Aunque sea complicado, esperamos que los distintos esfuerzos por alcanzar las cero emisiones netas estén cada vez más alineados. La COP28 de este año en Dubái tendrá un día dedicado a la naturaleza, el uso de la tierra y los océanos, y otro a los sistemas alimentarios. Iniciativas como la Fundación Finanzas para la Biodiversidad –de la que Fidelity es miembro– han surgido para ayudar al sector financiero a gestionar mejor las implicaciones de la pérdida de naturaleza, cuyo abordaje difiere mucho de la lucha contra el cambio climático por sus características de ubicación y la falta de una métrica única –como las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)–. Sin embargo, se están estudiando soluciones por parte de organismos normativos mundiales como el Consejo Internacional de Normas de Sostenibilidad (ISSB, por sus si- glas en inglés).
Se necesita trabajar en políticas
La normalización de los informes empresariales debería facilitar a los inversores la evaluación de los riesgos naturales, pero los datos por sí solos no son la panacea y es necesario desarrollar políticas. Esperamos que se elaboren estrategias y planes de acción nacionales sobre biodiversidad que describan cómo cada país se alineará con el Marco Global de Biodiversidad (GBF, por sus siglas en inglés) en temas clave como la deforestación, el reciclado y eliminación de plásticos de los océanos, la escasez de agua y la reorientación de las subvenciones agrícolas hacia proyectos que mejoren los ecosistemas naturales y restauren los suelos agotados. La COP28 brindará a los países la oportunidad de debatir los progresos realizados desde la COP15 y qué queda por hacer. Medidas como la Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE están en fase de desarrollo, pero han encontrado oposición.
Cerrar la brecha de financiación de la naturaleza
Las estimaciones del sector sugieren que se necesitan unos 8,8 billones de dólares en inversiones acumuladas en la naturaleza de aquí a 2050 para garantizar la gestión del riesgo de la viodiversidad. En la actualidad, esa cifra global de inversión anual es de sólo 146.000 millones de dólares, una brecha importante. Dado que el cambio climático provoca la pérdida de naturaleza y viceversa, y que es necesario invertir 100 billones de dólares en soluciones climáticas, es obvio que las inversiones en naturaleza deben ser mucho mayores.
Aprender del clima
En Fidelity hemos estado trabajando con numerosas empresas sobre muchas cuestiones relacionadas con el capital natural y sobre cómo están gestionando los riesgos e impactos. En ocasiones habrá que elegir entre preservar los hábitats naturales o proporcionar recursos para mitigar el cambio climático. Sin embargo, las empresas que se encaminan hacia el cero neto ya están equilibrando distintas necesidades en diferentes momentos, al tiempo que se benefician de las ventajas de la transición (por ejemplo, costes energéticos más bajos gracias a las energías renovables).
Utilizar lo que hemos aprendido al abordar el cambio climático y aplicarlo a la naturaleza es una forma de agarrar el toro por los cuernos, al tiempo que reconocemos las complejidades de operar en un ámbito polifacético. La COP28 no sólo dará prioridad a la naturaleza en la agenda climática, sino que Brasil acogerá la COP30 y situará a la Amazonia, que sigue siendo una de las zonas más prístinas de la Tierra, en el centro del proceso en 2025.
*Jenn-Hui Tan, director global de Sostenibilidad de Fidelity International.