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Por qué el ‘boom tech’ en bolsa puede ir más allá de la Inteligencia Artificial

Las grandes tecnológicas han vuelto. Muchas de las compañías que lideraron el último gran mercado alcista están protagonizando este año una incipiente recuperación, como es el caso de Amazon, Apple, Microsoft, Meta y Nvidia, que han sido las cinco compañías que más han contribuido a la subida registrada este año por el índice S&P 500.

En términos de mercados, aún no está claro si esta tendencia va a continuar, pero el índice Nasdaq Composite, con una fuerte presencia de compañías tecnológicas, ha subido en lo que va de año casi el doble que el índice S&P 500: más de un 35%.

La diferencia es que ahora las compañías tecnológicas no son las únicas que están registrando buenos resultados. En el último año se han ampliado las oportunidades de mercado, que ahora incluyen a los sectores de la energía, la sanidad y la industria, así como a las compañías de dividendos y con orientación de valor.

La rentabilidad ha dejado de estar dominada por unas cuantas compañías estadounidenses y se ha distribuido de manera más uniforme por todo el mundo. La amplitud del mercado ha aumentado mucho desde finales de 2021, en contra de lo que venía ocurriendo en los seis años anteriores”, explican los expertos de Capital Group en un reciente informe.

En este espacio, Nvidia se ha convertido en el ejemplo de la bonanza de beneficios del sector. Se trata de una empresa con un cuasi monopolio sobre los microchips esenciales para entrenar modelos de IA, y que ha registrado un trimestre histórico. Las previsiones de los analistas no sólo eran erróneas, sino que ni siquiera estaban en el código postal correcto. Como resultado, el precio de las acciones de Nvidia ha experimentado una subida meteórica en lo que va de año.

Este año, Nvidia se sitúa en el centro del auge de la IA. Las empresas, desde las de consumo por Internet hasta las de fabricación, están tratando de conseguir el kit necesario para acelerar sus estrategias de IA. Esto está ocurriendo a gran velocidad y, sencillamente, cada vez hay menos para todos.

La adopción de la inteligencia artificial por parte de los consumidores ha sido asombrosa, En 2006, Twitter tardó dos años en llegar al millón de usuarios. Instagram tardó 2,5 meses en alcanzar el millón de usuarios en 2010”, explica Jamie Mills O’Brien, Director de Inversiones – Renta Variable Europea en abrdn. “Sin embargo, ChatGPT tardó solo cinco días en alcanzar este hito. La cuestión ahora es si las empresas, además de los consumidores, adoptarán esta tecnología con la misma rapidez”, añade el experto.

A este respecto, un reciente estudio de Goldman Sachs, Anatomía de una burbuja identifica tres indicadores clave en los que el inversor ha de centrarse en el corto plazo para dirimir si el sector tecnológico está sobrevalorado: una clase de activos o tecnología nueva y poco conocida (por ejemplo, las criptomonedas); algo que se ve como la «próxima novedad»; y un periodo en el que la rentabilidad de la renta variable se debe más al comportamiento especulativo que a los cambios en las perspectivas de beneficios. Todo eso puede encajar en el puzzle actual. Pero… ¿Y en un horizonte más amplio?

El papel vital de la tecnología en la transición ecológica

La cuestión es si al sector de la tecnología le queda más rendimiento en los mercados, más allá del furor de la inteligencia artificial o la burbuja que puede suponer. Un foco, en este sentido, sería el abordaje de la sostenibilidad. El mundo se enfrenta a una crisis climática y medioambiental que exige medidas urgentes.

Gobiernos y empresas se han comprometido a invertir miles de millones para lograr una economía más ecológica, pero el dinero por sí solo no basta. “La tecnología es el factor clave de la transición ecológica”, comenta Tomasz Godziek, responsable de renta variable temática, Huseyin Turan, gestor y, Joran Mambir, especialista en inversiones en J. Safra Sarasin Sustainable AM.

Sin tecnología, no habrá agricultura inteligente ni soluciones de redes energéticas inteligentes, y no sería posible capturar y almacenar las emisiones de carbono. Las empresas que ofrecen soluciones tecnológicas para la transición ecológica están preparadas para beneficiarse de este cambio masivo.

Por ejemplo, Godziek señala un nombre propio que puede salir beneficiado: la empresa de semiconductores STMicroelectronics. La compañía indicó durante su convocatoria de resultados del primer trimestre de 2023 que las aplicaciones de energías renovables y las soluciones multiproducto para aplicaciones de redes inteligentes estaban creciendo con fuerza.

Del mismo modo, dado que la transición energética mundial aumentará significativamente la demanda de minerales (un coche eléctrico típico requiere seis veces más minerales que un coche convencional), las empresas de maquinaria pesada y equipos de minería como Metso Outotec se beneficiarán de ello, tal y como esgrime el experto.

La ciberseguridad no ha pasado de moda

La era digital ha traído consigo una comodidad y una conectividad sin precedentes, pero también un nuevo conjunto de ciberamenazas a las que hay que hacer frente. Con la creciente dependencia de la tecnología para infraestructuras y servicios críticos, los riesgos de ciberdelincuencia e interrupciones van en aumento.

Según el Informe sobre Riesgos Mundiales 2023 del Foro Económico Mundial, la ciberdelincuencia y la ciberseguridad son uno de los 10 principales riesgos a los que se enfrenta el mundo en la actualidad, y con implicaciones globales para los próximos años. Se prevé que la ciberdelincuencia cueste la asombrosa cifra de 8 billones de dólares en 2023, lo que la convertiría en la tercera mayor economía del mundo.

“Pero con el riesgo vienen las oportunidades. Se prevé que el mercado global de software de ciberseguridad crezca a una tasa compuesta anual del 12% hasta alcanzar los 137.000 millones de dólares en 2026”, detalla Godziek y Turan. En su opinión, empresas como Palo Alto Networks están a la vanguardia del suministro de soluciones de ciberseguridad de vanguardia, desde cortafuegos hasta seguridad de red y en la nube.

No cabe duda de que la inteligencia artificial es una nueva clase de activos y, al menos por el momento, parece haber un consenso general en que podría ser «el próximo gran tema”. Sin embargo, es significativo que los múltiplos de los precios de las acciones no se hayan ampliado universalmente más allá de las estimaciones de beneficios y que existen otras tendencias para aprovechar en el largo plazo.