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Forbes Funds | Las tres grandes oportunidades de inversión

Guerra en Ucrania, control de la inflación bajo el tensionamiento monetario y presión sobre el crecimiento económico. Baihas Baghdadi, CEO de TWC, habla de las oportunidades en este entorno.
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Fotografía: Antón Goiri.

El mercado energético y la correlación de fuerzas entre Oriente y Occidente está marcando el paso de las economías en la actualidad. Las alternativas en las que invertir parecen difíciles frente a un panorama falto de certidumbre, pero las hay. Baihas Baghdadi, CEO de TWC, repasa los aspectos más relevantes de cara a los próximos meses. El mundo de la inversión está centrado en los eventos globales que están afectando a la economía.

¿Es momento de hacer una mayor gestión del riesgo?

Sin lugar a duda, creo que el escenario al que nos estamos enfrentado es cambiante, volátil, nunca visto antes. La economía nunca se había enfrentado a una crisis provocada por una pandemia de la dimensión del covid, seguida de una inflación galopante provocada por las medidas de los gobiernos que se tomaron deprisa y corriendo para no dejar caer la economía mundial con una política de dinero fácil, barato e ilimitado, seguido de nuevo por la guerra de Rusia contra Ucrania que ha generado alzas inflacionistas más acentuadas si cabe debido a la subida del precio de la energía.

No todas las mismas regiones son iguales. Si nos vamos a Oriente Próximo los cambios geopolíticos también se han hecho notar. ¿Cómo impacta esto sobre la economía occidental?

El declive de Occidente comenzó hace dos décadas con liderazgos poco brillantes, políticas económicas y geopolíticas cortoplacistas, mirándose más el ombligo, con una visión muy limitada de lo que verdaderamente estaba sucediendo en muchos lugares del mundo, no solo Oriente Próximo. En ese tiempo Occidente había tratado a China e India como su factoría de bajo coste, los países del Golfo como su surtidor al que le exigen que abra y cierre el grifo cuando le conviene. Llegamos hoy a un punto en el que Occidente tiene pocas, por no decir cero, influencias.

Hay naciones dependientes de la energía exterior que sí poseen estos países de Oriente Próximo. ¿Seguirá afectando esta tendencia durante el próximo año?

Sin lugar a duda. Aunque el camino de reducir la dependencia del gas y el petróleo es el que hay que tomar sin dudas, lamentablemente aún quedan varias décadas antes de que las renovables puedan convertirse en el eje central. Mientras eso llega, creo que Europa se tiene que centrar en construir muchas, muchísimas centrales nucleares para poder contrarrestar la dependencia. Si miramos, como ejemplo el modelo francés, su inflación es la menor de Occidente con un 5% frente al 10% medio del resto de occidente. No están importando inflación.

No obstante, uno de los principales focos está puesto en la perspectiva económica de la UE ante el escenario geopolítico. ¿Cuál es las previsiones que habría que barajar?

Pienso que hay un consenso, hoy por hoy, que esta guerra no va a salir un vencedor claro. Con lo cual, la solución al conflicto armado va a pasar por las mesas de negociación sí o sí. Por ello, a la guerra aún le queda bastantes meses por delante, y las consecuencias económicas van a continuar después de que acabe el conflicto.

La UE se enfrenta ahora a un invierno complicado. ¿Cabe pensar en cortes de suministros: gas y luz?

Sí podría ocurrir en algunos países con altísima dependencia del gas ruso, como Alemania. Dicho esto, a mí me preocupa mucho más el impacto de la inflación descontrolada y las medidas que tienen que tomar no solo los bancos centrales, sino los gobiernos en esta materia y las consecuencias de dichas medidas sobre la profundidad de la crisis a la que nos vamos a ver abocados en los próximos 12-18 meses.

«Si la esperanza significa que la crisis pueda ser más leve de lo que el consenso de mercado piensa, ahí sí que pienso que la hay»

¿Pensáis que este esquema se va a mantener durante 2023 o hay algún rayo de esperanza?

Si por esperanza estamos pensando en que la desaceleración o la crisis no acabe llegando, la respuesta es que lo dudo mucho. Pero si la esperanza significa que la crisis pueda ser más leve de lo que el consenso de mercado piensa, ahí sí que pienso que la hay.

Por otro lado, el panorama monetario también parece haber cambiado. Los bancos centrales están tensando la cuerda: ¿viene una crisis?

Este punto es el más preocupante para mí en estos momentos, porque se están abriendo muchas incógnitas. Parece que los Bancos centrales, liderados por la Reserva Federal, aunque tarde, han comenzado una cruzada contra la inflación. Estos quieren evitar a toda costa el escenario de la estanflación, pues saben que gestionar una economía en este escenario es muy difícil. Por ello, hemos visto subidas de tipos en tiempo récord y lo que nos queda por ver en los próximos meses. Tanto es así, que un tercio de los gobernadores estatales que componen el comité de dirección de la FED creen que no va a bastar con las subidas que han realizado en el 2022 y los que les queda por hacer, prevén un escenario donde tengan que seguir subiendo los tipos en EEUU en el 2023 hasta niveles del 4,75%-5%, mientras los otros 2 tercios creen que no hará falta o en el caso de tener que hacerlo, será de forma residual de 25-50 puntos.

¿Y esto cómo se compagina desde el punto de vista de la inversión?

Se van a abrir muchas oportunidades de inversión en casi todos los sectores: el inmobiliario, el industrial también y también en el sector logístico, pues tienen mucha dependencia de las subidas de los tipos de interés y las restricciones del crédito, además del alza del precio de la energía, importante para los últimos dos. Creo que vamos a asistir a importantes procesos de ventas, fusiones y adquisiciones en estas áreas.

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