La inversión sostenible lleva años consolidándose y ampliando sus capacidades a nivel global. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas canalizaron los primeros impulsos de estas inversiones, que añadían a la búsqueda de resultados financieros la necesidad de contribuir a un mundo mejor para todos. Estos objetivos cubren una amplia variedad de temas que van desde el desarrollo social a la transición energética, pasando por la mejor gestión de los recursos naturales.
La integración de estos objetivos ya ha evidenciado la gran oportunidad que representan y los beneficios socioeconómicos que producen. La inversión sostenible ha seguido evolucionando hacia espacios en los que esta se materializa con mayor eficiencia. De hecho, en lo que respecta a las áreas de inversión más interesantes dentro del campo de la sostenibilidad, los inversores han pasado de un enfoque general centrado en los ODS a uno más centrado en temas más específicos. En concreto, el 56% de los inversores señala como prioritario invertir en proyectos que frenen el cambio climático y el 49% cree que el área de energías limpias es la que suscita mayor interés, según un estudio realizado recientemente por el Grupo BNP Paribas entre inversores institucionales y distribuidores intermediarios a nivel mundial.
Por su parte, los proyectos relacionados con el agua y las soluciones de cero emisiones netas están cobrando cada vez más relevancia y estas dos temáticas se han convertido en prioritarias para el 23% y el 22% de los inversores, respectivamente.
Pero a los inversores también les interesan las cuestiones sociales y se estima que el 20% de ellos está interesado en proyectos de salud y bienestar y el 17% en proyectos relacionados con la demografía y envejecimiento de la población.
Entre los inversores europeos, cobra especial relevancia el reglamento SFDR (Sustainable Finance Disclosure Regulation) y el 65% de los inversores encuestados buscan soluciones clasificadas como Artículo 8, aquellas que, aunque no tienen un objetivo sostenible específico, promueven características ESG y el 60% se inclinan por las del Artículo 9, que tienen un objetivo explícito de sostenibilidad.
En el ámbito de la inversión privada, se aprecia claramente el aumento de los inversores que desean transformar la sociedad construyendo soluciones duraderas. La preservación de la biodiversidad, la lucha contra las desigualdades sociales y la investigación médica son algunas de las principales causas sobre las que actúan.
La normativa está evolucionando a buen ritmo, pero los reguladores todavía tienen que acordar un enfoque armonizado que aporte la tan necesaria claridad a la inversión ASG. Por ello, para elegir la inversión adecuada y canalizar el capital hacia empresas con un futuro sostenible, es aconsejable contar con un asesoramiento profesional.
Los inversores privados buscan para sus inversiones sostenibles y de impacto, por una parte, rendimiento, y por otra, información clara sobre el impacto positivo que produce cada una de sus inversiones.
Esta es una realidad que en BNP Wealth Management entendimos hace tiempo, por eso llevamos más de una década apostando e integrando estos fondos en las carteras de nuestros clientes. En este tiempo, todas líneas de negocio de BNP Paribas han desarrollado una oferta cada vez más sostenible y el objetivo estratégico del Grupo es canalizar 200.000 millones de euros hasta 2025 para ayudar a las empresas a impulsar la transición hacia un modelo de cero emisiones.
*Antonio Salgado, CEO de BNP Paribas Wealth Management en España