El apriete de tuercas por parte del Banco Central Europeo (BCE) generó que el euro terminase por recuperar terreno frente al dólar. De perder la paridad y cotizar en el 0,95, llegó a escalar hasta el 1,10 para después moverse en torno al 1,08 y 1,06, que son los niveles en los que se negocia en la actualidad. Desde principios de año el cruce se mantiene plano en el año. Todo ello, pese a que el BCE parece haber compensado algo más la balanza.
Por poner la fotografía en perspectiva, la divisa europea se ha comportado mejor frente a la mayoría del resto de monedas del G10, más allá del billete verde. Y es que el fracaso de la moneda comunitaria en su recuperación se produce sobre todo frente a su homóloga estadounidense. En términos efectivos reales, también conocido como REER, el euro está sólo ligeramente por debajo de su media a largo plazo. En términos efectivos nominales (NEER), se mantiene históricamente fuerte. ¿Qué es lo que más puede decantar el esquema?
“La reciente debilidad del euro puede deberse también a la debilidad de los datos, pero la inflación subyacente, que sigue siendo muy elevada, y la rigidez de los mercados laborales no dejan margen para la complacencia del BCE, aunque sostenemos que mientras la inflación mundial y, en particular, la de Estados Unidos sigan siendo elevadas, esperamos que el EURUSD se mantenga débil, con mayores caídas durante el inevitable aterrizaje (duro)”, analiza el equipo de expertos en divisas de Bank of America en un informe reciente.
Según la entidad bancaria norteamericana la Fed debe pivotar para que el euro repunte frente al dólar de forma sostenida, mientras que por ahora el carry también pesa sobre la moneda de la unión. “Los cruces del euro no denominados en dólares pueden seguir fuertes, pero las subidas pueden ser limitadas… A largo plazo, la fortaleza del euro depende del compromiso cada vez más difícil de la institución monetaria europea con el objetivo de inflación frente al resto del G10”, sostiene.
Perspectivas futuras
La reciente debilidad del euro también puede tener que ver con la debilidad de los datos.” El euro es una de las divisas de las principales potencias que peor se ha comportado desde abril, después de los países escandinavos y esto puede explicarse por los PMIs relativos… Los mercados responden a estos puntos de inflexión”, explica JP Morgan en una nota dirigida a sus inversores institucionales.
No obstante, desde Bank of America no esperan que la reciente debilidad de los datos induzca a la complacencia al BCE. “La inflación sigue siendo muy alta y rígida. La inflación general ha ido bajando junto con los precios de la energía, pero la inflación subyacente parece haber tocado techo ahora, a un nivel muy por encima de las previsiones del BCE y varias veces por encima de su objetivo”, asegura.
El banco también observa que las expectativas de inflación a largo plazo de la Eurozona han convergido con las de Estados Unidos, tras haber estado sistemáticamente por debajo en el pasado. De igual modo, el mercado laboral de la Eurozona sigue siendo extremadamente tenso, con la tasa de desempleo más baja de la historia, mientras que los costes laborales unitarios de la región han aumentado a un ritmo rápido. La guía política del BCE está siendo coherente. O eso parece.
Mientras la inflación mundial y, en particular, la estadounidense, sigan siendo elevadas, cabe esperar que el euro con respecto al dólar sigua débil, en opinión de sendos bancos de inversión. “Una inflación rígida significa que puede ser necesario un aterrizaje brusco para que los bancos centrales alcancen su objetivo de inflación lo antes posible para evitar una inflación arraigada”, argumenta Bank of America.
El momento es incierto, pero el escenario de no aterrizaje en el que nos encontramos no es sostenible por mucho tiempo, según estos analistas. “El EURUSD puede debilitarse incluso por debajo de nuestra previsión a corto plazo de 1,05 en un escenario de aterrizaje forzoso: la estanflación, un riesgo para nuestra línea de base, podría devolverlo a la paridad”, asevera JP Morgan. “Tras el aterrizaje y una vez que la Reserva Federal se sienta segura de haber controlado la inflación, esperamos que el EURUSD comience a apreciarse hacia su equilibrio a largo plazo”, añade en esta misma sintonía Bank of America.
La postura de halcón del BCE pondría no bastar para apoyar al euro. “En teoría, el euro podría seguir evolucionando bien frente a las divisas del G-10 que no son el dólar, pero en la práctica el potencial alcista podría ser limitado… El TNE del euro está alcanzando máximos históricos y es posible que esta tendencia no sea sostenible”, dicen desde Bank of America.
Por último, estos analistas agregan que, a largo plazo, depende sobre todo del compromiso del BCE con su objetivo de inflación, y de si realmente es capaz de cumplirlo sin quebrar la economía. “Si volvemos a comparar los índices REER y NEER EUR, el euro podría seguir apreciándose a largo plazo si la institución presidida por Christina Lagarde se compromete más con su objetivo de inflación que el resto del G10”, expone.
“Esto supone, sin embargo, que el BCE será capaz de hacer lo necesario para cumplir su objetivo, lo que puede resultar cada vez más difícil a medida que la economía comience a debilitarse o si la inflación se estanca muy por encima del 2% tras el aterrizaje (…) por supuesto, otros bancos centrales del G10 se enfrentarán a dilemas similares, un tema sobre el que hemos escrito ampliamente este año”, finaliza.