Si algo queda claro tras la última encuesta de gestores de fondos de Bank of America correspondiente al mes de marzo, es que el amor por Europa está en su punto más álgido. Nunca antes había habido una rotación tan agresiva de capital desde Estados Unidos hacia Europa. El propio banco lo llama «EU-rresistible», y razón no le falta. Según la encuesta, un 39% de los encuestados declara estar sobreponderado en acciones europeas, un salto espectacular desde el 12% del mes pasado. Al mismo tiempo, un 23% neto afirma estar infraponderado en acciones estadounidenses, la mayor proporción desde mediados de 2023. Este es, según los registros que datan de 1999, el mayor movimiento de capital desde Estados Unidos hacia Europa.
Tesla y la capitulación de los inversores minoristas marcan un posible suelo en el mercado
Mientras Europa se fortalece, en Wall Street las dudas sobre si la corrección ha tocado fondo siguen en el aire y el cambio de sentimiento ha sido radical. Lo que antes era un flujo constante de capital hacia Estados Unidos ahora parece haberse detenido en seco. La volatilidad ha marcado las últimas sesiones, con caídas pronunciadas seguidas de rebotes efímeros. Uno de los mejores ejemplos de esta inestabilidad es Tesla, que ha vivido un desplome del 15% en un solo día, situándose por debajo de su cotización previa a las elecciones del pasado mes de noviembre. En contraste, otras compañías como General Motors y Ford, mucho más expuestas a los aranceles sobre el acero, han resistido mejor la caída, desafiando la lógica de los mercados.
Los aranceles, que en otros momentos han sido el punto más decisivo del análisis, ahora parecen un factor menor comparado con la psicología del mercado. Se habla de capitulación, el momento en el que los inversores, agotados por las pérdidas, tiran la toalla y venden en masa. Tesla, que ha sido la acción fetiche de los «day traders», se ha convertido en el epicentro de esta capitulación, con especuladores deshaciéndose de posiciones cuando el precio perdió todas sus ganancias post-electorales. Pero, curiosamente, tras el pánico, la acción repuntó, demostrando que la irracionalidad sigue gobernando Wall Street.
Pero más allá de Tesla, el verdadero problema es que aún no hay suficiente pánico institucional para decir que el mercado ha tocado fondo. La encuesta de la American Association of Individual Investors muestra que los bajistas ya superan a los alcistas, una señal de pesimismo extremo que a veces precede un rebote. Sin embargo, los inversores institucionales aún no han mostrado el mismo miedo, y la cobertura en el mercado de opciones no ha alcanzado los niveles de alarma observados en crisis anteriores.
Los hedge funds apenas han reducido deuda
El apalancamiento también juega un papel clave en estas caídas. Muchos fondos de cobertura y traders minoristas operan con dinero prestado, lo que amplifica los movimientos del mercado. En momentos de tensión extrema, los brokers exigen la devolución de préstamos, forzando liquidaciones en cascada. Según Goldman Sachs, los hedge funds apenas han comenzado a reducir su deuda, lo que sugiere que aún podría faltar una última ola de ventas para marcar el verdadero suelo del mercado.
Mientras Wall Street sigue atrapado en este juego de incertidumbre, los gestores de fondos han encontrado en Europa un refugio más atractivo. La encuesta de Bank of America revela que el 50% de los encuestados prefiere los valores cíclicos europeos frente a los defensivos, un cambio drástico respecto al 28% del mes pasado. Además, el optimismo también ha alcanzado a las pequeñas empresas, con un 37% de los inversores esperando que las compañías de baja capitalización superen a las grandes, la mayor proporción en más de tres años.
Por sectores, los bancos y las empresas industriales, en especial las compañías de defensa, están registrando entradas récord de capital. Esto se debe, en parte, al estímulo fiscal alemán y al aumento del gasto en defensa de la UE, que están impulsando la confianza en el crecimiento económico europeo. En términos geográficos, Alemania se ha consolidado como el mercado preferido de los gestores de fondos en Europa, reforzando su liderazgo como motor del continente.
La diferencia con Estados Unidos es abismal. Mientras el S&P 500 y el Nasdaq caen, el Stoxx 600 europeo gana un 9% en 2025, el Dax alemán un 17% y el Ibex 35 un 14%. Pero el dato que más preocupa a los inversores es el comportamiento del euro, que ha ganado más de un 5% frente al dólar en 2025, reflejando un cambio de confianza en los mercados globales.
A pesar de la migración de capital a Europa, los inversores siguen preguntándose si ya es momento de comprar en Wall Street. Algunos indicadores técnicos sugieren que el mercado podría estar sobrevendido, pero los analistas advierten que todavía no se han dado las condiciones clásicas de pánico extremo que preceden un gran rebote. La volatilidad implícita del VIX, conocido como el «índice del miedo», sigue alta, por encima de 20 puntos, pero no ha alcanzado los picos que típicamente marcan el final de una venta masiva.
Para los inversores que buscan señales de un suelo definitivo, hay tres factores clave a seguir en las próximas semanas: el sentimiento del mercado debe volverse extremadamente negativo entre los institucionales, los niveles de apalancamiento de los fondos deben reducirse drásticamente, y los sectores cíclicos deben mostrar signos claros de estabilización. Hasta que esto ocurra, el riesgo de nuevas caídas sigue siendo alto.