El Vanguard Total Stock Market Index Fund (VTSAX) ha alcanzado un hito histórico en 2024, al convertirse en el mayor fondo de inversión del mundo, con un patrimonio gestionado que ha llegado a los 1,7 billones de dólares, desbancando al Fondo de Inversión en Pensiones del Gobierno de Japón (GPIF), que gestiona activos por valor de la misma cifra. Desde 2019 hasta 2024, el tamaño de VTSAX se ha multiplicado a medida que más inversores, tanto institucionales como individuales, han optado por estrategias pasivas debido a su rentabilidad y eficiencia en costos.
Vanguard: la máquina de crecimiento que domina el mercado global
El ascenso meteórico de Vanguard ha sido impulsado por su modelo de gestión pasiva, que ha cautivado a millones de inversores por su simplicidad y eficiencia. Este enfoque replica índices de referencia como el S&P 500, lo que ha permitido a Vanguard ofrecer productos de bajo costo y altamente diversificados. Con 1,7 billones de dólares bajo gestión, el VTSAX ahora ofrece exposición a 3.656 empresas, cubriendo prácticamente todo el mercado de valores estadounidense.
En lo que va de 2024, el VTSAX ha generado una rentabilidad del 17,8%, y su retorno a cinco años es del 95%. Estos resultados han sido impulsados en gran medida por su alta concentración en acciones tecnológicas, como Microsoft (6,34%), Apple (5,86%), Nvidia (5,51%), Amazon (2,11%) y Meta Platforms (2,09%), todas ellas entre las más valiosas de su cartera. Además, el fondo presenta una relación precio-beneficio de 26 veces y una rentabilidad sobre el capital del 24%, lo que subraya la solidez de las empresas en las que invierte. Sin embargo, este fenómeno también plantea riesgos. La alta concentración en empresas tecnológicas, cuyo desempeño ha sido excepcional en los últimos años, genera cierta vulnerabilidad. Si el sector tecnológico sufre una corrección, los fondos pasivos como el VTSAX, que tienen una gran exposición a este sector, podrían experimentar caídas significativas en sus rendimientos.
El bajo coste de las comisiones ha sido otra de las claves de éxito de Vanguard. El gasto total del VTSAX es apenas del 0,04%, según su página web oficial. Este dato refleja la capacidad de Vanguard para atraer inversores con comisiones mínimas, en contraste con los fondos activos, que suelen cobrar comisiones significativamente más altas. Para ilustrarlo, un inversor que colocase 50.000 euros en el VTSAX pagaría solo veinte euros al año, mientras que en un fondo activo con una comisión del 1,5%, pagaría 750 euros anuales.
La hegemonía estadounidense en la gestión de activos
Vanguard no está sola en su dominio del sector. BlackRock, con 9,09 billones de dólares en activos bajo gestión, sigue siendo la mayor gestora de fondos a nivel global, mientras que Vanguard AM, con 7,6 billones de dólares, ocupa el segundo lugar, según el informe World’s Top Asset Management Firms de ADV Ratings. Entre ambas gestoras, controlan una porción significativa del mercado global, consolidando un duopolio que ha generado debates sobre la concentración de poder en la industria de gestión de activos.
Aparte de Vanguard y BlackRock, otras gestoras de fondos que han logrado colocarse entre las diez más grandes del mundo incluyen a nombres como Fidelity Investments (4,24 billones de euros), UBS Group (3,96 billones de euros) y State Street Global Advisors (3,60 billones de euros). Estas diez firmas controlan un total de 44 billones de dólares en activos, lo que representa cerca de un tercio del patrimonio global bajo gestión.
Sin embargo, la mayoría de estas gestoras son de origen estadounidense, lo que subraya la hegemonía de Estados Unidos en la industria. Solo tres gestoras no estadounidenses —UBS Group (Suiza), Crédit Agricole (Francia) y Allianz Group (Alemania)— han logrado un puesto en este exclusivo club, aunque ninguna de ellas se encuentra dentro de las tres primeras.
¿Qué significa el dominio de Vanguard para los inversores?
El hecho de que Vanguard haya desbancado al fondo de pensiones de Japón como el mayor fondo del mundo tiene implicaciones significativas para el futuro del mercado financiero. La concentración de poder en un número reducido de gestoras plantea cuestiones sobre la estabilidad del sistema financiero y la competencia dentro del sector. Si firmas como Vanguard y BlackRock controlan una porción significativa de los mercados, sus decisiones, aunque se basen en la gestión pasiva, podrían tener un impacto considerable en los precios de las acciones.
Este crecimiento también ha alimentado el debate sobre los riesgos inherentes a la inversión pasiva. Al replicar los índices de manera automática, sin discriminar entre empresas con buenos o malos resultados financieros, algunos analistas advierten que se podría estar inflando artificialmente el valor de ciertas acciones, especialmente en sectores sobrecalentados como el tecnológico.
A pesar de los riesgos, está claro que el modelo de gestión pasiva seguirá dominando la conversación en los próximos años, moldeando el futuro de los mercados financieros globales.