A medida que el mundo sigue abrazando la multipolaridad, pasando de un modelo dominado en gran medida por Estados Unidos al protagonismo de China y países como India, Arabia Saudí, Sudáfrica y Singapur, que están desafiando esta dinámica y dirigiéndonos hacia un nuevo orden mundial; los cambios geopolíticos, la severidad de la recesión y la inflación son elementos que retroalimentan el devenir macroeconómico.
Estamos viendo durante los últimos años “el auge de los activos de mercados privados”. El capital privado presenta a nivel global un récord de 3,7 billones de dólares de dry powder, es decir, cantidad de capital comprometido, pero no asignado y, listos para invertir. Tras una década de crecimiento en la captación de fondos de capital privado –con casi doce billones de dólares recaudados desde 2012– el fundraising ha sido todo un desafío en 2023.
A nivel nacional, según SpainCap, el fundraising entre inversores nacionales privados, alcanzó los 1.343M€, un 22% más que en los seis primeros meses de 2022, lo que ha supuesto el mejor primer semestre de la historia. Algunos ejemplos comunes de activos de mercados privados incluyen el Venture Capital, Private Equity, Fondos de Bienes Raíces Privados, inversiones en Deuda Privada, en Startups y Empresas Tecnológicas, etc. Hay que tener en cuenta que las inversiones en mercados privados a menudo son menos líquidas que en mercados públicos y, requieren un conocimiento especializado y una comprensión profunda del mercado y de las empresas en las que se invierte.
Según Rafael Suárez, director de Inversiones en Wealth Solutions, “es importante que los inversores no se queden únicamente con las expectativas de rentabilidad, sino que también valoren los costes que estos productos soportan, que suelen ser elevados, y el dilatado tiempo de tenencia de estas inversiones, que prácticamente hace cautivos a los inversores por diez o más años a la vez que pagan comisiones anuales”. Asimismo, explica que conviene analizar los riesgos (siniestral, complejidad, operativo, iliquidez, concentración, etc.).
En este entorno, los criptoactivos pueden generar un mayor impulso al Venture Capital y al Venture Builder y/o transformar la forma en que se financiar y gestionan las startups y las inversiones en empresas emergentes con ventajas como una financiación más accesible y global, facilitar la liquidez, la tokenización de activos y una mayor flexibilidad en la inversión.
Luis Pastor, cofundador y CEO de Tritemius, explica que “transformar industrias aprovechando tendencias como la creciente adopción institucional de la tecnología blockchain, el desarrollo de la identidad digital, el creciente protagonismo de los activos digitales, las ventajas de los Smart Contracts y las finanzas descentralizadas, más allá de tendencias de inversión están dibujando un nuevo escenario económico mundial”.
Sin duda el marco regulatorio generará nuevas fórmulas de emprendimiento en torno a los activos digitales. La aprobación de MiCA marca la protección a los consumidores e inversores de Bitcoin y criptoactivos, y sobrepone el foco en evitar desastres de monedas estables. “En el futuro, podrían desempeñar un papel más prominente en el comercio global y la inclusión financiera”, vaticina Alberto Fernández, CEO de Sistek Solutions.
La tecnología y el ecosistema WealthTech son motores que desempeñan un rol clave en la inversión de los ganadores del futuro y marcarán la reconfiguración del panorama financiero.
*Cristina Murgas Aguilar, director del Área de Comunicación Financiera e Institucional de QUUM