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Invertir en ‘startups’: la información es poder

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Estos últimos años y especialmente en los últimos meses de 2021, hemos visto como la inversión en startups en España ha aumentado a una velocidad sin precedentes. Los tipos bajos y la búsqueda de inversiones que den una gran rentabilidad han provocado que este sector haya acaparado todos los focos.

Del mismo modo, gracias a los beneficios fiscales que introduce el Anteproyecto de la Ley de Startups, el ecosistema emprendedor es ahora mucho más atractivo para el inversor.

Además de fundar mi propia startup, también he tenido la oportunidad de invertir en distintas compañías como Dropbox, Shopify o Atlassian y locales como Incapto, Hannun, Paymefy o Aticco. Estas inversiones me han permitido tener una visión amplia, global y entender un poco mejor este sector. En definitiva, poder esbozar una hoja de ruta con claves para iniciarse en este mundo.

En busca de la inversión perfecta

Las startups son negocios de características muy específicas. Se trata de empresas donde destaca un gran componente innovador relacionado con la tecnología. Es este factor tecnológico el que hace que tengan un potencial de crecimiento muy alto y que, por tanto, hace que, en mi caso, me incline hacia aquellas dedicadas a productos digitales. Su escalabilidad les permitirá desarrollar un proyecto con alta capacidad de internacionalización y bajos costes de implantación en nuevos mercados que harán que nuestros beneficios aumenten.

Siempre busco empresas cuyo coste estructural de vida sea muy bajo. De esta manera, me aseguro de que no dependen de ningún venture capital y pueden centrar el 100% de sus esfuerzos únicamente en optimizar su oferta. Deben saber darle a su producto una definición clara y acotada y estar en consonancia con su propuesta de valor. Este enfoque, sin distracciones, es lo que marca la diferencia.

Una vez hemos determinado un producto atractivo y una empresa con potencial, comienzo el análisis en profundidad de su equipo fundador y de las personas que gestionan el día a día. Este análisis debe durar entre seis y 12 meses para poder obtener una radiografía completa del proyecto. Si acortásemos este período a unas semanas, no tendríamos una perspectiva suficientemente acertada de la visión de la compañía o de su capacidad de ejecución.

Se dice que en las startup, los trabajadores son un espejo de su fundador. Este período también nos permitirá evaluar a los equipos y cerciorarnos de que su capacidad de ejecución sea buena y rápida. Un estudio de la Southern Management Association indica que alrededor del 60% de los casos fallidos de start-ups se debe a problemas con el equipo. Esto indica que, para tener una mayor firmeza en nuestra decisión de inversión, debemos asegurarnos de que se trata de una plantilla motivada y alineada con los objetivos de la empresa.

Una vez tengamos una visión precisa sobre las dinámicas de la empresa, sabremos si tenemos una conexión con el fundador, el equipo y el proyecto en general. Entonces, debemos ir un paso más allá y buscar valor añadido en nuestra inversión. Es decir, que el proyecto por el que optemos nos aporte beneficios que no sólo se cuantifiquen en retornos. Hablo de conocimiento, contactos y herramientas. Este tipo de recursos aumentarán exponencialmente nuestras posibilidades.

Por último, la mejor manera de convertir las inseguridades en rentabilidad es a través de información. Debemos escoger empresas que sean transparentes y nos faciliten la máxima cantidad de datos para conocer la evolución de la compañía y saber tomar las decisiones de inversión acertadas. A partir de ahí, debemos tener el control sobre nuestro presupuesto y decidir si continuar el camino junto a los fundadores o retirarnos en caso de que nuestro criterio como inversor no se alinee con la forma de actuar del negocio.

Por supuesto, cada mercado tiene sus particularidades. Por ejemplo, como os podéis imaginar, invertir en este tipo de compañías o en real estate es muy diferente. Allí los potenciales de revalorización son muy inferiores a los de las startups y la deuda juega un papel clave.

En todo caso, es nuestra labor como inversores la de informarnos y convertirnos en expertos, en un integrante más de la compañía. En un mercado en pleno auge, con una oferta de productos y servicios creciente, la información es poder. Y debemos ser precisos a la hora de interpretarla.

*Alex Saiz Verdaguer es CEO y fundador de MONEI además de inversor en distintas ‘startups‘.

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