¿Quién ha tenido un año para enmarcar y quién ha terminado pidiendo la hora? 2024 ha sido un campo de batalla para inversores, fondos y economías enteras, donde los grandes ganadores se han coronado con retornos espectaculares y los perdedores han caído en un pozo del que será difícil escapar. Desde el resurgir de las criptomonedas hasta el ascenso inesperado de Argentina, pasando por un estrellato amargo para Intel y los bonos estadounidenses, estos son los ganadores y perdedores de 2024.
Estrellas en 2024
Argentina ha sido una de las historias más sorprendentes del año. Bajo el liderazgo de Javier Milei, el país ha implementado reformas económicas radicales que han eliminado el déficit fiscal y restaurado la confianza de los mercados internacionales. Los bonos soberanos argentinos han registrado una subida del 70%, mientras que el Merval, el índice de referencia del país, ha crecido un 175%. Las medidas de austeridad y un enfoque en la apertura económica han atraído inversiones extranjeras, aunque los riesgos de sostenibilidad a largo plazo aún persisten.
Otra de las economías más destacadas en 2024 es Japón, donde el índice Nikkei ha subido un 21%. La política monetaria flexible del Banco de Japón y un yen débil han favorecido a los exportadores, mientras que compañías como Toyota (+21%) y Sony (+25%) han visto incrementos significativos en sus acciones.
En el ámbito de las materias primas, el oro ha reafirmado su papel como refugio seguro. El metal precioso ha subido un 27%, impulsado por la incertidumbre económica global, un aumento en las reservas de bancos centrales y una creciente demanda de los consumidores. En paralelo, la plata también ha tenido un excelente desempeño, con un incremento del 21%. Ambas materias primas han sido los favoritos de los inversores más conservadores, especialmente en un año donde los bonos de Estados Unidos sido una de las grandes decepciones.
El cacao, sin embargo, se ha llevado el título al activo más rentable entre las materias primas, con un incremento del 170%. Las sequías en África Occidental han reducido la oferta global, mientras que la demanda de chocolate sigue creciendo a nivel mundial.
Pero si 2024 será recordado por algo, será también por el regreso triunfal de bitcoin. Con una subida del 123%, la aprobación de los ETF de bitcoin al contado en Estados Unidos ha sido un catalizador determinante, atrayendo flujos masivos de capital institucional. Además, empresas como MicroStrategy han visto cómo su capitalización bursátil se triplicaba, alcanzando los 75.000 millones de dólares, gracias a su agresiva acumulación de la criptomoneda. Ethereum también ha brillado, subiendo un 48% y consolidando el renacimiento de las criptomonedas en 2024.
En el ámbito tecnológico, Nvidia ha dominado la narrativa del año de principio a fin. La empresa ha registrado un crecimiento del 177% en el precio de sus acciones, consolidándose como la tercera mayor compañía del mundo por capitalización bursátil por detrás de Apple y Microsoft. La demanda de sus chips de IA ha superado todas las expectativas, lo que ha permitido a Nvidia liderar una de las mayores transformaciones tecnológicas de la historia reciente.
Los fondos cotizados o ETF como vehículos financieros han sacado un buen provecho de este auge tecnológico. Los fondos basados en Nvidia y Bitcoin han superado el 200% de beneficios, aprovechando el apalancamiento y la creciente demanda tanto de inversores minoristas como institucionales. Estos fondos se han consolidado como herramientas clave para aquellos que buscan exposición a sectores específicos como tecnología y criptomonedas.
Los índices de Wall Street también han tenido un año dorado. El Nasdaq ha subido en el entorno del 30%, seguido por el S&P 500 con un 23% y el Dow Jones un 12%. Este desempeño ha sido impulsado por informes de beneficios sólidos, un entorno de tipos de interés más bajos que terminan el año en el 4,25%-4,50% y un renovado optimismo económico. En Europa, Alemania y España, encabezan las ganancias con el Dax y el Ibex 35 apuntándose un 18% y un 14% respectivamente, a falta de una última sesión.
Estrellados en 2024
Intel ha tenido un año catastrófico, perdiendo un 60% de su valor. La empresa no ha logrado competir con Nvidia y AMD en el mercado de chips de alto rendimiento, lo que ha resultado en una pérdida de relevancia en sectores clave como la IA y la computación en la nube.
Entre las grandes decepciones del año también nos encontramos con los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Los rendimientos de los bonos a 10 años han pasado del 3,9% en enero al 4,5% en diciembre, reduciendo sus precios y desviando a los inversores hacia activos de mayor riesgo. Este desempeño mediocre ha dejado a muchos inversores cuestionando la tradicional seguridad de este activo.
En cuanto al algodón, otro de los perdedores del año, ha registrado una caída del 14% afectado por una sobreproducción global y una preferencia creciente por materiales sintéticos más baratos. En paralelo, la soja ha perdido un 23%, lastrada por una demanda china debilitada, y el petróleo más de un 3% por la sobreoferta en el mercado.
A China también se la podría incluir en el grupo de perdedores. Su economía sigue desacelerándose por debajo del 4% y sufre una crisis inmobiliaria persistente que sigue afectando a la confianza del mercado. Sin embargo, las medidas de estímulo del Banco Central de China han conseguido mejorar la confianza del consumidor y la demanda interna, y el índice CSI 300 ha respondido con una subida del 16% en el año. China, será sin duda una de las grandes incógnitas de cara a 2025 con las tensiones comerciales en marcha con Estados Unidos y los problemas estructurales que seguirán siendo una losa para el crecimiento del país.
En el mercado de divisas, el euro ha sido uno de los grandes perdedores, con una depreciación del 5,6% frente al dólar, mientras que el yen japonés ha caído un 10,8%, dejando claro que el dólar ha sido la moneda dominante del año.
