Situado en el mismo emplazamiento en el que estuvo la mítica discoteca ibicenca El Divino, Lío abrió sus puertas en 2011 con un concepto sorprendente, mezcla de restaurante, cabaret y discoteca, todo junto, y, además, con vistas a Dalt Vila y el puerto de Ibiza. Es EL SITIO. No hay mejor forma de definir el éxito del establecimiento que citar una breve lista de famosos que han pasado por ahí en sus nueve años de vida: desde Madonna a Leonardo DiCaprio, pasando por Naomi Campbell, Lenny Kravitz, Gloria Estefan, Anne Hathaway, Paul McCartney, Arnold Schwarznegger, Johnny Depp, Shakira, Cristiano Ronaldo, Leo Messi o Rafa Nadal… No te pido que lo superes. ¡Iguálalo!
Todo en Lío es superlativo. Por eso, su director artístico no podía ser un ejecutivo anónimo, por muy bregado en la noche que estuviera. Y esa función recae en Joan Gràcia, uno de los integrantes de Tricicle. En realidad, lo de “director artístico” es una convención: Ricardo Urgell, que era el dueño de Pachá y el dueño de Lío, antes de vender su holding empresarial de discotecas en abril de 2017 al grupo británico Triatlantic Capital Partners, le preguntó un día a Joan, hace diez años, qué se le ocurría hacer en ese magnífico local. Urgell había entrado en contacto primero con Cirque du Soleil para que Lío fuera un local de cena con espectáculo, a la manera de lo que la empresa de Guy Laliberté hacía en Las Vegas, pero no se llegó a un acuerdo.
Urgell conocía a Gràcia desde hacía muchos años y cuando le hizo la pregunta el humorista le contestó que lo que había que hacer era “un cabaret con espectáculo diferente, distinto a todo lo que había en Ibiza”. Cuando, a continuación, le preguntó si se atrevería a hacerlo, el integrante de Tricicle no tardó ni cuatro segundos en decir que sí.
“Las claves son varias –reflexiona Gràcia–. Como decía Willy Wilder, ‘estar en el sitio adecuado, en el momento adecuado’. Nosotros teníamos el sitio adecuado y también era el momento adecuado, verano. Ibiza, donde la gente va a divertirse, a olvidarse de problemas, a pasar unas vacaciones realmente divertidas. Y eso es, precisamente, lo que pretende el Lío. Luego estaba la ubicación dentro de Ibiza, delante de Dalt Vila, la ciudad antigua, con unas vistas espectaculares. Sólo faltaba colocar otros ingredientes: una cocina espectacular y un espectáculo espectacular, valga la redundancia, acorde con la categoría de Ibiza y el puerto de Ibiza”.
Conexión con el público
En 2011, Joan Gràcia llevaba unos treinta años en el mundo del espectáculo, así que algo sabía del tema. A la hora de pensar en Lío quiso aplicar uno de los aspectos distintivos de Tricicle: su conexión con el público.
“Una de las cosas que hacíamos con Tricicle era salir a saludar al público al vestíbulo, después de cada espectáculo, para oír en directo lo que nos querían decir –explica–. Con Tricicle siempre hemos pensado en el público… Realmente es ‘él’ el que dirige el espectáculo. Si a ti te gusta pero no funciona la reacción del público el número se va a la papelera. Es una fórmula que funciona”.
El éxito no tardó en llegar. En Lío la gente se encontró de pronto con una manera de hacer e interconectar con el cliente que conseguía que una cena se convirtiera en una fiesta. “Junté a una serie de artistas a los que había conocido a lo largo de varios espectáculos y entre todos creamos un espectáculo de ‘cabaret/variedades’, una mezcla de estilos en la que juntamos circo con cantantes, bailarines, magia –detalla–”.
Ese conocimiento del público y sus reacciones es la piedra angular de Lío. Ahí, el público forma parte también del espectáculo y eso, según explica Gràcia, es la gran diferencia y lo que lo hace único. “El grado de satisfacción con el que salen los clientes no es del 100%: es del 120%. Cuando te recomiendan ir con un ‘ve al Lío, que te divertirás’, sales satisfecho y supera con creces tus expectativas”.
Reinventar un género
Se suele decir que todo está inventado. Y, en cierto modo, es así. De lo que se trata, en realidad, es de “reinventar” y de añadir la pincelada diferente que hace que parezca que has creado un nuevo estilo. ¿De dónde surge Lío? Joan Gràcia se remonta al pasado, a un pasado que ni él ni nosotros hemos podido conocer, porque nos traslada a finales del siglo XIX. “Nosotros no hemos inventado nada –asegura Gràcia–, pero sí diría que hemos reinventado un género; por ejemplo en París, en el Moulin Rouge o en el Lido vas a cenar y ves un espectáculo. Pero lo ves, no lo vives, no existe la mezcla, la comunicación entre artista y cliente; en cambio, en el Lío lo vives”.
“¿Mas referentes…? –continúa explican- do Gràcia– ¡El mundo! Cualquier película buena, cualquier comedia buena, cualquier musical bueno, cualquier cabaret, cualquier artista de circo bueno, puede servir de fuente de inspiración para hacer un espectáculo o un número nuevo. Y, lógicamente, siempre buscando sorprender al público con algo diferente pero que le enganche. Trabajo con un equipo maravilloso y que sin ellos no se lograría el grado de casi perfección que caracteriza las noches del Lío.
La pandemia, lógicamente, ha afectado el normal desarrollo de Lío. ”Este año ha sido duro; fue, entre comillas, el ‘anti-Lío’, porque la gente no podía participar, no podía levantarse y bailar –resume su creador–. Todo el espectáculo se desarrollaba arriba del escenario, no había esa intercomunicación entre artista y cliente. Pero la gente agradeció que abriésemos Lío, porque todas las discotecas en Ibiza habían cerrado y no había restaurantes con espectáculo. Los artistas salían al escenario siempre con mascarillas y para actuar se la quitaban, era como un ritual. Dábamos instrucciones de como debía comportarse el cliente pero de una forma divertida. Y lanzábamos en off muchos mensajes para dar las gracias a los clientes, porque gracias a ellos y a su comportamiento habíamos podido abrir”.