Vehículos eléctricos, híbridos, coches compartidos o alquilados por un tiempo determinado ya no son unos desconocidos para la ciudadanía. Su uso forma parte de lo que se ha denominado movilidad sostenible, es decir, un modelo donde los desplazamientos no generan un impacto negativo al medio ambiente y donde se mejora la calidad de vida de las personas.
Todo un reto energético y ambiental, recogido también en la Agenda 2030, que se analizó el pasado 24 de noviembre en un panel de expertos organizado por Forbes. Representantes de varios sectores y empresas que despuntan en la movilidad sostenible y que están marcando la diferencia en nuestro país se congregaron en el Hotel Urso de Madrid para analizar los retos y oportunidades que nos trae esta nueva fase en la movilidad.
José Miguel Echevarria, head of New Channels & Partnerships at Allianz España; Isabel Gorgoso, directora de New Mobility de Cepsa; Filippo Rivanera, COO de Mobilize Beyond Automotive de Renault; Federico Álvarez, responsable de Electromovilidad de BMW; David Bartolomé, regional BD & Public Affairs Manager Spain de Free2move (ShareNow); y Alberto Gómez, CEO de Wible, pusieron sobre la mesa cómo ven este escenario y cómo están trabajando en la materia.
Para abrir este debate, la periodista especializada en Economía Belén Chiloeches, y moderadora del encuentro, lanzaba la siguiente pregunta: ¿Cómo influirá la nueva movilidad en los hábitos del consumidor? Los participantes en esta cita se mostraron de acuerdo en que estamos ante un cambio de paradigma donde se observa el aumento de preferencias por el car sharing o coche compartido en detrimento del vehículo privado, y donde todo tipo de vehículos eléctricos -coches, bicicletas, patinetes- están ganando terreno.
Un nuevo escenario en el que el mundo del seguro tiene mucho que decir. Desde Allianz señalaban que el contacto con la aseguradora cambia radicalmente con esta nueva movilidad. José Miguel Echevarría, head of New Channels & Partnerships at Allianz, explicaba cómo antes contaban con un cliente con una póliza tradicional de su vehículo propio, mientras que ahora se pide una mayor flexibilidad, agilidad y otro tipo de coberturas que permitan, por ejemplo, activar una cobertura cuando estés utilizando el vehículo y desactivarla en el momento en el que el coche deja de ser usado; lo “que también es una nueva oportunidad de negocio”.
Un nuevo paradigma que, según David Bartolomé, regional BD & Public Affairs Manager Spain de la empresa de alquiler de coches Free2move, viene de “una reflexión de hace años para ver cuál era la movilidad de las ciudades y donde temas como la calidad del aire, el cambio climático y la ocupación del espacio urbano son claves”. A su juicio, esto lleva a que el coche compartido y otros modelos de negocio con vehículos compartidos cero emisiones se conviertan en alternativas al vehículo privado. La siguiente fase para Free2move pasa por crear un marketplace donde, además de servicios de movilidad compartida, pueda haber servicios de alquiler o suscripción.
En esta misma línea, la compañía de alquiler de coches por minutos en Madrid Wible reconocía también el cambio del concepto de propiedad del vehículo con la movilidad sostenible. “Hace 10 años la gente se compraba un coche, y ahora no porque tiene sus necesidades de movilidad satisfechas”, como apuntaba su CEO Alberto Gómez. Para Wible, “el alquiler de vehículos por minutos y por días es el futuro e irá creciendo”.
Adelantarse al futuro
En este escenario de futuro, los participantes en este encuentro coincidieron en señalar que este cambio de movilidad trae retos y también oportunidades. La clave para dar respuesta a las necesidades del consumidor es anticiparse a las nuevas tendencias del mercado para ofrecer las mejores soluciones a los clientes.
Precisamente desde Cepsa relataban cómo el core de su negocio, que siempre ha sido la movilidad de combustión, se está transformando y “tenemos que ser capaces de anticiparnos a ese cambio”, decía su directora de New Mobility Isabel Gorgoso. En este sentido, la energética está apostando por un espacio multienergía y preparando sus estaciones para ello. Además, la nueva movilidad trae cambios en los clientes. Hasta ahora se acercaban a repostar con su vehículo propio y ahora se abre la posibilidad de que en poco tiempo los clientes hagan uso de una movilidad compartida u otro tipo de modelos. En esta transición, Cepsa trabaja para incorporar más servicios que aporten un valor añadido a sus estaciones para que el cliente pueda “disfrutar del momento de repostaje y aproveche más su tiempo”, aseguraban.
Esta movilidad sostenible también está cambiando el negocio de los fabricantes de vehículos. Por ejemplo, en el ecosistema de la nueva movilidad BMW están centrando sus esfuerzos en el desarrollo por una parte del coche eléctrico y del coche de hidrógeno, y por otra parte del coche autónomo y conectado. “No sabemos si en unos años habrá una tecnología imperante y tenemos que desarrollar productos para estar preparados para una demanda diversificada”, señalaba su responsable de Electromovilidad Federico Álvarez. Todo un desafío que también requiere inversiones multimillonarias y enfrentarse a un escenario de incertidumbre.
Conscientes de que el usuario tiene otras necesidades, desde Renault apuestan por ofrecer nuevos servicios de movilidad para “ayudar a los clientes a hacer esta transición de una forma más rápida y eficaz posible”, tal y como decía Filippo Rivanera, COO de Mobilize Beyond Automotive de la automovilística. A ello se suma la involucración por parte de la fábrica. “Estamos cambiando el proceso de producción donde la descarbonización es la clave, con un proceso también de reciclaje de materiales muy alto para acompañar las tendencias y mejorar también el negocio”, explicaba Rivanera.
Dentro de la Agenda 2030
Retos como la descarbonización que mencionaban desde Renault forman parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. BMW indicaba que “el primer paso para la descarbonización es el rejuvenecimiento del parque automovilístico”. Y es que la media nacional de vida de los vehículos en España alcanza los 14 años, mientras que en Europa es de 12. Además, el 80% de los gases contaminantes lo producen coches de más de 10 años, según fuentes del sector. “Por mucho que hagamos esfuerzos con coches más eficientes, si no hay políticas que rejuvenezcan esto, el parque no hacemos nada”, remarcaba Álvarez. La automovilística va un paso más allá de la Agenda 2030 y pretende reducir la emisión de CO2 de sus procesos productivos en un 80% y en un 50% la de sus vehículos frente a lo que se emitía en 2019.
La transición energética de Cepsa para cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 se basa en su estrategia Positive Motion. Con ella pretenden impulsar la movilidad sostenible y fomentar el uso de nuevos combustibles como los biocombustibles de segunda generación. Otra de las apuestas de la energética es establecer puntos de recarga ultrarrápida para responder a las necesidades del cliente y “habilitar la movilidad eléctrica real”, según señalaba Gorgoso. Sin embargo, en este camino se están encontrando con dificultades y Gorgoso pedía más “medidas que nos ayuden a agilizar la infraestructura eléctrica, pues vamos por debajo de la media europea”.
El CEO de Wible también hacía un llamamiento a las administraciones para ir de la mano a la hora de crecer y contribuir de forma conjunta a una nueva movilidad urbana, donde, tal y como aboga la Agenda 2030, es necesario “hacer un desarrollo del transporte público porque gran parte de la contaminación viene también de los autobuses públicos”, destacaba Gómez.
“No se puede construir sólo desde un área sino con proveedores, empresas tecnológicas, clientes, etc. para ir todos hacia esa movilidad”, apuntaba Echevarría, de Allianz. En la aseguradora este camino a un modelo sostenible lo están trabajando desde dentro, reduciendo, por ejemplo, las movilizaciones a nivel interno. Abogan también por la necesidad de trabajar en la cultura de sostenibilidad de los clientes porque “puede que no sepan que necesitan un seguro para poder llevar una bicicleta eléctrica por la calle”.
Generando cultura sostenible
De hecho, trabajar en esta cultura es todo un reto a futuro, como coincidían los ponentes de este encuentro. Desde Free2move, como uno de los primeros contactos que tienen muchos usuarios con la movilidad eléctrica, reconocían que “un desafío es la falta de cultura de ultramovilidad, de saber cómo se utiliza un vehículo eléctrico y de que cale en nuestros clientes que pueden hacer más viajes fuera de la ciudad”.
A juicio de Rivanera, de Renault, el mundo eléctrico es aún un mundo complejo para el cliente, por lo que “tenemos que ayudar para hacerlo más fácil”. En la misma línea, desde Cepsa señalaban la importancia de “pensar en el cliente para que luego no esté un mes aprendiendo cómo funciona un coche eléctrico. Hay que hacer las cosas más simples”, explicaba Gorgoso.
En este cambio de cultura sostenible, los datos señalan que solo el 5% de los coches matriculados en España en los 10 primeros meses del año son eléctricos. Y es que, como destacaban desde Renault, “el coche eléctrico no es para todos”. El coste de estos vehículos es un tema que también se puso sobre la mesa en este debate. “Aún no hemos conseguido una rentabilidad por ese coste elevado de los coches eléctricos”, relataba Gómez, de Wible, quien añadía que es necesario que “evolucionen las tecnologías para que los coches electrificados empiecen a bajar precios y negocios como el car sharing puedan seguir creciendo”.
Cronourbarnismo
Dentro de la movilidad sostenible se cuela también el concepto de la ciudad de los 15 minutos, que promueve la organización de las ciudades en pequeños núcleos donde la población tenga todos los servicios necesarios a pocos minutos de su casa a pie, en bicicleta o en transporte público. Un concepto un tanto utópico para Rivanera, de Renault, que al mismo tiempo señalaba que España tiene “una organización bastante bien hecha”.
Por su parte, Free2move explicaba cómo detrás de la idea de las ciudades de 15 minutos hay una reflexión medioambiental y sobre cómo reordenar el espacio urbano. Desde el car sharing pedían que este tipo de ciudades tengan espacios de aparcamiento para los coches compartidos pues “son espacios dedicados a todos los ciudadanos que lo tengan que usar, y no sólo a una persona en particular”. Bartolomé remataba su intervención diciendo que “la ciudad del futuro pasa por tener espacios para los vehículos comunitarios”.
En el caso de BMW, su apuesta se basa en la democratización del transporte, es decir que cada usuario elija el medio de transporte que más le conviene. Como señalaba Álvarez, el paso a la movilidad sostenible o el uso del coche eléctrico “debe ser una transición y no una imposición”. el nuevo modelo de movilidad debe apoyarse en mantener la libertad de elección del medio para circular, y donde el vehículo privado sostenible sea una opción más. No creemos en la jerarquización del modelo de movilidad y si en la libertad para escoger según las necesidades de cada uno.