Cada vez que tengo una conversación sobre la industria de las criptomonedas y la evolución de su precio, suelo escuchar la misma frase: “debería haber invertido hace años”, normalmente seguida de: “no sé si ese tren ya pasó”. La conversación puede derivar en múltiples sentidos, pero mi respuesta siempre se reduce a la misma pregunta: “¿Realmente crees que es tarde para empezar a invertir en cripto?”.
Según mi experiencia, el interés de los inversores de grandes patrimonios en las criptomonedas, a menudo, se suele ver frenado por la precaución, lo cual tiene todo el sentido. Este tipo de perfiles, generalmente, se suelen clasificar en tres grupos: en primer lugar, a los nativos en cripto que acumularon importantes fortunas al invertir en una etapa más temprana; posteriormente, están los inversores tradicionales que han asignado una parte específica de sus activos a cripto para, coloquialmente hablando, “intentar sacar algo de tajada” de esta nueva industria; y, por último, los inversores adinerados reticentes frente al mercado cripto porque no terminan de confiar en él.
El segundo y tercer grupo están formados por inversores que cuentan con una alta educación financiera tradicional, que están acostumbrados a lidiar con el día a día del mercado y a rodearse de los mejores profesionales en el campo de las finanzas. El desafío al que se enfrentan tiene que ver con la corta historia de la industria de las criptomonedas. El hecho de que el de los activos digitales sea un sector tan nuevo tiene como ventaja que cuentan con un potencial estratosférico que nadie se quiere perder, pero, a la vez, su novedad complica su comprensión, ya que difiere de lo que estos inversores y sus asesores de toda la vida están acostumbrados.
Por ello, cuando se lanzan a invertir en cripto, les asaltan las dudas sobre qué comprar, cuándo empezar a hacerlo y cómo hacerlo. La empinada curva de aprendizaje sobre cómo navegar por el mercado de las criptomonedas suele provocar un vértigo, que se suele incrementar más aún cuando es el caso de inversores profesionales o institucionales porque no pueden aplicar los procesos que conocen y las cifras clave para sus decisiones de inversión.
Aunque hoy en día la tendencia es diferente, y siempre hay excepciones, la actitud general de los inversores de grandes patrimonios hace cinco años era de extrema cautela. Todos habían oído, leído e intentado informarse sobre las criptomonedas, atraídos por ellas y cautelosos al mismo tiempo. Sólo una pequeña proporción de los inversores tradicionales asignaba una parte de su cartera a cripto, lo que solía deberse o bien a un gran interés en el campo porque habían adquirido los conocimientos necesarios, o bien a que se habían acercado a los que hemos denominado anteriormente como nativos de las criptomonedas.
La reciente aprobación de los ETF al contado de bitcoin, que ha supuesto un hito en la historia de las criptomonedas y que ha abierto las puertas a una adopción generalizada en el mundo financiero tradicional, ha dejado un aspecto evidentemente claro: es necesario sumergirse de lleno en el sector y estar plenamente informado antes de actuar. Lo que demuestra que el sector cripto ya no se puede ignorar.
Con la adopción masiva todo lo relacionado con inversión en activos digitales pasará de ser algo novedoso y desconocido a ser un tema común y ampliamente conocido, impulsando la innovación, no sólo en el sector de las criptomonedas, sino también en el sector financiero tradicional. Estamos entrando en un momento crucial, en el que la integración masiva puede conllevar no solo que las criptomonedas sean más accesibles para los inversores tradicionales, sino que pasen a serlo para el mercado en su conjunto.
Volviendo a mi pregunta inicial de si es demasiado tarde para invertir en cripto, la respuesta ahora se vuelve mucho más fácil de resolver. A medida que el mercado financiero tradicional se fusione con el mercado de las criptomonedas, y viceversa, asistiremos a un proceso de mayor innovación que conducirá a nuevos productos y soluciones transformadoras.
La introducción de los ETF al contado de bitcoin ha servido como catalizador de esta convergencia del mercado y ahora estamos presenciando el establecimiento de las bases para la adopción generalizada del mercado de las criptomonedas. Nunca se había producido esta situación de una forma tan evidente en un mercado tan joven como es el de las criptomonedas.
A partir de ahora será esencial entender lo que sucede en el mercado de los activos digitales, independientemente del tipo de inversor que uno sea. Personalmente, he descubierto que se aprende más cuando tienes puesta “carne en el asador”, siempre evaluado, evidentemente, los riesgos y beneficios cuidadosamente.
La “fiesta” de las criptomonedas se está preparando de forma organizada al mismo tiempo que no deja de ganar impulso y resuelve de forma eficiente todos los posibles problemas que puedan surgir para que, llegado el momento, todos aquellos que quieran participar del sector lo hagan pisando la alfombra roja.