El lobo ya está aquí. Los bancos centrales empiezan a virar, ya de con una confirmación más clara, sus estrategias monetarias. Como muchos observadores anticipaban la Reserva Federal de Estados Unidos indicó en su reunión de diciembre de 2021 que probablemente se justifique un inicio más temprano y un ritmo más rápido de subidas de tipos en los próximos trimestres y años.
La reciente reaceleración de las medidas de inflación y el consiguiente aumento de los riesgos de inflación en el futuro fueron probablemente los principales motores de las medidas, que hacen que la Fed reduzca sus compras de activos en marzo de 2022 y que probablemente suba los tipos en junio. ¿Cuál es el esquema general y cómo se puede invertir frente a este telón de fondo?
Para los expertos de Credit Suisse, la tendencia a la recuperación “debería continuar en el próximo año”. Esa ha de ser la base, pues se espera que la economía mundial crezca un 4,3%. Tal y como describen, aunque varios bancos centrales han empezado a retirar sus medidas de estímulo ante la pandemia, cabría esperar que las acciones sigan “generando atractivos rendimientos, aunque probablemente más moderados que el año pasado”.
Michael Strobaek, Global Chief Investment Officer de la entidad suiza señala que, a la luz de la continua recuperación económica, prevé que las acciones “ofrezcan atractivos rendimientos en 2022, lo cual justifica una adecuada presencia de esta clase de activos en las carteras”.
La firma cree que los valores cotizados proporcionarán rendimientos de un solo dígito en 2022, más moderados que en 2021, pero seguirán ofreciendo una atractiva “prima de riesgo con respecto a los bonos”. Así, concreta que los segmentos de las acciones que se quedaron rezagados en la recuperación de la pandemia deberían “emerger como rayos de luz”, al igual que “las industrias que se benefician de las tendencias de crecimiento secular”.
El equipo de Allianz Global Investors subraya en sus previsiones que a la hora de invertir en cualquier activo la primera pregunta que hay que plantearse como inversores es: “¿qué van a hacer los bancos centrales”? Básicamente, porque en función de las políticas monetarias sobre los tipos de interés “puede cambiar el atractivo de determinados activos en los que centrarse”.
Como es probable que los bancos centrales se mantengan “detrás de la curva” para dar respuesta a la inflación, esto se puede terminar traduciendo en la “necesidad de encontrar nuevas maneras de proteger nuestro dinero para que el incremento de precios no lime nuestro poder adquisitivo”.
En este sentido, estos expertos aconsejan “dividir las inversiones entre las más y menos arriesgadas”. Enfocar la movilización de nuestro dinero por grupos, como una “estrategia haltera” puede ser de gran utilidad ante un mundo posterior a la pandemia.
“Si los bancos centrales mantienen las reducciones de las compras de bonos y el endurecimiento de la política monetaria, al mismo tiempo que sube la inflación, cabría esperar un aumento de las rentabilidades en la renta fija”, apuntan desde Allianz GI.
Por tanto, una fórmula para hacer frente a ese esquema es ver las carteras de los activos en los que invertimos como por separado. Como si fueran una cesta de productos dividida en dos grupos: en los que invertimos con el ánimo de preservar capital (bonos de deuda pública, bonos corporativos, liquidez etc.), y en los que nos centramos para hacer crecer nuestro capital y rentas (bonos de mercados emergentes, acciones etc.). La combinación resulta fundamental.
El radar de la renta fija
Dado el escaso nivel de rendimientos esperados en renta fija, los inversores deberían buscar estrategias que sigan patrones no tradicionales para diversificar su gama de oportunidades, en opinión de Credit Suisse. En vista de la creciente crisis climática, la política está llamada a centrarse más en el clima. “Es una evolución que los inversionistas deben considerar en sus decisiones de inversión”, aseguran.
Mark Holman, CEO de TwentyFour AM (boutique de Vontobel AM), comenta al respecto que, en primer lugar, mantener una corta duración de los tipos es “claramente el camino para evitar pérdidas en caso de que nuestras predicciones sean correctas”.
“Lo ideal sería hacerlo mediante la creación de una cartera, pero esto puede ser engorroso y difícil de lograr, por lo que creemos que tiene sentido cubrirse frente a una subida de tipos de interés donde sea apropiado, dado el coste relativamente bajo y nuestra convicción de que las curvas de rendimiento se están moviendo al alza”, desvela.
“Sin embargo, el tamaño de las posiciones es importante, ya que la cobertura de tipos de interés puede convertirse rápidamente en la posición dominante de una cartera”, aconseja el experto.
“En lo que respecta al crédito, los bajos diferenciales en el grado de inversión y el alto rendimiento apenas compensarán los riesgos asociados a los mayores rendimientos; por lo que preferimos los bonos indexados a la inflación de la eurozona y los préstamos senior”, afirma el equipo de Credit Suisse.