Desde gigantes tecnológicos hasta pequeños emprendimientos, las empresas tienen un papel clave a la hora de mitigar los efectos del calentamiento global. Así lo recogen también los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, al mismo tiempo que es una demanda de los consumidores y un reclamo regulatorio.
Calcular la huella de carbono, el uso de energías renovables, sistemas de iluminación LED, reducir los residuos generados, disponer de flotas de vehículos no contaminantes, etc. son prácticas que forman parte, cada vez más, de las estrategias empresariales de las compañías.
Giampiero Maggioni, director general de Lyreco Iberia, Goretti Hidalgo, gerente de Comunicación Corporativa y Sostenibilidad de Chiesi; Aline Gómez Acebo, directora de Sostenibilidad del Grupo Asisa; Ana Ferrón, directora de Environment, Health and Safety de GSK España; Olalla del Río, directora de Sostenibilidad y Transición Energética de Cepsa y Beatriz Toribio, directora de Comunicación y Sostenibilidad de Allianz Partners; analizaron el pasado 21 de mayo cómo se enfrentan a este gran reto de reducir la huella de carbono a través de iniciativas, acciones y decisiones más respetuosas con el medio ambiente y que se conviertan en una estrategia de sostenibilidad a largo plazo en un evento organizado por Forbes en el restaurante Gaytán de Madrid.
La presentadora y moderadora Arancha Morales preguntaba a los ponentes cuáles son los principales desafíos a los que se enfrentan para abordar el cambio climático. Desde Lyreco marcaban dos retos muy claros. Por un lado, “hacer coincidir” los objetivos comerciales de la compañía y los de sostenibilidad y llevarlos ambos a cabo de manera paralela; y en segundo lugar, concienciar a empleados, clientes, partners y proveedores. “Todos estamos implicados en esto y debemos ir de la mano. En Lyreco, hemos experimentado algunos de estos desafíos y aprendizajes, ha sido un proceso largo donde hemos ido progresivamente involucrando a todos los agentes en la conversación de forma activa. Afortunadamente, los actuales cambios normativos en sostenibilidad juegan a nuestro favor para influir positivamente en la importancia de ir por delante, anticipándonos en nuestra ESG”, aseguraba su director general Maggioni.
“Es importante la concienciación” también incidía Aline Gómez Acebo, directora de Sostenibilidad de Grupo Asisa, pues en “muchas ocasiones sigue existiendo una resistencia al cambio” dentro y fuera de las compañías. El otro gran desafío al que hacía referencia la responsable de sostenibilidad de esta aseguradora sanitaria es la captación de datos para poder medir, por ejemplo, las emisiones que generan otros, como es el caso del alcance 3. “Captar los datos de emisiones de proveedores es uno de los grandes retos, sobre todo en actividades tan complejas como es la asistencial, que es el cuidado al paciente”.
Si nos fijamos en el sector farmacéutico, desde GSK, preocupados por la salud del planeta al repercutir en las personas, afirmaban que el desafío actual es “aunar la seguridad del paciente con el desarrollo sostenible”, decía Ana Ferrón, su directora de Environment, Health and Safety. Un reto que no se puede hacer en solitario. De ahí, la necesidad de realizar alianzas con proveedores y administración, así como conocer al cliente y la cadena de suministros.
“Como empresa energética, tenemos un papel clave en la lucha contra el cambio climático”, apuntaba Olalla del Río, directora de Sostenibilidad y Transición Energética de Cepsa. En el caso de Cepsa el principal desafío pasa por realizar un cambio de modelo de negocio para “seguir siendo suministrador de combustibles, pero que estas soluciones sean más sostenibles al mismo tiempo”, explicaba. Algo que supone un cambio en su estrategia de empresa. A ello, del Río añadía varios retos como disponer de “una regulación ágil y clara”, así como el reto financiero para poder llevar a cabo proyectos que son intensivos en capital.
Por su parte, la directora de Comunicación y Sostenibilidad de Allianz Partners Beatriz Toribio ponía el foco en la necesidad de contar con más ayudas por parte de las administraciones públicas para adaptarse a todos estos retos. Añadía también que, en el caso de la movilidad, su compañía está apostando por ofrecer una asistencia en carretera sostenible en cuanto al servicio, pero también al tipo de vehículo asistido: “todavía hay escasos puntos de recarga y el precio de los vehículos eléctricos es demasiado elevado para muchas familias”. En asistencia en el hogar, trabajan por poner soluciones energéticas en los domicilios, pero “hay inversiones que la economía doméstica no puede afrontar, como la instalación de paneles solares”. Y respecto a los seguros de viaje, aseguran que “podemos apostar por destinos más sostenibles, pero la cantidad de gente que viaja en avión y las emisiones que genera este medio de transporte se nos escapan”.
También desde Chiesi son conscientes de que el cambio climático y la salud de las personas “va estrechamente vinculado”, tal y como explicaba su gerente de Comunicación Corporativa y Sostenibilidad Goretti Hidalgo. Por ello, desde esta farmacéutica, además de avanzar en la reducción de sus emisiones, cuidan cómo trabajar para que la salud de la población no se vea dañada por los efectos del cambio climático.
Una estrategia a largo plazo
Una vez conocidos los principales desafíos a los que se enfrentan las empresas, la siguiente cuestión es cómo establecer una estrategia de sostenibilidad a largo plazo que garantice el futuro medioambiental y también la viabilidad de la compañía. La respuesta a esto para la farmacéutica Chiesi es muy clara: hay que construir dicha estrategia desde una visión de 360 grados. Es decir, que esté presente en todas las áreas del negocio y no sólo en una. Eso sí, esto no se consigue de un día para otro y reconocían que es un proceso largo. “Es entender el negocio desde otra perspectiva, ya no sólo es un tema económico sino que va más allá, teniendo en cuenta que el cambio de una medicación o tratamiento tiene implicaciones no sólo en el planeta sino también en las personas y hay que trabajar sin dejar a nadie atrás”, explicaba Hidalgo.
Al mismo tiempo, Maggioni, de Lyreco apuntaba que la sostenibilidad es ya un tema de conciencia más pública y que la población empieza también a demandar soluciones sostenibles. En Lyreco, su estrategia está orientada a trabajar con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el ODS 17, que promueve alianzas para alcanzar objetivos. Un ejemplo concreto es la medición de la huella de carbono de nuestros clientes. “Un ejemplo concreto es la medición de la huella de carbono de nuestros clientes ya que contribuye a reducir el impacto ambiental. Además, promovemos la compra de productos y servicios sostenibles”, relataba Maggioni.
Para la farmacéutica GSK, la sostenibilidad está incluida dentro de la estrategia de la compañía. De hecho, su estrategia a 2030 y 2045 pretende tener un impacto neto cero en el clima y un impacto neto positivo en la naturaleza y para ello, analizan toda la cadena de valor identificando en qué aspectos trabajar e invertir como, por ejemplo, la reducción de huella de carbono, la huella hídrica, incrementar la circularidad o no llevar nada al vertedero. “Esto nos da un conjunto de objetivos en los que trabajar”, señalaba Ferrón, “para reducir tus impactos ambientales desde lo más simple a lo más complejo”.
Dentro de esta estrategia de sostenibilidad, los ponentes se mostraron de acuerdo en que cobra relevancia la implicación de clientes y proveedores para promover medidas en conjunto. Por ejemplo, para Chiesi garantizar que las personas tengan su tratamiento, pero que al mismo tiempo la huella de carbono sea la menor posible, conlleva involucrar a los proveedores. Para su titular de sostenibilidad, esto también se trata de un tema de corresponsabilidad, es decir, de “apoyarlos” para que se sumen a este reto. “Hay pymes que no tienen capacidad solas y a veces hay que invertir en ellas para que multipliquen lo que tú les das”, afirmaba Hidalgo.
Y es que como decían desde Cepsa, la clave del éxito de una estrategia a largo plazo está en implicar a clientes y proveedores. Olalla del Río explicaba que les ha funcionado “muy bien” trabajar cerca de éstos últimos, “ayudándolos a cubrir sus necesidades, proporcionando formación en sostenibilidad y también premiándolos con los galardones ‘We Pioneer’ a las mejores prácticas de sostenibilidad’”. En el caso de los clientes, la energética aboga por crear alianzas intersectoriales para “favorecer cadenas de valor de los nuevos productos”. Como ejemplo de este trabajo, del Río destacaba el proyecto del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, el mayor presentado en Europa en la materia, para el que han firmado alianzas con varias empresas; así como la descarbonización del mercado de la aviación a través del SAF (combustible sostenible de aviación por sus siglas en inglés) que, de la mano de varias líneas aéreas, ya está suministrando en cinco aeropuertos españoles. “Sin estas alianzas, el cambio que tenemos que generar no sería posible”, reconocía.
En Grupo Asisa es importante tener en cuenta la opinión de proveedores y clientes a la hora de realizar su estrategia, saber qué les importa y qué necesitan. “Una vez has preguntado, puedes tomar decisiones para optimizar y posicionarte”, decía Gómez Acebo, para así alcanzar ese modelo de estrategia 360 grados. Para Allianz Partners, estas alianzas son casi una obligación intrínseca a su modelo de negocio ya que al ser una empresa que ofrece servicios, son los proveedores los que están en contacto con el cliente final. “Trabajamos con ellos para que de una forma innata integren el concepto de sostenibilidad. Medimos indicadores para reducir la huella de carbono y de residuos. También los premiamos por su implicación y esfuerzo en este sentido”, explicaba Toribio.
Como empresa de distribución de soluciones para el espacio de trabajo, en Lyreco realizan una selección “estricta” de sus proveedores, que deben pasar por sus criterios de sostenibilidad y trabajar con ellos para alinear sus objetivos con los de la compañía, especialmente en relación con los Objetivos Basados en Ciencia (SBTi). De hecho, tienen el objetivo de lograr que el 90% de sus ventas proceda de productos sostenibles en 2026. En el caso de sus clientes, su director general aseguraba que la parte más importante es la de concienciar y que vean los beneficios de este proceso. Por ejemplo, “si optimizamos las entregas, podemos reducir las emisiones”. Junto con Lyreco, trabaja GSK para reducir el número de traslados y su impacto al planeta. Al mismo tiempo, para esta farmacéutica son claves las alianzas generadas dentro y fuera del sector para mitigar todo tipo de riesgos.
Dando ejemplo en primera persona
Como no hay mejor lección que dar ejemplo, los ponentes en este encuentro compartieron prácticas que están llevando a cabo en sus empresas para reducir la huella de carbono y ser más sostenibles. “Si queremos ser pioneros, tenemos que dar ejemplo”, recalcaba Maggioni. Para el director general de Lyreco éste es un aspecto clave de cara a lo que a posteriori vas a solicitar a tus proveedores. Entre las buenas prácticas que mencionaba Maggioni, se encuentran la electrificación de su flota y el análisis de la eficiencia energética de los equipamientos en los centros de distribución. Además, este directivo ponía el ejemplo del servicio que tienen en funcionamiento en la Universidad de Córdoba, donde se desplazan con una moto eléctrica para entregar los pedidos.
A su juicio, “en el día a día se pueden hacer muchas cosas que te abren puertas como seleccionar tus oficinas o el uso de luces LED o por movimiento. Estas prácticas, combinadas con el uso de energías renovables y la promoción de tecnologías eficientes, son clave para reducir el consumo de combustibles fósiles y minimizar el impacto ambiental. Además, te ayudan a construir esta conciencia para luego trabajar con clientes y proveedores”.
En Chiesi apuestan por analizar el ciclo de vida del producto para hacerlo “lo más óptimo posible y sostenible”, decía Hidalgo. A ello se suma el cuidado de todo lo que rodea al producto: una flota de vehículos con partners sostenibles, medir la huella de carbono de los edificios de sus oficinas, el tipo de energía que utilizan en ellas, etc.
Es el caso de Allianz Partners, que en asistencia en carretera tienen la opción de reparar in situ una avería en lugar de movilizar el vehículo al taller, sólo el año pasado se evitaron un 30% de movilizaciones en vehículos ligeros y un 45% en vehículos pesados, lo que llegó a ahorrar un 60% de las emisiones de CO2. También cuentan con un servicio de asistencia telefónica para guiar a los usuarios en las incidencias que puedan encontrar en sus vehículos de renting o de sustitución; y en vivienda, acompañan al usuario en la solicitud de ayudas para instalar paneles solares en su domicilio, además de hacer el diagnóstico de eficiencia energética de la residencia.
Desde la farmacéutica GSK relataban cómo el 49% de sus emisiones proceden del uso de uno de sus inhaladores para el tratamiento de enfermedades respiratorias. Para reducir esta cifra, están trabajando en el desarrollo de un nuevo inhalador de baja huella, más “verde”, que reduciría el impacto en las emisiones de este medicamento al 10%. “El impacto que tiene esta reducción de emisiones es clave cumplir con nuestra misión de cuidar la salud del planeta para así cuidar de la salud de las personas sin comprometer la calidad de vida de los pacientes”, aseguraba Ferrón.
La directora de Sostenibilidad de Asisa señalaba que a la aplicación de estas prácticas “ha ayudado mucho la tecnología”. Gracias a ella, este grupo asegurador está cambiando las calderas de sus hospitales apostando por una calefacción renovable, reduciendo los residuos de los hospitales y analizando cómo la telemedicina puede ayudar a reducir hasta en un 80% las emisiones de carbono de los traslados a los centros médicos. La tecnología también es una palanca de acción en las prácticas que lleva a cabo la petrolera Cepsa, desde la identificación de los focos de emisión a la descarbonización, pasando por el desarrollo de plantas de producción de biometano.
En todo este trabajo hacia la sostenibilidad, Maggioni reflejaba que las empresas de este coloquio “compartimos objetivos ambiciosos”. En su caso, reducir las emisiones absolutas de gases de efecto invernadero de alcance 1 y 2 en un 50% para 2030 tomando como referencia el año base 2019”.
A pesar de los retos existentes en este proceso, los ponentes también dieron relevancia a las oportunidades que genera este cambio, como la innovación, el liderazgo empresarial, la creación de valor y la ventaja competitiva frente a otros que no se embarquen en este camino o lo hacen más tarde, cómo mencionaba Olalla del Río, de Cepsa. La gerente de Comunicación Corporativa y Sostenibilidad de Chiesi menciona como logro de los últimos años el hecho de haber conseguido que la sostenibilidad esté en las conversaciones, desde los consejos de administración de las compañías a la plantilla al completo. “Es una suma de todos y lo conseguiremos. Estamos en el camino”, concluía.