“El objetivo es hacer que la humanidad sea multiplanetaria”. Así describía Elon Musk su misión al fundar SpaceX en 2002. Más de dos décadas después, esta empresa no solo lidera la industria aeroespacial, sino que está a punto de protagonizar un movimiento histórico. SpaceX podría convertirse en la compañía privada más valiosa de Estados Unidos con una valoración que rondaría los 350.000 millones de dólares, gracias a una posible salida a bolsa que ya despierta enorme expectación.
Este salto no solo permitiría a inversores iniciales y empleados materializar sus beneficios, sino que colocaría a SpaceX en el mapa financiero mundial. Convertirse en una de las grandes fuerzas del mercado no sería solo un hito tecnológico, sino también un cambio en cómo entendemos la industria espacial.
El Falcon 9 y el récord de lanzamientos
En 2024, SpaceX ha logrado lo que parecía imposible. Con 119 lanzamientos del Falcon 9 hasta noviembre y la meta de alcanzar 134 antes de que termine el año, la compañía ha pulverizado marcas históricas. Para ponerlo en contexto, este número supera el total de lanzamientos que realizó el transbordador espacial de la NASA en sus tres décadas de servicio.
El secreto del éxito está en la reutilización. El Falcon 9, diseñado para ser relanzado hasta en 23 ocasiones, ha reducido los costos de cada misión de 1.500 millones de dólares, que costaba un lanzamiento con el transbordador de la NASA, a apenas 15 millones. Mientras sus competidores intentan descifrar cómo replicar esta tecnología, Musk y su equipo ya están a años luz. SpaceX vuela literalmente a otro nivel.
Starship y Starlink
El crecimiento de SpaceX se sostiene sobre dos pilares revolucionarios: Starship y Starlink.
El cohete Starship, con sus 121 metros de altura y una capacidad de carga de 100 personas, no es solo el más grande jamás construido, sino el que podría cambiar las reglas del juego. Su diseño completamente reutilizable es tan eficiente como un avión comercial. Incluso puede usar combustible producido en Marte, mostrando cómo SpaceX está construyendo su ambicioso sueño de colonización interplanetaria.
Starlink, por su parte, ya es una fuente importante de ingresos. Esta red de internet satelital cuenta con millones de usuarios en expansión constante. En 2023, SpaceX generó 9.000 millones de dólares en ingresos y 3.000 millones en beneficios netos. Las previsiones para 2024 apuntan a 13.000 millones y 4.500 millones respectivamente, consolidando su posición en el mercado.
Comparada con empresas tradicionales como Boeing, SpaceX ha dejado claro que no sigue las reglas habituales. Su modelo disruptivo combina innovación tecnológica con una sorprendente reducción de costos, lo que ha colocado a la empresa en una posición sin rival en el sector.
Por supuesto, no todo ha sido perfecto. En julio, un fallo en la segunda etapa de un Falcon 9 provocó la pérdida de 20 satélites Starlink, y más tarde un propulsor sufrió un incendio al aterrizar. Pero incluso estos contratiempos no han frenado a SpaceX, que sigue demostrando una capacidad de recuperación asombrosa.
El potencial de SpaceX
Pero, ¿cómo valorar una empresa que opera en un sector tan disruptivo? Con una relación precio-beneficio prevista de 45 veces según algunas fuentes del mercado, SpaceX podría parecer cara en comparación con otros gigantes del sector. Para ponerlo en perspectiva, Tesla, otra de las empresas de Elon Musk, alcanzó una relación similar durante su auge en 2021. Empresas más consolidadas como Boeing, presentan una relación precio-beneficio mucho más conservadora, cercana a 20 veces en los últimos años. Sin embargo, el potencial de crecimiento disruptivo de SpaceX podría justificar esta valoración, similar a lo que ocurrió con Amazon en su expansión inicial.
Hay que tener en cuenta, además, que SpaceX no solo está llevando la exploración espacial a nuevos niveles, sino que también está impulsando avances en otras áreas. La reducción de costos en lanzamientos y la mejora tecnológica están revolucionando sectores como las telecomunicaciones, facilitando herramientas contra el cambio climático, la navegación y la defensa.
El Foro Económico Mundial estima que la economía espacial podría alcanzar los 1,8 billones de dólares en 2035, con una tasa de crecimiento del 9% anual, triplicando el promedio de la economía global. SpaceX, con su enfoque visionario y pragmático, está en el centro de esta revolución económica.
El debate sobre la rentabilidad de SpaceX queda despejado al observar sus cifras. Con beneficios netos crecientes y un modelo de negocio basado en la innovación, la compañía no solo ha cambiado la industria, sino que ha demostrado que el espacio puede ser una empresa viable. Y más todavía. Es una historia en construcción, una prueba de que los límites pueden romperse y un recordatorio de que el cielo nunca ha sido el límite.