En un mundo cada vez más cambiante y competitivo, donde las nuevas tecnologías están acelerando los grandes cambios y dibujando nuevos paradigmas para el mercado laboral y las nuevas generaciones irrumpen con necesidades diferentes a las de generaciones anteriores, las universidades y las empresas se preguntan cómo preparar, atraer y retener talento. Sobre este reto compartido ha tratado nuestro último Forbes Talks.
Para abordar estos temas el pasado 26 de abril hemos reunido en FORBES a Rosa Visiedo Claverol, rectora la Universidad CEU San Pablo -, así como a José María Monge Monge, Head de Soluciones Globales de Talento y Head de Talento y Cultura de América del Sur en BBVA, Remedios Orrantia Pérez, Human Resources Director Europe Cluster / President of Vodafone Spain Foundation y Raquel Larena Jiménez, Regional HR director South Europe & Latam de Randstad. El debate ha sido moderado por la periodista Layla Jiménez y ha tenido lugar en el L ́Atelier Utópica de Madrid.
Los cuatro participantes han estado de acuerdo en que la empleabilidad de los estudiantes no solo depende de adquirir las habilidades técnicas necesarias el desarrollo de sus profesiones, sino que también tiene mucho que ver con las soft skills y valores que desarrollen estos.
“Creo que nuestra obligación como universidad es intentar formar a nuestros alumnos no solo en las competencias técnicas, sino también en las cualidades personales que son cada vez más demandadas por las empresas a nivel de cualificación”, asegura Rosa Visiedo, rectora del CEU San Pablo.
“Cualidades como el autoconocimiento, la resiliencia, la capacidad de adaptación, la actitud de formarse continuamente o el querer seguir adelante con su formación, los idiomas, el trabajo en equipo o la capacidad de liderazgo… constituyen un plus que nuestros estudiantes llevan puesto y que aporta diferenciación”, añade.
Visiedo ha reconocido que en un mundo tan incierto en el que el impacto de las nuevas tecnologías lo puede cambiar todo a veces resulta muy difícil saber para qué empleos se debe formar a los universitarios, pero “sí sabemos que personas queremos: comprometidas, responsables y honestas”.
En esta línea se ha manifestado también José María Monge Monge, Head de Soluciones Globales de Talento en BBVA, quien ha puesto en valor la anticipación. En su opinión uno de los aspectos clave que se demandarán en los nuevos profesionales es la capacidad de ser empáticos, pero también de “saber comunicar bien ante el escenario y en el foro en el que estás”.
Monge considera que las soft skills van a ser muy importantes y permiten poder anticiparse a lo que van a necesitar para dentro de 2 años. “El aprendizaje continuo, el trabajo en situaciones de incertidumbre, el trabajo en equipo, la adaptación al cambio… se mantendrán”.
Remedios Orrantia, presidenta de Vodafone Spain Foundation, cree que los valores serán uno de los tres pilares que permitan encontrar a los candidatos ideales. “Necesitamos a gente que muestre compromiso, que se identifique con las empresas, que tenga un propósito que vaya más allá de realizar las tareas”. No obstante, opina que pese a la relevancia de las soft skills el conocimiento “sigue siendo importante”.
Orrantia ha añadido como habilidad muy relevante para estos profesionales del futuro el pensamiento analítico, la capacidad de sacar conclusiones, “de saber qué es relevante de lo que no lo es”.
Otro de los temas que ha centrado el debate ha sido las expectativas de los nuevos empleados que pertenecen a la generación zeta o centennials y los desafíos que afrontan las empresas para retenerlos.
Raquel Larena, Regional HR director South Europe & Latam de Randstad, ha explicado cómo su desarrollo no siempre significa ascender. “A veces te marcan que no quieren una mayor responsabilidad jerárquica, sino que quieren moverse lateralmente, no estar más de 2 años en el mismo sitio, cambiar de país. Las organizaciones tenemos que ser mucho más flexibles y dinámicas. Esto un reto tremendo, organizarnos así. Debemos intentar que si toman la decisión de emprender nuevos retos su primera opción siempre sea dentro de la empresa y no fuera”, apostilla.
“Los jóvenes buscan empresas que coincidan con sus propios valores, de entender la profesión y el mundo”, Rosa Visiedo.
Para la rectora de la Universidad CEU San Pablo, los más jóvenes miran mucho la flexibilidad y la conciliación. “Ellos defienden tener su vida personal y no quiere supeditarla a lo laboral”, sostiene. “Pasamos tanto tiempo trabajando que el proyecto profesional debe estar alineado con el proyecto vital, que forme parte de su proyecto de vida. También vemos que buscan empresas con propósito, que coincidan con sus propios valores, de entender la profesión y también de entender el mundo”, concluye.
El Head de Talento y Cultura de América del Sur en BBVA coincide en que “quieren diseñar su propia carrera profesional, aprender cosas diferentes. Eso como empresa nos obliga a diseñar modelos de formación profesional distintos. Nos piden mucha data, un asesoramiento muy personalizado para que en base a toda esa información tomen sus propias decisiones”. Monge asegura que los jóvenes quieren “proyectos retadores donde puedan desarrollar toda su creatividad”.
Por su parte, Orrantia destaca que tienen necesidad de una dosis de libertad, pero pecan de “ser muy impaciente y querer las cosas más inmediatas”. Por eso, según cree, desde los departamentos de RR.HH deben “ayudarles a relajar una serie de demandas. Es en su propio beneficio, es un proceso de acompañamiento”. También insiste en la importancia de que el talento joven conviva con el resto de talento que existe en las compañías, que “vean un estilo de liderazgo que les permita abordar este tipo de situaciones”.
“El talento joven debe convivir con el resto de talento que existe en las compañías”, Remedios Orrantia.
“No todo lo que demandan los jóvenes es beneficioso para ellos ni para las empresas, ni tampoco los que llevamos más tiempo en las compañías tenemos la verdad absoluta porque sin lugar a dudas hemos desarrollado sesgos. Es importante buscar el equilibrio y la harmonía a través de la diversidad y el respecto de las propuestas. Las compañías deben ofrecer este espacio de convivencia».
El tema de la inteligencia artificial generativa también ha estado presente en este debate sobre los nuevos desafíos empresariales compartidos entre empresas y universidades. Larena afirma que se trata de un reto universal y que lo es para todas las empresas. En su opinión es “un momento de oportunidad máxima para el país. No paramos de escuchar que la IA destruirá empleos, pero la postura debe serla de buscar las máximas oportunidades. No te quedes en la playa esperando al tsunami, debes pasar a la acción y surfear la ola”.
Monge tampoco cree que haya que verlo como un temor, sino como un reto. “Es singular, pero va a generar puestos de trabajo nuevos y va a incrementar la productividad del resto. Muchos procesos manuales se van a automatizar. Habrá personas que generarán más creatividad, una productividad diferente. El cambio es tan exponencial que tienes que estar a día de todos estos cambios porque si no te quedas muy anticuado….”, reconoce.
«Con la IA, no te quedes en la playa esperando al tsunami, debes pasar a la acción y surfear la ola”, Raquel Larena.
Para Visiedo también es clave que se enseñe a usar la inteligencia artificial a profesores y alumnos desde un modo ético y responsable, al igual que cualquier herramienta que venga a posteriori. “Lo vemos como una oportunidad y como todas las herramientas no es buena ni mala, depende del uso que hagas de ella”, concluye.
Precisamente las nuevas tecnologías y el análisis de datos están permitiendo que se pueda saber qué tiempo se tardará en trabajar en el mercado según cada titulación, el número de personas que encontrarán trabajo según la carrera que han estudiado y otros aspectos que ayudarán a los jóvenes a decantarse por una u otra trayectoria con los datos encima de la mesa.