Destinar parte de los ahorros a invertir es una práctica relacionada con las finanzas personales que los asesores financieros aconsejan realizar en todo momento. Tener un hábito de ahorro sostenible es fundamental para hacer crecer el dinero de cara a la jubilación y así proteger el poder de compra con el paso del tiempo.
¿Cuáles son los métodos que se pueden utilizar para hacer el cálculo del dinero destinado a la inversión y así salvaguardar el patrimonio de cara al futuro? Uno de los que gozan de una mayor fama es la conocida como regla del 4%. Una estrategia para calcular el porcentaje de las inversiones que se han de utilizar cada año durante la jubilación sin que el capital disponible se agote. Es lo que se conoce también como la tasa segura de retiro, o Safe Withdrawal Rate en inglés.
La regla del 4% viene de origen con una serie de estudios realizados primero por Wlliam Bengen en 1994 y continuados por los profesores de Finanzas de la Trinity University estadounidense Philip L. Cooley, Carl M. Hubbard y Daniel T. Walz cuatro años después. Es por esto que también se conoce como regla Bengen, y que la posterior investigación se conozca simplemente como el Trinity Study o Estudio Trinity.
Para calcular ese porcentaje que se puede retirar anualmente del dinero de la jubilación alargándolo al máximo, los autores se basaron en los datos históricos de la evolución de la bolsa entre 1925 y 1996. Al ser un trabajo llevado a cabo en Estados Unidos, donde no existe pensión pública, se daba por sentada la necesidad de invertir esos ahorros.
De ahí a la creación de cinco carteras diferentes, desde una que invertía el 100% del dinero en acciones, hasta una que destinaba el 100% a bonos. Una vez visto el comportamiento con el transcurso del tiempo, los autores concluyeron que, en promedio, se podía retirar hasta un 4% de la inversión anual (ajustado a la inflación), conservando el capital acumulado durante periodos de hasta 30 años, al margen del estilo de inversión utilizado. Por eso, esa denominación de la estrategia.
En resumidas cuentas, según esta norma, se podría emplear hasta un 4 % de los ahorros a la jubilación cada año sin temor a que se termine el dinero en ningún momento. El quid de la cuestión está en que lo que no se retira se mantiene invertido para así generar más rendimientos con el paso del tiempo.
El matiz está en las limitaciones que tiene la regla del 4%. La que resulta más relevante es que, como el dinero ahorrado está invertido, nadie puede asegurar a ciencia cierta lo que puede pasar en el mercado.
Asimismo, el cálculo está hecho para averiguar la tasa de recuperación de capital óptima para un periodo de 25 años, independientemente de cómo se invierta ese dinero. Para periodos más largos o diferentes estrategias de inversión, el porcentaje a retirar puede ser diferente, algo que también calculó el estudio original del que surge la regla del 4%.
Por tanto, cuanto mayor histórico tengamos, más robusto será el estudio. Es por eso por lo que se suele utilizar la rentabilidad del S&P 500 (RV) y de Bonos de Estados Unidos (RF), ya que tenemos más de 100 años de datos.
La afectación de la inflación
Los expertos están notando ya la subida de precios que lamina el ahorro de manera notable. “Vemos que la inflación está impactando a las rentas de alquileres de los inmuebles y que, por tanto, está impactando en las complejidades de pago que puedan tener ciertos segmentos poblacionales, el paro y desempleo puede complicar mucho la situación económica de las familias”, dice Miguel Aldálur, Global Chief Sales & Marketing Officer (CSMO) de insurama. “Para eso es muy importante la protección de los propietarios ante potenciales impagos que están aflorando con esta crisis de alzamiento de las rentas de alquileres”, añade.
Siguiendo este mismo hilo, Joaquin Pereyra Sanmartin, CMO de LaborFox, asegura que, de continuar la inflación disparada y descontrolada, no podemos afirmar que se vaya a producir “la recuperación que se preveía. Los mercados están sufriendo mucho y, como siempre, el afectado es el bolsillo del ciudadano”. “En las comunidades sí se percibe un ahorro frente al estatus general de precios que hay relacionados con la electricidad… La inflación nos empobrece a todos, y es necesario generar un desahogo”, comenta Rafael Bahamonde, CEO de Vergy.
Las dudas siguen sobre esta afectación del repunte de precios. Principalmente, en lo que tiene que ver con el ahorro e inversión. ¿Cómo afecta la inflación a esa tasa de retiro? Esencialmente, esta es el porcentaje inicial que se retira de la inversión más la inflación.
Por ejemplo: Si la tasa de retiro es 4% y este porcentaje supone 10.000 euros de nuestra cartera, entonces el año 1 se retiran 10.000 euros y los siguientes se retirarán esa cantidad más la inflación acumulada. Estos estudios utilizan muchas tasas de retiro diferentes para ver su comportamiento a lo largo de los años y así saber cuáles han sido las más seguras.
El porcentaje de éxito disminuye cuanto mayor es la tasa de retiro inicial y cuanto más tiempo dura la jubilación. Para jubilaciones de menos de 15 años, hubiera sido posible retirar hasta un 5% más la inflación en todas las carteras, a pesar de que este escenario es poco aplicable a la realidad.