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Vino, ¿valor seguro?

Aunque el interés por los vinos de alta gama sigue creciendo, factores como el cambio climático, las fluctuaciones económicas o la saturación en mercados como EE UU o China pueden influir en su rentabilidad

El vino ha dejado de ser solo un placer sensorial para convertirse en un activo de inversión con rendimientos que pueden rivalizar con los de los mercados bursátiles o el arte. La añada, la bodega y el cuvée, las puntuaciones de la crítica, la escasez de producción y el estado de conservación son factores determinantes a la hora de valorar una botella. Pero no basta con poseer una etiqueta codiciada: la autenticidad y la trazabilidad son imprescindibles, ya que este mercado ha sido objeto de falsificaciones millonarias.

Casos emblemáticos como el Château Mouton Rothschild 1945, cuya botella puede alcanzar entre 18.000 y 25.000 euros, demuestran cómo la historia también influye en el valor de un vino. Su añada simboliza la victoria aliada en la II Guerra Mundial, convirtiéndolo en una pieza de coleccionista.

Otro ejemplo es la cosecha de Burdeos en 1942, elaborada íntegramente por mujeres mientras los hombres combatían en el frente. En España, el Único Gran Reserva de Tempos Vega Sicilia, dependiendo de su añada y estado de conservación, puede superar los 5.000 euros. Pero el récord de la botella más cara producida en España lo ostenta un exclusivo tinto de Las Pedroñeras, con una producción limitada a 300 botellas y un precio que alcanza los 25.000 euros, reservado para un selecto grupo de compradores en el sector del gran lujo.

Según explica a Forbes Alejandro Marcos, sumiller y Wine Director en Puente Romano Resort & Nobu Hotel Marbella, los coleccionistas privados son los inversores más comunes en España, adquiriendo vinos de alta gama tanto por placer como con una visión de inversión a largo plazo. Sin embargo, en los últimos años han comenzado a destacar los fondos de inversión especializados en vino, que apuestan por bodegas de prestigio con reconocimiento internacional, ya que sufren menos las fluctuaciones económicas.

Además, algunas marcas de lujo y casas de moda han comenzado a involucrarse en la inversión en vino como parte de su diversificación, con el grupo LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy) liderando el panorama internacional al contar con bodegas de prestigio en propiedad.

En España han desembarcado recientemente empresas especializadas en inversión en vino como Crurated, mientras que otras como RareWine lo hacen a través de sus plataformas digitales. También existen plataformas y fondos especializados como Wine Investment Fund o Vinovest (más enfocada en el mercado internacional). Los pequeños inversores pueden empezar participando en plataformas de inversión colectiva en vino, adquiriendo fracciones de botellas a través de plataformas como Catawiki o WineBid.

“El mercado del vino ha sido, es y será muy estable. Históricamente ha mantenido una apreciación constante y se espera que siga creciendo, especialmente con la demanda en mercados emergentes como el africano y el asiático”, explica Marcos. No obstante, el experto advierte que hay factores a considerar, como el cambio climático, las fluctuaciones económicas y la posible saturación del mercado, como ha sucedido en EE.UU. o China. Aun así, el interés por los vinos de alta gama sigue creciendo y revalorizándose año tras año.

La bodega nacional más completa

Con Marcos al frente, el Hotel Puente Romano ha puesto en marcha un ambicioso proyecto: construir una bodega que aspira a ser la más completa de España. “Hace siete años contábamos con una bodega de 250-300 referencias. Hoy sobrepasamos las 1.400 referencias nacionales e internacionales”, señala. La bodega se distingue por su enfoque en vinos raros y de alta gama, como añadas legendarias de Vega Sicilia Único Gran Reserva (1962, 1970) o el Viña Tondonia Gran Reserva (1947, 1964). El precio más alto al que han vendido una botella en Puente Romano es de 33.000 euros, correspondiente a un Romanée-Conti Grand Cru de Domaine de la Romanée-Conti.

No obstante, el mercado de vinos de alta gama ha experimentado caídas en algunos índices, como el descenso del 14,4% en los precios de Borgoña este año. Sin embargo, Marcos aclara que esto no afecta tanto a los productores de renombre, cuyos vinos rara vez pierden valor. “Venimos de un crecimiento desmesurado en los últimos dos años, con cosechas de baja producción que han incrementado los precios en casi un 50%”, añade.

El buen vino, al igual que el arte o los bienes raíces, ha demostrado ser un activo de refugio en tiempos de incertidumbre. Con el conocimiento adecuado y una estrategia bien definida, el jugo de la vid puede ofrecer un retorno excepcional. Para que la inversión en vino sea rentable, es clave evaluar la reputación de la bodega, la añada y la producción total disponible, así como elegir bien el momento de venta. También hay que tener en cuenta factores externos, como los cambios en políticas arancelarias o la disminución de demanda en mercados clave como China.

Según apunta Marcos, los cambios producidos en todas estas variables podrían traer una gran oportunidad para las bodegas españolas que buscan consolidarse en el mercado internacional, especialmente aquellas que producen cuvées en pequeñas cantidades y aún no han alcanzado una estabilidad en su precio, generando alta especulación.