Es un orgullo para Azvalor participar en la edición no 100 de la revista Forbes. En 100 años pasan muchas cosas pero, si queremos afrontar bien preparados los próximos 100, proponemos partir de lo que no varía: la imposibilidad de predecir los eventos que acaban marcando la Historia. El mercado de bonos no fue capaz de prever la primera guerra mundial tres meses antes de su estallido, nadie vio venir la crisis del petróleo de los años 70, y ya más recientemente, nadie vio el 11S, ni el Brexit, ni a Trump, ni a la inflación “no transitoria” que nos rodea. Por eso es mejor diagnosticar que predecir. Y en concreto, intentar predecir los mercados es, en nuestra opinión, un ejercicio estéril, y además, contraproducente para lograr buenas rentabilidades.
Acudamos a un ejemplo para ilustrar este hecho: el carbón térmico. Hace apenas 2 años, los expertos anunciaban la desaparición inminente del carbón. Nuestro análisis encontró graves errores en esa tesis y empezamos a profundizar en las campañas del sector, invirtiendo finalmente en la minera de carbón americana Consol Energy, a un precio de $30/acción, tras visitarla y comprobar su excelente gestión, activos de gran calidad y sólido balance. A corto plazo el mercado no nos dio la razón: las acciones languidecieron hasta rozar los $3/acción, situación que aprovechamos para aumentar nuestra inversión.
La acción acabaría por superar en octubre los $70/acción. Este hecho demuestra la gran dificultad que encierra la tarea de predecir el futuro. El mercado es una interacción compleja de multitud de elementos, intentar predecir el movimiento del mismo es un sueño imposible… ¡y a la postre, caro!
¿En qué se basa, entonces, un proceso de inversión adecuado? Proponemos estudiar cada compañía, su historia, su gestión, sus activos, su competitividad, su estructura financiera… Este hecho no es fácil, requiere tiempo, ¡pero sí es posible!, y muchos gestores han demostrado a lo largo de la historia que funciona.
Hoy nos enfrentamos al alto endeudamiento de la mayoría de Occidente, a una crisis energética global y a tasas de inflación no vistas en 40 años. Para invertir bien en este entorno incierto, proponemos «lo de siempre»: analizar bien cada compañía y aprovechar el pesimismo para adquirir buenos negocios a precios atractivos. Estamos seguros de que en la edición nº 200 de esta revista, estas premisas de inversión seguirán siendo tan válidas como lo son hoy.
*Álvaro Guzmán de Lázaro y Fernando Bernad son codirectores de Inversiones de Azvalor Asset Management.