El panorama para la segunda mitad de 2024 en los mercados se ha vuelto más incierto. Tras un arranque de año positivo, las bolsas han perdido ritmo y las pérdidas en la renta fija nos advierten de que la batalla contra la inflación no acaba hasta que realmente ha terminado. Es necesario ser conscientes de que el boom por la inteligencia artificial, la cantidad de estímulo fiscal en juego y una geopolítica del todo impredecible pueden provocar rápidos cambios en la dirección de los mercados.
Cómo y cuándo empezarán los Bancos Centrales a bajar los tipos de interés son preguntas cada vez más incómodas. Hasta hace poco tiempo, parecía existir un consenso claro sobre este tema, pero ahora la incertidumbre aumenta.
Es posible que los mercados se hayan malacostumbrado a pensar que sólo hay una dirección en las Bolsas, hacia arriba y, todo lo que no sea un horizonte claro, despejado y sin nubes podría llegar a ser perturbador. El futuro de los mercados está en manos de los Bancos Centrales y de la tecnología.
La incertidumbre geopolítica es otro factor que amenaza con enquistarse. La guerra en Ucrania ha cumplido más de dos años y seguramente irá para largo. Mientras, en Europa, los políticos aumentan su retórica militar y el tono belicista por miedo a que las ambiciones de Putin sean mayores. El de Israel e Irán, amenaza –al mismo tiempo– con extenderse por el resto de países de la zona. Otro punto de fricción, las disputas comerciales entre EE UU y China están en ‘punto muerto’. No hay que confiarse. Podría reactivarse en cualquier momento a medida que Joe Biden y Donald Trump miden sus fuerzas para las elecciones del martes 5 de noviembre, otra de las grandes citas del año que promete más volatilidad.
Si bien es importante ser realista sobre los riesgos existentes en el mercado, también es importante destacar las oportunidades que ofrece para los inversores que saben dónde buscar. Algunos sectores que están funcionando bien son el sector tecnológico, el sector salud, el sector de consumo básico y las materias primas. La diversificación de la cartera y la inversión a largo plazo son dos estrategias clave para mitigar el riesgo y obtener buenos resultados en el mercado.
La incertidumbre geopolítica, los cambios sociológicos, las nuevas tendencias de inversión, así como el fallo en los pronósticos, obligan a los inversores a formarse y a mantenerse al día. Es necesario seguir aprendiendo porque el mundo sigue cambiando y los competidores instruyéndose. Como personas y como inversores la probabilidad de fracasar con ese planteamiento debería ser muy baja. Los animo a que se formen y aprendan con todo el contenido de este nuevo número de Forbes Funds. ¡Qué lo disfruten!
*Fernando Latienda García, periodista económico.