El mercado no descansa, y tras la victoria de Donald Trump, la bolsa estadounidense vive un momento de euforia que está rompiendo récords. Las entradas netas de capital en fondos de renta variable y ETF (fondos cotizados en bolsa) estadounidenses han alcanzado cifras récord. Un aluvión de dinero que asciende a más de 37.000 millones de dólares solo en el caso de fondos de renta variable tradicional. El mensaje sigue calando. Los inversores mundiales apuestan una gran parte de su dinero al futuro de Estados Unidos.
El «rally Trump» en cifras
El entusiasmo es palpable. El miércoles posterior a las elecciones, los ETF que cotizan en Estados Unidos recibieron flujos históricos por valor de 22.000 millones de dólares, pulverizando el récord anterior de 4.000 millones establecido tras la victoria de Joe Biden en 2020. No es un detalle menor. El SPDR S&P 500 ETF Trust, uno de los fondos más icónicos de Wall Street, se llevó una porción considerable de este pastel con más de 4.000 millones de dólares en nuevas inversiones.
¿Y qué sectores están brillando bajo este renovado optimismo? Las acciones de pequeña y mediana capitalización, más ligadas al mercado interno, están en el radar. Solo en la última semana, estos fondos recibieron 7.430 millones de dólares, consolidando su posición como favoritos de los gestores.
El informe de Bank of America
Los datos de Bank of America respaldan esta ola de optimismo. Según su última encuesta mensual a gestores, que recogen las opiniones de más de 179 profesionales que administran 503.000 millones de dólares en activos, un 23% de ellos espera que la economía mundial mejore en los próximos 12 meses. Este porcentaje marca el nivel más alto desde agosto de 2021 y supone un giro drástico frente a la encuesta de octubre, donde predominaba el pesimismo.
Además, los gestores han reducido significativamente sus niveles de efectivo en cartera, situándolos en el 4,3%, muy por debajo del 7% observado en periodos de mayor incertidumbre. Esta combinación de confianza y prudencia refleja una visión matizada del mercado.
¿Por qué este frenesí?
Todo apunta a las expectativas de cambios políticos y económicos bajo un segundo mandato de Trump. Los inversores celebran la promesa de recortes fiscales masivos, menos regulación y un impulso generalizado a la actividad económica. Además, la política fiscal expansiva prevista por la administración Trump, combinada con la relajación monetaria reciente de la Reserva Federal, genera lo que algunos expertos llaman «la receta perfecta para un escenario sin aterrizaje».
En este contexto, los sectores cíclicos, como el financiero y el industrial, han sido grandes ganadores. ETF como el Financial Select Sector SPDR Fund, que agrupa acciones bancarias del S&P 500, atrajeron más de 1.600 millones de dólares en un solo día, mientras que el ETF SPDR S&P Regional Banking experimentó una subida del 13,4%.
¿Un mercado sin riesgos?
Sin embargo, el optimismo no es sinónimo de complacencia. Aunque las entradas de capital reflejan confianza, los gestores de fondos siguen atentos a los posibles riesgos. Las políticas proteccionistas, como posibles aranceles adicionales a las importaciones, podrían generar tensiones comerciales que afecten a la economía global. Asimismo, un repunte inflacionario derivado de estas medidas es un factor que el mercado no parece haber incorporado completamente en los precios.
Por otro lado, mientras los flujos hacia acciones estadounidenses baten récords, los ETF de renta variable internacional sufrieron salidas de capital. Esto deja un mensaje claro: Estados Unidos es ahora el lugar predilecto para los inversores que buscan crecimiento.
¿Qué sigue para Wall Street?
Con un telón de fondo marcado por la promesa de recortes fiscales y un entorno de menor regulación, Estados Unidos se consolida como el principal destino del dinero de los inversores. Pero la verdadera prueba vendrá en los próximos meses, cuando las expectativas tengan que enfrentarse a la realidad política y económica. ¿Seguirá este «rally Trump» marcando la pauta?