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Robots humanoides que barren, doblan ropa… y nunca se quejan en las reuniones

Los robots pueden hacer muchas cosas increíbles, pero no pueden conectar con su audiencia como lo hace usted. GETTY

En una escena que parece sacada de Terminator, Jensen Huang, CEO de Nvidia, ha declarado que la revolución de los robots humanoides está a la vuelta de la esquina. La llamada «IA encarnada» o “IA física”, es decir, la integración de inteligencia artificial dentro de un cuerpo físico —un robot— está dejando de ser una promesa tecnológica para convertirse en una revolución palpable. Un robot que aprende tareas observando a humanos y actuando en el mundo físico.

Durante la reciente conferencia GTC en San José, California, Huang presentó herramientas de software diseñadas para mejorar la navegación de estos robots en entornos reales. Según sus palabras, en menos de cinco años, los robots humanoides podrían ser una presencia común en las fábricas, realizando tareas con una eficiencia que podría redefinir la industria manufacturera. ​ 

Y no se trata de exageraciones optimistas. Nvidia ya está impulsando este avance con sus GPU RTX, capaces de procesar el razonamiento necesario para que estos robots aprendan nuevas tareas mediante observación e imitación. El modelo Isaac GR00T N1 será una de las piedras angulares de esta transición.

Robots que no piden vacaciones

Hasta ahora, la mayoría de robots operaban siguiendo líneas de código estrictas, limitados a tareas específicas. Pero los avances en inteligencia artificial general permiten pensar en máquinas que no solo ejecutan, sino que también interpretan y deciden. Se trata de sistemas capaces de generalizar comportamientos, de adaptarse a lo inesperado y de resolver problemas como lo haría un ser humano.

La promesa no es menor. En un mundo marcado por la escasez de mano de obra en sectores como la manufactura o la logística, los robots humanoides ofrecen una solución que trabaja 24 horas al día, siete días a la semana, sin pausas ni vacaciones… y sin necesidad de café para empezar el lunes. Trabajar en cadenas de montaje, pero también para tareas domésticas como pasar la aspiradora, doblar la ropa, lavar los platos e incluso brindar compañía.

No se trata solo de innovación tecnológica, sino de una reconfiguración completa de sectores económicos. La entrada de empresas como Xiaomi, UBTECH o Boston Dynamics, y las asociaciones estratégicas entre empresas y gobiernos, evidencian que la robótica humanoide se perfila como una herramienta transformadora, tanto en lo productivo como en lo social.

Las proyecciones financieras son igualmente impresionantes. Según Goldman Sachs, se espera que la industria de robots humanoides alcance un valor de 38.000 millones de dólares para 2035. Por su parte, Citigroup estima que el mercado podría dar un salto hasta alcanzar los 7 billones de dólares para 2050, con más de 1.190 millones de unidades operativas a nivel mundial. 

Una industria que ya compite en serio

El despliegue de estos sistemas ya no es hipotético. Tesla avanza con su modelo Optimus, al que Elon Musk calificó como «el producto más grande de la historia», con objetivos de producción que alcanzan el millón de unidades para 2027. Figure AI, con apoyo de Microsoft y OpenAI, ha logrado colocar sus robots en entornos industriales como las plantas de BMW.

Figure AI, por ejemplo, podría alcanzar pronto una valoración cercana a los 40 mil millones de dólares, tras una nueva ronda de financiación. Este crecimiento meteórico está respaldado por avances en inteligencia artificial racional, y por planes concretos de desplegar hasta 100.000 unidades en apenas cuatro años.

La carrera no se limita a Estados Unidos. En China, Ant Group ha lanzado una filial dedicada a la robótica humanoide con una inversión inicial de 100 millones de yuanes. Xpeng, por su parte, ha anunciado una apuesta de 13.800 millones de dólares, intensificando la competencia con desarrollos como el robot Iron, pensado para rivalizar con el Tesla Bot.

Para los inversores, el auge de los robots humanoides representará un nuevo nicho de negocio. La automatización avanzada promete transformar sectores como la manufactura, la logística y la asistencia doméstica, aumentando la eficiencia y reduciendo costos operativos. Empresas que lideren en la adopción e integración de estas tecnologías podrían obtener ventajas competitivas significativas en el mercado global.​

Además, la creciente inversión en este sector sugiere un futuro en el que los robots humanoides no solo serán comunes en entornos industriales, sino también en aplicaciones cotidianas, desde la atención médica hasta el servicio al cliente. Esto abriría nuevas vías para la inversión en empresas que desarrollen tecnologías complementarias, como software de IA, semiconductores y almacenamiento energético. ​

Sin embargo, la rápida adopción de robots humanoides también planteará nuevos desafíos. La integración de estas máquinas en la fuerza laboral podría generar preocupaciones sobre el desplazamiento de empleos y la necesidad de reentrenar a los trabajadores. Además, surgen cuestiones éticas relacionadas con la privacidad, la seguridad y la interacción humano-robot.​

Y como si esto fuera poco, los humanos ahora deberán aprender a convivir con compañeros de trabajo que nunca llegan tarde, ni se quejan del aire acondicionado de la oficina.