Después de dos años de pandemia por el covid-19 con un confinamiento global que trajo consigo una considerable contracción de la economía global, nos encontramos ahora con la invasión de Ucrania por parte de Rusia que ha puesto a toda Europa en jaque, no sólo por la tragedia humanitaria que estamos presenciando sino porque han aflorado claramente las fragilidades de la Unión Europea en lo que a nuestro sistema energético se refiere.
Los telediarios de todas las cadenas televisivas abren con titulares sobre la escalada de los precios del gas y del petróleo, el encarecimiento generalizado de las materias primas, las huelgas del sector transportes, los altos precios de la electricidad… Y es que se ha puesto de manifiesto la enorme dependencia energética que Europa padece y el gran impacto que la misma tiene en el precio de la electricidad en todos los países de la UE. Muestra de ello son los precios del MWh que han rebasado los €500/MWh hace apenas unas semanas. En nuestro país, por ejemplo, vemos ahora que los futuros del OMIP para este mismo año (Q4) superan los €200/MWh, cuatro veces el precio medio en España de los últimos veinte años, que se situaba en torno a los €50/MWh.
Tampoco se puede dudar que una de las soluciones que tenemos a mano, que ya ha comenzado, pero en la que queda mucho por hacer, es acelerar la transición energética, con una mayor apuesta por las energías renovables y una mejor integración de estas en el sistema. No en balde, en línea con las políticas de la UE, el Gobierno de España ha plasmado su compromiso con la transición energética y el cambio climático en el ya conocido por todos PNIEC 2030 (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) que fija como objetivo de país el alcanzar un 42% del consumo total de energía eléctrica a través de fuentes de renovables.
Para contextualizar el objetivo del PNIEC, únicamente señalar que en 2021 se instalaron en España aproximadamente 3.300MW de potencia solar fotovoltaica y 600MW de eólica, alcanzándose así una potencia renovable instalada de aproximadamente 64.000MW (el 56% del parque nacional que asciende a 113.000 MW). Para cumplir el objetivo del PNIEC, se necesitará instalar unos 50.000MW adicionales, lo que supone un incremento anual de aproximadamente 5GW hasta 2030. La media de la potencia renovable instalada desde el 2007 ha sido de 2.4GW por año lo que demuestra lo ambicioso del PNIEC y el enorme trabajo que como país tenemos por delante. De manera gráfica, el desafío se ilustra a continuación:
Numerosos actores se encuentran ya trabajando en alcanzar la meta de conseguir una mayor independencia energética de España. No solo las grandes eléctricas que obviamente están a la cabeza junto con petroleras y empresas industriales, sino también grandes fondos de inversión especializados en infraestructuras y activos de generación renovable. Lo que no cabe duda es que todo esfuerzo va a ser poco ante un reto como el que tenemos.
*Gregorio Herrera & Cristina Moreno, Dunas Capital Real Assets