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¿Es India la nueva China?

2025 está siendo testigo de un espectáculo económico sin precedentes. Dos gigantes asiáticos, China e India, compiten en un duelo que podría definir el siglo XXI. Como dos titanes en un ring, el panda chino y el tigre indio despliegan sus fortalezas para conquistar la cima del poder global. China, con su poderío industrial y tecnológico, e India, con su juventud demográfica y crecimiento acelerado, compiten no solo por liderar Asia, sino por definir el futuro económico del planeta.

Pero, ¿cuál tiene más posibilidades de ganar esta batalla? La respuesta no es sencilla, porque ambos países juegan sus cartas en diferentes frentes. China, con un Producto Interno Bruto (PIB) de 16,4 billones de euros, multiplica por cinco los 3,3 billones de la India. Esta diferencia económica también se refleja en los ingresos per cápita: los ciudadanos chinos perciben 11.647 euros anuales, mientras que los indios apenas alcanzan los 2.294 euros. Sin embargo, esta ventaja no está exenta de costes, ya que la deuda pública china asciende a 13,8 billones de euros, frente a los 2,7 billones de la India. A pesar de ello, ambos países mantienen una relación deuda-PIB similar, lo que evidencia que dependen de la inversión pública para sostener su crecimiento.

La competencia entre China e India en los mercados financieros

La rivalidad entre China e India también se refleja en los mercados financieros, donde ambos países intentan atraer a inversores globales con propuestas distintas, pero igualmente atractivas. Tras un período de desafíos económicos, China busca recuperar su dinamismo mediante paquetes de estímulo y avances en inteligencia artificial (IA), mientras que India mantiene su atractivo gracias a su estabilidad y perspectivas de crecimiento a largo plazo.

En el último año, las acciones chinas han mostrado signos de recuperación. El índice chino Hang Seng Tech, centrado en el sector tecnológico, ha aumentado un 72%, impulsado por el desarrollo de modelos de IA como DeepSeek. Este avance ha reavivado la confianza de los inversores, quienes también se sienten atraídos por las valoraciones relativamente bajas de las acciones chinas, con un índice precio-beneficio neto (PER) de aproximadamente 11 veces. En enero de este año, los inversores chinos adquirieron acciones en Hong Kong por un valor récord de 2.900 millones de dólares, la mayor compra diaria desde 2021.

Por su parte, India sigue siendo una apuesta sólida gracias a su crecimiento económico sostenido y su clase media en expansión. Aunque el índice Sensex ha caído un 12% desde su máximo de 52 semanas, las previsiones de crecimiento de las ganancias corporativas entre un 11% y un 17% anual durante los próximos tres a cinco años siguen atrayendo a los inversores. Además, el banco central ha recortado los tipos de interés y facilitado el acceso al crédito, estimulando el consumo y la inversión. 

En términos de inversión extranjera, ambos países compiten por atraer capitales mediante sus respectivos sectores tecnológicos. China apuesta por gigantes como Alibaba, Tencent y Huawei, mientras que India destaca por su creciente ecosistema de startups y empresas de tecnologías de la información (TI)

La batalla demográfica y tecnológica

Sin embargo, la verdadera diferencia entre ambas economías radica en sus poblaciones. Con una población joven y en crecimiento, India cuenta con un potencial humano capaz de impulsar su economía en las próximas décadas. En contraste, China arrastra un proceso de envejecimiento que podría limitar su fuerza laboral. Pero el gigante asiático aún conserva una ventaja estratégica, su capacidad para atraer talento global, gracias a salarios competitivos y oportunidades en sectores punteros como la IA y la biotecnología.

Ambos países también invierten en educación y salud, aunque con estrategias diferentes. India destina un 14,65% de su presupuesto a la educación, superando el 10,5 % de China. Sin embargo, en términos absolutos, China invierte 558.617 millones de euros, cuadruplicando los 124.038 millones de India. La diferencia en gasto sanitario es aún mayor: 500.513 millones en China frente a 42.138 millones en India, lo que se refleja en una esperanza de vida de 78,59 años en China y 67,74 años en India.

Con perspectivas de crecimiento sólidas y estrategias económicas diferenciadas, tanto China como India presentan interesantes oportunidades. A medida que ambos países avanzan en esta carrera, sus diferencias estratégicas definirán quién logrará liderar el camino de los mercados emergentes en el siglo XXI.