La banca privada, que ofrece servicios personalizados para gestionar grandes patrimonios, se encuentra en estos momentos en España en un momento dulce ante el aumento de las grandes fortunas y se prepara para crecer, aunque también para lidiar con los cambios tecnológicos, regulatorios e incluso generacionales que se están produciendo.
La banca privada en España gestionó alrededor de 616.800 millones de euros en 2021, alcanzando su máximo histórico, después de incrementar en casi 90.000 millones el patrimonio gestionado respecto al año anterior, según datos de DBK. Aunque 2022 se perfilaba como un año a priori complicado para el sector a causa del impacto que podría tener el empeoramiento de las condiciones macroeconómicas en las carteras gestionadas, algunas entidades incluso han aumentado su base de clientes en este negocio, y otras ven un gran potencial de crecimiento a partir de este año. El negocio de banca privada de Banco Santander, el mayor banco de España por volumen de activos, aumentó un 40% su beneficio neto en 2022 hasta los 690 millones de euros, principalmente gracias a la mejora de los ingresos, según el informe financiero de la entidad en 2022. Los clientes que alcanzaron el umbral de banca privada se incrementaron un 8%, con un total de 114.000 clientes.
Francisco Gómez-Trenor, director general del banco privado suizo J. Safra Sarasin, señala que el ejercicio 2022 fue un año de inflexión provocado por la caída generalizada de los mercados, tanto de renta fija como de renta variable, pero considera que la importancia de la banca privada seguirá creciendo sobre el conjunto de las entidades financieras en el futuro. “Tras varios años de buen comportamiento de los mercados financieros y un entorno de tipos de interés muy bajos, la banca privada ha logrado un crecimiento continuado. Aunque el año 2022 ha estado marcado por una alta volatilidad y una gran incertidumbre, nuestro negocio sigue consolidándose y creciendo en un contexto en el que la importancia del asesoramiento personalizado sigue siendo clave”, comenta a Forbes. La industria de la banca privada en España ha visto recientemente fusiones y compras, así como entradas y salidas de actores, algo que “probablemente seguirá ocurriendo en un futuro próximo”, sostiene, mientras augura un gran potencial de crecimiento a este segmento, donde la banca comercial sigue teniendo una cuota de mercado del 75%, mientras que el 25% restante se corresponde a la banca privada especializada.
De hecho, este banco especializado entró en el mercado español porque considera que reúne los requisitos por los que los clientes de banca privada eligen a un banco frente a otro: la calidad del servicio, la profesionalidad y experiencia del banquero, además de la continuidad, estabilidad y solidez del balance de la institución. Otros bancos privados especializados, como Lombard Odier o Julius Baer, comparten que el negocio tiene un gran potencial de crecimiento y la tendencia de los clientes confluirá hacia ellos a medida que los estos últimos adquieran más conocimientos y sofisticación. “Históricamente los grandes patrimonios cuentan tres personas de confianza: su abogado, su médico y su CFO, Chief Financial Office, Family Officer o banquero o asesor financiero. Nosotros queremos, obviamente, copar esa plaza de asesor financiero de nuestros clientes”, indica Sergio de Miguel, director general de Julius Baer para Iberia.
La banca privada alcanzó máximos históricos de patrimonio gestionado en 2021
Toda esta perspectiva sobre el negocio de la banca privada se produce en un momento de alta tensión geopolítica y cambio de ciclo económico. La guerra en Ucrania ha superado ya su primer año, los tipos de interés están en plena escalada y la inflación sigue persistentemente elevada, aunque da muestras de debilitamiento. De Miguel comenta que el actual panorama requiere una evaluación más profunda de los riesgos geopolíticos a la hora de invertir. Por otro lado, explica que “este año será excepcional en el sentido de que, dada la reducción de precios en todas las clases de activos, ofrece a los inversores la rara oportunidad de reposicionar sus carteras de forma rentable para el próximo ciclo”.
Los nuevos campeones del growth podrían surgir entre las empresas que consigan llevar la revolución digital al mundo físico, explica el director general de Julius Baer para Iberia, que menciona los campos de la robótica o la automatización, pero afirma que su temática preferida “siguen siendo estas disrupciones en el espacio de las ciencias naturales, incluida la sanidad digital y la biotecnología”. Entre otras tendencias de inversión para la situación actual, Iván Basa, Managing Director de Lombard Odier en España, afirma que existe valor tanto en renta fija como en renta variable, pero puntualiza que actualmente hay una “importante” rotación hacia la renta fija. “Volver a tener la opción de invertir en renta fija con retornos esperados más elevados está trasladando una gran cantidad de liquidez desde las cuentas corrientes y los depósitos hacia inversiones de renta fija a corto plazo”, afirma. Lombard Odier también está aumentando su exposición a pequeñas compañías, y apuesta por bolsa suiza, China y mercados emergentes, apunta.
El sector afronta cambios regulatorios tecnológicos y presión sobre los márgenes
Al igual que el conjunto del sector financiero, la banca privada está en plena reconversión y afronta una serie de retos, entre ellos los cambios regulatorios, la llegada de nuevas tecnologías, la concentración bancaria y la presión sobre los márgenes del negocio después de décadas de bajos tipos de interés. Un reto añadido tiene que ver con la mayor complejidad en las situaciones de los clientes y el cambio generacional. “El enfoque de los millennials a la hora de invertir es diferente e inteligente y, como es lógico, está influenciado por la tecnología y por sus preocupaciones sociales y políticas”, indica Sergio de Miguel, de Julius Baer. Este tipo de inversores buscan tener un impacto social y tienen a invertir en empresas que encajan con sus preocupaciones sociales y políticas, que van desde la energía limpia hasta la igualdad de género o la conservación del agua, sostiene. Basa, de Lombard Odier, apunta que los avances tecnológicos, otra de las fuerzas que están transformando al sector, ofrecen a los inversores nuevas maneras de reflexionar sobre su patrimonio y planificar a largo plazo y, por ello, considera que actualmente «contar con el apoyo de una plataforma especializada junto con el acompañamiento de un banquero es clave para conseguir los retornos deseados en las inversiones». a una recesión, y casi un 80% apuesta por una contracción de los beneficios corporativos, lo que dará alas a los despidos y engordará las listas del paro. El sector bancario parte de una posición más sólida que antaño, pero debe estar muy vigilante ante un más que probable deterioro de la actividad. Veremos entonces si los buenos resultados cosechados en las pruebas de estrés de la EBA del año pasado tenían o no razón.