Un mundo que vive inmerso en una era de bajos tipos de interés no es el lugar más fácil para los inversores, una de cuyas principales misiones es la búsqueda de la rentabilidad. Para ello hay que mirar algo más allá de los mercados desarrollados y buscar aquellos países caracterizados por altas tasas de crecimiento y una demografía más que generosa.
Invertir en mercados emergentes era, hasta hace unos años, una cuestión de valientes destinada a perfiles con mucha tolerancia al riesgo. Conseguir retornos positivos estables en países cuyas economías eran, en muchos casos, desconocidas no era una tarea fácil, lo que hacía que muchos interesados se mantuvieran alejados. Sobre todo, cuando algunas inversiones más seguras, como la deuda de países desarrollados, ya daban rentabilidades que en la actualidad podrían considerarse más que aceptables. Pero esos días ya han pasado y los bajos tipos de interés exigen mirar más lejos.
De hecho, el interés por fondos de inversión en estos países es relativamente reciente. Hace 35 años una división del Banco Mundial pidió a la gestora estadounidense Capital Group, que desarrollara el primer fondo de renta variable de mercados emergentes con un claro objetivo: promover la inversión privada en las economías en desarrollo para ayudar a impulsar la inversión local y alimentar el crecimiento económico.
Victor Kohn, gestor de Capital Group, explica las diferencias de los mercados emergentes ahora con respecto a 1986. “Hace 35 años existían dos elementos muy diferentes. En primer lugar, el conjunto de oportunidades era mucho menor y, en segundo lugar, el acceso a la información era mucho más difícil”.
La banca de la India e Indonesia
Ahora los mercados emergentes representan el 40% del PIB mundial en términos nominales y más del 50% en términos de paridad de poder adquisitivo. “Y, por supuesto, la mayoría de la población está en esos mercados. El conjunto de oportunidades es ahora de unos ocho billones de dólares, todavía bastante pequeño en el contexto de los índices mundiales, pero ha cambiado mucho”, explica Kohn.
Eso sí, siguen sin ser una opción para todos los perfiles de inversión, sino para aquellos que puedan asumir algo de riesgo a cambio de más rentabilidad porque pueden ser volátiles y sufrir problemas de liquidez. Con todo, los expertos creen hay muchas razones para aventurarse en estos mercados.
En opinión de otra experta de la gestora encargada de poner en marcha este primer fondo de renta variable emergente, Valeria Vine, las opciones que ofrecen en la actualidad los emergentes son innumerables. “Hay varios grandes temas que destacan: desde la aceleración de la innovación y el desarrollo tecnológico, como la biotecnología en China, el aumento de los pagos digitales, y la fabricación de semiconductores en Taiwán”, enumera.
Y añade: “Hay algunas oportunidades interesantes que surgen de los cambios en los patrones de consumo y el aumento de los ingresos en los mercados emergentes, especialmente en el ámbito de los viajes y los bienes de lujo. Además, la creciente financiación en los mercados emergentes sigue presentando oportunidades en el ámbito de los seguros en toda Asia, y también la banca en lugares como la India e Indonesia”.
La heterogeneidad de estos países hace que sea complicado para los minoristas invertir en cualquiera de sus mercados. Como explica Vladimir Oleinikov, analista de Generali Investments, “los países y activos de los mercados emergentes son muy heterogéneos y reaccionan de múltiples maneras. Los factores idiosincrásicos están muy presentes y pueden conducir a un fuerte rendimiento inferior de un país mientras que los factores globales lo favorecen”.
Esa es la razón por la que considera que los fondos de inversión son una herramienta óptima para que los inversores se acerquen a este universo. “Ofrecen una bienvenida diversificación a nivel de país y de activo: deuda local, externa o corporativa. También proporcionan un análisis exhaustivo de los riesgos locales y hacen frente a la creciente importancia del análisis ASG para países emergentes”, indica.
«Hay oportunidades debido al cambio de patrones de consumo, especialmente en el ámbito de los viajes y los bienes de lujo».
En concreto, este experto cree que, en renta variable, existe valor dentro de las acciones chinas, concretamente en el llamado mercado de acciones A, que es el que cotiza en los mercados de Shanghái y Shenzen y está muy centrado en las compañías domésticas del país. En su opinión, su atractivo reside en unas “valoraciones más atractivas y a la menor presión regulatoria debido a la composición del sector”.
También cree que siguen existiendo oportunidades para los inversores de renta fija en algunos de estos mercados a pesar de que algunos los grandes bancos centrales del mundo ya están pensando en retirar los estímulos. Históricamente, este contexto solía ser negativo para la deuda emergente.
Eso es lo que se produjo, por ejemplo, cuando la Reserva Federal (FED) anunció en 2013 que estaba pensando comenzar a reducir las compras de bonos que nacieron para contener la crisis financiera de 2008.
Oleinikov considera que “los países emergentes están en mejor posición que en 2013 a pesar de que la FED ya ha anunciado el inicio de la retirada de estímulos y que los bancos centrales de los países emergentes ya se han embarcado en un ciclo de endurecimiento de sus políticas”.
Parece que todos los caminos de la rentabilidad conducen a los emergentes, tan sólo es cuestión de saber cómo transitar esa nueva ruta.