Hubo un momento en que los fondos ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) parecían la estrella absoluta del mundo financiero. Acumulando hoy cerca de 3,3 billones de dólares distribuidos en unos 7.600 fondos, esta categoría alcanzó dimensiones impensables hace solo una década. Pero, aunque su crecimiento parecía inquebrantable, en los últimos dos años las cosas han empezado a cambiar. Algunos dicen que la inversión sostenible ya no brilla como antes. ¿Pero qué ha pasado exactamente?
La respuesta no es sencilla. Desde el creciente peso de la regulación europea hasta los reembolsos de los inversores en Estados Unidos, un rendimiento que en muchos casos no alcanza el del mercado general y además, la creciente influencia de una corriente anti-ESG en Estados Unidos, impulsada en gran medida por ciertos sectores conservadores y las próximas elecciones presidenciales. Esta postura, que ha etiquetado la inversión ESG como «capitalismo progresista», ha fomentado el surgimiento de fondos anti-ESG y ha llevado a grandes gestoras, como BlackRock, a reducir su exposición a estos fondos en el mercado estadounidense.
Europa y Estados Unidos registran caídas en flujos hacia fondos ESG
Primero, echemos un vistazo a los números. A nivel mundial, los fondos ESG captaron 10.400 millones de dólares en el tercer trimestre de 2024, una mejora frente a los 6.300 millones del trimestre anterior. Sin embargo, los matices regionales son claros. En Europa, los flujos han caído a un mínimo de 10.300 millones de dólares, desde los 11.100 millones previos. Y en Estados Unidos, aunque los reembolsos de estos fondos se han desacelerado, todavía suman 2.300 millones de dólares en retiradas en el mismo trimestre. Morningstar señala que los gestores de fondos sienten la presión de estos cambios y que el flujo global es desigual, con un crecimiento modesto en algunas regiones y un claro retroceso en otras.
Aquí no acaba la cosa. El rendimiento también ha sido diverso, y no siempre favorable para los fondos ESG. Mientras algunos fondos de renta variable han logrado retornos del 18,73%, sectores más tradicionales de la inversión ESG, como la renta fija europea, han quedado rezagados. La tasa de crecimiento orgánico, que mide los flujos netos respecto a los activos totales, es de apenas un 0,33% para los fondos ESG frente a un 0,77% en el mercado en general. Y claro, los inversores no tardan en notar estas diferencias.
La regulación en Europa reduce la oferta de fondos ESG disponibles
Europa ha sido siempre el motor del mercado ESG, con más del 80% de los activos sostenibles del mundo bajo su dominio. Pero en 2024, la regulación en este sector se ha endurecido como nunca antes. La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) exige ahora que los fondos etiquetados como ESG excluyan sectores como combustibles fósiles y asegure que al menos el 80% de sus activos esté alineado con objetivos sostenibles. Todo esto tiene un objetivo claro: eliminar el “greenwashing” o lavado verde. Sin embargo, el rigor normativo también ha llevado a la liquidación o fusión de más de 349 fondos ESG en Europa en lo que va del año, ya que muchas gestoras de fondos se encuentran atrapadas en una encrucijada entre los costes de cumplimiento y la presión para mantener una etiqueta sostenible
Además, el cumplimiento de estos estándares está resultando costoso. Según el CFA Institute, las gestoras deben invertir en sistemas avanzados de monitoreo y en personal especializado para evitar el “greenwashing”. Esto no solo ha aumentado los gastos operativos, sino que es probable que se traduzca en mayores comisiones para los inversores, un factor que podría reducir la competitividad de los fondos ESG en comparación con otras opciones de inversión.
España, una excepción notable
Curiosamente, mientras Europa y Estados Unidos muestran signos de desgaste, en España los fondos ESG siguen en alza. En septiembre de 2024, el patrimonio de los fondos ESG en España alcanza los 387.867 millones de euros, lo que representa el 35,8% del total del mercado de fondos de inversión. Según Inverco, este crecimiento parece estar impulsado por una regulación que ha favorecido la transparencia y que ha despertado el interés de los inversores locales.
En cuanto a la rentabilidad anualizada de los fondos ESG en diferentes clases, ésta ha sido positiva pero inferior. Los fondos de renta fija mixta internacional mostraron una rentabilidad del 4,64%, mientras que los fondos de renta variable internacional Europa y Estados Unidos alcanzaron rentabilidades del 8,57% y de 18,73%, respectivamente.
El Futuro de los Fondos ESG
Dos décadas después de que el concepto de inversión ESG comenzara a resonar, la sostenibilidad parece más integrada en las finanzas que nunca. Pero los desafíos actuales, desde la presión normativa hasta los rendimientos desiguales, han puesto al mercado ESG en un momento decisivo. Con un marco regulador cada vez más sólido y en evolución, los fondos ESG tienen el reto de adaptarse sin perder competitividad. Y aunque el panorama sea complejo, el impacto positivo de la inversión sostenible en el sistema financiero mundial es innegable.