En los últimos años el mercado laboral ha experimentado una transformación radical, que ha cambiado las reglas del juego por completo. La incorporación de nuevos modelos de trabajo y de negocio y la disrupción creada por la incorporación de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, han convertido el talento en la pieza clave para alcanzar los objetivos organizacionales y obtener una ventaja competitiva. Pero ¿cómo pueden las organizaciones atraer y retener este talento?, y ¿qué cambios deben realizar para lograr un mayor compromiso de sus trabajadores?
Para dar respuesta a estas y a otras muchas preguntas, el pasado mes de junio, Deloitte y Forbes organizaban un encuentro, en el hotel Thompson de Madrid, en el que reunieron a un grupo de expertos para trazar la hoja de ruta de lo que será el futuro del trabajo.
La encargada de guiar esta jornada fue la periodista Cristina Pampín, que dio la bienvenida a los presentes. Después de unas breves palabras, en las que subrayó el panorama de incertidumbre actual y los desafíos a los que se deben enfrentar las empresas en el competitivo mercado laboral, daba la palabra a Ignacio Quintana, CEO de Forbes España.
Este exponía el compromiso de Forbes de servir de altavoz a las empresas para poder mostrar a la sociedad sus distintas iniciativas, y resaltaba la preocupación de Deloitte por mejorar el entorno laboral y dar respuesta a las actuales necesidades que presenta: “Hoy en día, existe una escasez de talento con capacidades críticas. Por ello, para las empresas se ha vuelto prioritario ofrecer un puesto de trabajo de calidad, que logre mitigar la fuga de este tipo de trabajadores fuera de nuestras fronteras”.
Asimismo, Quintana ponía de relieve la transformación que ha experimentado el mercado laboral debido a la incorporación de las nuevas tecnologías, entre las que destaca la inteligencia artificial, y exponía el reto que supone para las organizaciones lograr “una conciliación de esta tecnología con el ser humano, porque sin él nada va a ser posible”. En este punto, el CEO de Forbes aprovechaba para dar a conocer el nuevo proyecto del grupo SpainMedia, Forbes House, un club privado que abrirá sus puertas el próximo otoño.
Generadores de cambio
Pampín recogía el testigo de Quintana para pasárselo a Marta Isarria, socia de Deloitte responsable del Futuro del Trabajo. Esta iniciaba su intervención con una pequeña reflexión, que señalaba la rapidez con la que el ser humano se está adaptando a los cambios que se están produciendo en la actualidad, especialmente en el ámbito laboral: “Ahora, apenas tardamos 10-15 años en abrazar cualquier transformación, cuando antes costaba de dos a tres generaciones para hacerlo”.
La directiva de Deloitte compartía esta consideración para señalar que en los últimos años el mercado laboral ha experimentado una gran metamorfosis, que ha provocado la aparición de nuevos modelos de negocio y una transformación en la forma de relacionarse con los clientes y con los empleados, convirtiendo al talento en una pieza clave para mejorar la estrategia de la organización. Esto llevaba a Isarria a destacar la existencia distintos generadores de este cambio, entre los que acentuaba el primero: la escasez de talento con capacidades críticas. “Existe una brecha significativa entre la demanda de profesionales en áreas y la oferta disponible en el mercado. Este déficit, combinado con una crisis demográfica que reduce la población joven, dificulta la cobertura de estas posiciones esenciales”, explicaba la responsable de Deloitte. Y añadía: “Para intentar llenar ese vacío, las empresas están optando por formar internamente a su gente o por buscar nuevas formas de reclutamiento, que sean más atractivas”.
El segundo generador de cambio expuesto por Isarria era la necesidad de ofrecer propuestas de trabajo de calidad: “Según nuestro último estudio de tendencias, uno de los aspectos mejor valorados por el talento es el propósito del trabajo (con un 70%). Después de este, sobresalía las relaciones positivas (60%) y, por último, la posibilidad de crecimiento (40%)”. En este punto, la socia de Deloitte se preguntaba: “¿Por qué las empresas no damos respuesta a estas inquietudes, si el 69% de este talento siente que no está ilusionado con la propuesta de valor de su empresa?”. Y afirmaba: “Eso afecta, sin duda, a su compromiso, el cual está experimentando un descenso del 49%”.
Tras esta explicación, la socia de Deloitte revelaba el tercer generador de cambio: maximizar la eficiencia mediante la tecnología. No en vano, señalaba que, aunque esta es crucial para aumentar la productividad y el empoderamiento de los empleados, existe una percepción negativa sobre la inteligencia artificial y su impacto en la deshumanización del trabajo. Y apuntaba que esto está haciendo que los líderes se debatan entre el cuándo y cómo invertir en adaptación tecnológica de los trabajos, y cuándo y cómo invertir en la formación y redistribución de la plantilla para generar más valor. “No hay duda de que la incorporación de la inteligencia artificial está marcando, y marcará, el futuro del trabajo, ya que esta va a permitir automatizar las actividades rutinarias, y hacer que las personas sean mejores en el desempeño de su cometido. Pero no es una tarea sencilla adaptarse a ese cambio, y las empresas hemos de ayudar a nuestros empleados”, remarcaba Isarria.
Una declaración que completaba exponiendo: “No nos tenemos que olvidar de que, aunque esta tecnología nos va a ayudar muchísimo en nuestros trabajos, el talento va a ser fundamental, sobre todo aquel que haya desarrollado habilidades blandas y colaborativas, como el liderazgo o la inteligencia emocional”.
Esta búsqueda de talento con capacidades críticas va a provocar, tal y como adelantaba la directiva de Deloitte, que las empresas deban realizar un cambio en sus modelos de trabajo para adaptarse a las nuevas necesidades de sus empleados, ofreciendo modelos híbridos y menos jerarquizados: “En 2025, el 43% de las contrataciones estarán enfocadas en lograr talento especializado para desarrollar un determinado proyecto. La implantación de esos nuevos modelos de trabajo tendrá un impacto en la productividad, que deberá medirse de forma distinta, teniendo en cuenta también el rendimiento humano (el bienestar y el sentido de pertenencia, por ejemplo)”.
Según Marra Isarria, para lograr un modelo de trabajo que se adapte completamente a este nuevo perfil de empleado, la personalización es clave: “Tenemos que ser más atractivos y destacar en el mercado empleador. Debemos adelantarnos a las necesidades de este talento, ofreciendo planes de carrera y de crecimiento profesional, pero también una propuesta de valor con impacto”.
Experiencia de empleado
De nuevo en el escenario, Pampín enfatizaba el valor del capital humano de las organizaciones, y hacía hincapié en la importancia de poner a las personas en el centro. Para tratar este tema en más profundidad, pedía la colaboración de Antonio Ibáñez, socio de Deloitte, y Jordi Llach, CEO de Nestlé España.
El directivo de Deloitte ponía de manifiesto la categoría humana y profesional de su compañero de mesa, quien ha ocupado varios puestos de responsabilidad dentro de la empresa multinacional suiza de alimentación, a la que está ligado desde hace 35 años. Debido a su dilatada experiencia, nacional e internacional, Ibáñez preguntaba a Llach sobre cómo las organizaciones pueden mejorar la experiencia de sus empleados en la actualidad, y cómo ha cambiado esta preocupación a lo largo de los años.
Jordi Llach sostenía que Nestlé siempre ha mantenido los mismos valores de respeto hacia el empleado y que lo que ha evolucionado es la forma de liderazgo: “Antes el modelo de liderazgo era mucho más informativo, ahora ponemos el acento en compartir, en conectar con el equipo. Esto hace que los roles se equiparen y que el liderazgo sea menos jerarquizado, pese a que siempre deba haber alguien al frente de los proyectos”.
A raíz de esto, Antonio Ibáñez preguntaba al CEO de Nestlé acerca de cómo ha cambiado el liderazgo. “Contar con soft skills es fundamental para ejercer un buen liderazgo. La capacidad de conexión con los equipos es básica”, sostenía Llach. Este también insistía en que para convertirse en un buen líder senior es muy importante contar con experiencia internacional, y haber desarrollado la capacidad de conectar y desconectar con el trabajo, “para poder atender las exigencias que conlleva este puesto de responsabilidad, cuidando nuestra salud mental”. Y enfatizaba que un buen líder debe estar alineado con los propósitos de su empresa: “Para mí el respeto y la confianza son fundamentales; valores que comparto con Nestlé, que también defiende que la alimentación juega un papel fundamental en las vidas de las personas, y es primordial para lograr hacer de este planeta un lugar mejor”.
Ante esta explicación, Antonio Ibáñez preguntaba a su compañero sobre las demandas que solicitan los nuevos perfiles de trabajador. Llach defendía la idea de que no es posible generalizar porque cada empleado tiene necesidades distintas, por lo que “las empresas deben mostrar flexibilidad y ofrecer mejoras personalizadas”.
“Este es solo un punto para mejorar la experiencia de empleado, ¿cuáles son el resto según tu punto de vista?, repreguntaba el socio de Deloitte al CEO de Nestlé. Jordi Llach no tenía dudas de que un buen ambiente y la oportunidad de desarrollar una carrera profesional también son fundamentales a la hora de atraer y mantener el talento. “Es innegable que existe una gran competencia y que los sueldos para este tipo de perfiles se están disparando. Por ello, es prioritario ofrecer mejoras que fidelicen a este talento más allá del salario”, afirmaba el directivo de la empresa multinacional suiza de alimentación.
Por su parte, el directivo de Deloitte ponía sobre la mesa un nuevo tema: “Cómo va a transformar la inteligencia la artificial el mercado laboral, la forma en la que se trabaja?”. Llach explicaba que en Nestlé han implementado una nueva solución basada en ChatGPT, NesGPT, para que sus empleados puedan habituarse a su uso. “Hoy en día la adaptabilidad es fundamental, por ello debe fomentarse la utilización de este tipo de herramientas desde arriba, desde la dirección; pero también es prioritario ofrecer una formación constante”.
La importancia del liderazgo
Después de la conversación entre el representante de Deloitte y el CEO de Nestlé, Cristina Pampín reflexionaba sobre la importancia de poner al empleado en el centro, no solo para lograr desarrollar su mayor potencial, sino también su valor. Para completar sus palabras, volvía a invitar al escenario a Marta Isarria.
La directiva de Deloitte reflexionaba sobre las ideas expuestas en la anterior mesa y señalaba que, al hablar del futuro del trabajo, es importante no olvidar que no hay trabajo sin futuro: “Son dos palabras, dos realidades, que están íntimamente unidas”. Asimismo, hacía hincapié en el hecho de que hay que ser optimistas, y que hay que abrazar las nuevas tecnologías como palanca de cambio, para lograr un futuro laboral más prometedor. Entre ellas, destacaba la inteligencia artificial, a la que, tal y como indicaba, no hay que ver con miedo: “Es innegable que la inteligencia artificial ha llegado para quedarse. Ahora las empresas no solo hemos de anticiparnos, sino adaptarnos. Y hemos de acompañar a nuestros empleados en ese proceso”.
Otro de los puntos que quiso destacar Marta Isarria, al exponer las conclusiones del evento organizado por Deloitte y Forbes, es el papel relevante de los líderes de las organizaciones, que tienen que convertirse en motor de cambio: “En sus agendas no solo tiene que estar presente la adaptación de la inteligencia artificial en las empresas, sino también la atracción y retención de talento. Esa será la clave para ser crear organizaciones que estén preparadas para los desafíos del futuro”.
De nuevo, Pampín se unía a la socia de Deloitte para dar por concluido el evento y dar las gracias a los presentes por su asistencia, y les emplazaba a una nueva edición, “tal vez, en la sede de Forbes House”, se despedía la periodista.