvarez, socio responsable de Energía, Recursos e Industria de Deloitte; y David García-Villarrubia, jefe de área de cogeneración y biogasl en Canal Isabel II.
La conducción del evento recaía en la periodista Belén Chiloeches que agradecía a los ponentes su presencia e introducía el primer tema de debate: ¿cuáles son las principales ventajas que presentan los gases renovables en términos de distribución, consumo y gestión de residuos? Oliverio Álvarez indicaba que, primero de todo, había que hacer una distinción entre los gases renovables porque no todos estaban en el mismo punto de desarrollo: “El biogás y el biometano son una realidad, pero el hidrógeno renovable tardará un poco más en llegar”. Y añadía: “El problema de la transición energética es tan complejo que no podemos prescindir de ninguna de las opciones disponibles. Tenemos que tomar en consideración el potencial, las características y el grado de desarrollo de las diferentes tecnologías”.
Nuria de Lucas se mostraba totalmente de acuerdo, y destacaba el hecho de realizar una transición energética con mesura, paso a paso, para lograr satisfacer la demanda de consumo que establece la sociedad y mantenerla en el tiempo: “Tenemos que decidir cómo nos dimensionamos para lograr ser eficientes”. Palabras a las que se sumaba Rivière y el representante del Canal Isabel II: “No podemos renunciar a ninguno de los gases renovables para llegar a ser Net Zero en 2050; un objetivo que en nuestro caso nos hemos marcado para 2045.
Pero, en la actualidad, “¿los gases renovables son una alternativa real para dar respuesta al consumo energético doméstico o solo para el industrial?”, exponía la moderadora. De Lucas explicaba que, en el caso del biometano la molécula es la misma que la del gas natural, por lo que es posible utilizar la misma red de distribución, lo que “permitirá ofrecer un suministro eficiente tanto a la industria como a los hogares”. “La tecnología del biogás o el biometano ya está madura en España, pero tenemos que preparar nuestras redes para que puedan recibir su inyección. Además, nos falta trabajar un poco más en cuanto a su aceptación social y acabar de perfilar su regulación”, subrayaba el responsable de Deloitte.
En este punto, Chiloeches preguntaba al panel de expertos sobre los recursos con los que cuenta España para realizar esta transición energética y si podría liderarla a nivel europeo. García-Villarrubia lo tenía claro: “En cuanto a producción, por supuesto, porque ya podemos desarrollar biometano. Lo que echamos de menos es contar con un mercado en el que poder comprar ese gas renovable con unas garantías de origen. Ese es el principal reto”. Por su parte Verónica Rivière afirmaba que en España “se han hecho los deberes, en cuanto a descarbonización”, y señalaba dos nuevos desafíos: disponibilidad y precio. “Hoy en día, no contamos con suficientes moléculas de biometano para sustituir todo el consumo convencional de gas natural, y el precio de los gases renovables es mucho más caro en el mercado, por lo que es necesario encontrar un equilibrio”, explicaba la directiva de GasINDUSTRIAL.
“España tiene un gran potencial y podría liderar la transición energética, pero tenemos que decidir qué hacer: convertirnos en un país exportador o utilizar nuestros recursos para crear y atraer industria”, declaraba Nuria de Lucas. Aseveración con la que se mostraba en línea Álvarez y el representante del Canal de Isabel II, y a la que Verónica Rivière añadía un nuevo concepto: el de la falta de regulación e incentivos para lograr ser más competitivos en el mercado internacional.
Colaboración administración-empresa
El apunte señalado por la representante de GasINDUSTRIAL llevaba a Belén Chiloeches a poner sobre la mesa una nueva cuestión: ¿existe una alineación entre las administraciones y las empresas para avanzar en el desarrollo de gases renovables? “Es un camino que estamos empezando a andar, empresas y administración están de acuerdo con el camino a recorrer, pero lo cierto es que los tiempos que maneja la industria y la administración son distintos. El consumidor quiere las cosas ya, y la administración tiene sus plazos”, explicaba García-Villarrubia. “Estamos empezando a sentar las bases de cómo va a ser esta transición energética”, sumaba Rivière.
No en vano, la representante de Naturgy apuntaba que lograr la descarbonización es un reto “a nivel país, que requiere el compromiso de todos los sectores”, e introducía el concepto de economía circular. “El gran reto está en involucrar a todas las comunidades autónomas, porque cada región es distinta y tiene sus propias necesidades. Se tiene que decidir qué papel juega cada una de ellas dentro de esta transición energética. Tenemos que trazar una hoja de ruta”, precisaba De Lucas. “Es necesario establecer un diálogo en el territorio para mejorar la implicación”, completaba el representante de Deloitte.
“¿Es posible alcanzar los objetivos establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC)? ¿Hay margen para ser más ambiciosos en su enfoque?”, interrogaba la moderadora a los distintos ponentes. En esta ocasión, la primera en contestar era la presidenta de GasINDUSTRIAL que resaltaba el hecho de que el PNIEC es solo una hoja de ruta, “que a lo mejor superamos”: “Nos falta liberar las barreras administrativas, y una política que reduzca la brecha de precio existente entre el gas natural y las energías renovables”.
En cuanto a las medidas establecidas en el PNIEC, David García-Villarrubia señaló que sería necesario realizar una revisión de algunos de sus puntos, en especial aquellos que hacen referencia a los gases renovables.
Por su parte, Oliverio Álvarez recalcó que, en un contexto con distintas opciones, debe ser el consumidor el que determine cuál de ellas se adapta mejor a sus necesidades.
El poder del consumidor
Chiloeches resaltaba, ahora, el papel del consumidor en la transición energética: “¿puede ayudar a impulsarla”. Verónica Rivière tomaba la palabra para poner de relevancia la importancia que tiene el precio del gas en las decisiones que toma el consumidor gasintensivo.
¿Una solución sería la autosuficiencia energética?, preguntaba la moderadora. A lo que la presidenta de GasINDUSTRIAL respondía que si se pudiera llegar a este punto todo sería mucho más sencillo porque no se dependería de la geopolítica internacional. Además, “esto bajaría los costes y mejoraría la competitividad de nuestras empresas”, resaltaba García-Villarrubia.
“Pero para llegar a esta autosuficiencia también es crucial llevar a cabo una labor didáctica que logre una mayor aceptación social de los gases renovables –señalaba Nuria de Lucas–. Y, para ello es importante explicar bien en qué consisten y cómo se van a distribuir”. Y añadía: “Esta labor explicativa hay que empezarla en los ayuntamientos. Son una pieza clave para concienciar a los consumidores”. “Las renovables son energías autóctonas y tienen una contribución muy valiosa. La implantación del biogás y el biometano, por ejemplo, podrían generar una actividad económica en las áreas rurales que podría ser muy beneficiosa para ellas”, afirmaba Álvarez. Y David García-Villarrubia apuntaba que el desarrollo e implantación de gases renovables va a ser un gran generador de empleo de calidad.
En el buen camino
Todos los ponentes parecían estar de acuerdo en el hecho de que la transición energética va a tener un impacto positivo en la sociedad, pero ¿cómo se está llevando a cabo su gestión? “¿Estamos en el buen camino?”, interrogaba la conductora del evento. Verónica Rivière señaló que la industria está dando los pasos necesarios para lograr la descarbonización: “Es algo que todas las empresas tenemos en nuestro ADN. Pero todo lleva su tiempo. No podemos imponer obligaciones al consumidor industrial. Debemos de encontrar la senda para que el precio sea más competitivo y haya un beneficio para todos”, recalcaba la ejecutiva de GasINDUSTRIAL.
Por último, Belén Chiloeches preguntaba al panel de expertos sobre el papel que están teniendo las tecnologías emergentes en el proceso de descarbonización. Oliverio Álvarez señalaba que, en el mundo de las moléculas, están apareciendo nuevos conceptos, aún en una fase muy incipiente, como el biometano sintético, obtenido mediante la combinación de CO2 biogénico liberado en el proceso de “upgrading” de biogás a biometano e hidrógeno renovable.
Por su lado, el representante del Canal de Isabel II explicaba que se están explorando nuevas tecnologías para mejorar los procesos de digestión, incrementando la producción de biogás generado en un 20%. Verónica Rivière recalcaba la necesidad de invertir en I+D para lograr los objetivos de descarbonización planteados, y realizaba una analogía entre la transformación energética y el Camino de Santiago: “Nuestro objetivo es llegar a 2050, pero tenemos que ir cumpliendo las distintas etapas de este viaje. En ocasiones, será necesario buscar nuevas rutas, como puede ser la incorporación de nuevas tecnologías, pero debemos adaptarnos y aprender a gestionar nuestras energías para llegar a Santiago”. “Tenemos que encontrar la senda de para una mejor gestión de los recursos, y a un precio asequible”, concluía Nuria de Lucas, directora de Transición Energética en la dirección de Gases Renovables de Naturgy.