En la nueva era de la inversión ha emergido un nuevo producto que cada vez gana más adeptos: los Robo Advisors. Estos gestores automatizados son plataformas digitales que aportan un servicio de gestión patrimonial automatizado, que, mediante la ayuda de algoritmos matemáticos, invierten el dinero del cliente de una manera que no requiera cualquier conocimiento sustancial en finanzas. ¿Cuáles son sus otros puntos favorables desde el plano de la inversión?
En primer lugar, durante este proceso, puede haber o no presencia humana. En caso de que haya, se dice que es un Robo Advisor híbrido, como es el caso de Finanbest o el Robo Advisor de Openbank y en caso de que no haya, se dice que es un Robo Advisor puro como Finizens, inbestMe, Indexa y la mayoría de Robo Advisors bancarios.
En España hay varias opciones. Desde las alternativas independientes como Finanbest, Indexa, Finizens o inbestMe; o los dependientes de entidades bancarias como es el caso de Myinvestor, Invertimos por ti de Openbank, Popcoin de Bankinter, SmartMoney, My Money Coach de ING Direct, BBVA Invest.
Pero ahondando en profundidad, es interesante conocer por qué son atractivos este tipo de vehículos desde el punto de vista de la inversión. En términos de rentabilidad, la gestión de activos es, en principio, un modelo de negocio no escalable. Los Robo Advisors han estado abordando este problema estructural durante algún tiempo. Se han desarrollado plataformas de inversión digitales que ofrecen recomendaciones de inversión automatizadas, en su mayoría fondos índice de gestión pasiva, y/o la implementación autónoma de decisiones de inversión.
«Todos los Robo Advisors comparten el reto de hacer escalable la gestión de activos, por ejemplo, abriendo nuevos y menos atractivos segmentos de clientes y ofreciendo transparencia y menores costes a los clientes», comentan desde Saxo Bank.
Por otro lado, esta transparencia puede traer presión sobre los volúmenes y los márgenes de los gestores de activos. «Nos enfrentamos a un dilema estratégico entre los canales de distribución fuera de línea y en línea«, dicen los expertos de la entidad suiza.
La salida a este dilema hasta ahora ha sido el camino híbrido. En analogía con la industria automotriz – utiliza motores híbridos para satisfacer la demanda social de respeto medioambiental, pero al mismo tiempo pretende frenar los avances tecnológicos hacia el motor eléctrico puro-, la industria de gestión de activos también intenta utilizar soluciones intermedias o múltiples, posicionando al Robo Advisor como un canal favorable, junto al asesoramiento físico.
En el futuro, la confianza en la tecnología crecerá exponencialmente, de tal modo que los Robo Advisors impulsarán la transformación digital de la gestión de activos, mientras que el asesoramiento personal se seguirá conservando como ventaja competitiva y un rasgo distintivo.
Los Robo Advisors dotados de inteligencia artificial ampliarán enormemente su función, desde un asesor basado en productos pasivos, hasta máquinas con capacidad de desarrollar estrategias activas. Esta interrupción conceptual permitirá también a los proveedores de tecnología no pertenecientes a la industria financiera —como Facebook, que ya ha mostrado su interés— apoyar su actividad en la gestión de activos.
En resumen, el enfoque híbrido —máquina y persona— es una solución temporal. El proceso de asesoramiento debe ser completamente digitalizado y la interacción con los seres humanos se ofrecerá como un complemento adicional.
En potencial creciente en el largo plazo
Hay datos que ensalzan la capacidad que tienen los Robo Advisors para crecer de cara al futuro y generar rendimientos a los inversores. El trasvase de dinero de productos de ahorro extremadamente conservadores (depósitos, cuentas bancarias) a instrumentos de inversión como los fondos de inversión es una tendencia que se ha ido desarrollando gradualmente en España en los últimos años.
No solo eso, sino que se ha acelerado con la pandemia. Según datos de la Encuesta sobre Ahorro Financiero de las Familias de Inverco, las ICCs (Instituciones Colectivas de Inversión, que engloban fondos de inversión y sicavs) representan el 15,3% del ahorro financiero de las familias, después de incrementarse las aportaciones a esta clase de instrumentos un 20% en los últimos doce meses.
«La presencia de fondos de inversión en el patrimonio de las familias está creciendo, pero sigue siendo demasiado baja, primordialmente por el escaso nivel de educación financiera que hay en España comparado con otros países: sin ir más lejos, según la Encuesta de Competencias Financieras del Banco de España, más de cuatro de cada diez españoles no comprende bien cómo funciona la inflación y alrededor de la mitad de la población no entiende cómo funciona el tipo de interés compuesto ni la diversificación del riesgo. Este escenario nos pone un reto común a nivel de sociedad, de cara a salvaguardar el poder adquisitivo de las familias», explica Giorgio Semenzato, CEO y cofundador de Finizens.
Estas circunstancias, sumadas a otras tendencias estructurales que se han acelerado durante la pandemia, como la digitalización de los servicios financieros, están llevando a cada vez más personas y familias a dar el paso del ahorro a la inversión mediante la contratación de carteras de fondos de inversión indexados, que se presentan como una fórmula que aúna numerosas ventajas, entre otras, simplicidad, costes competitivos y máxima diversificación.
El reconocimiento por parte de la sociedad española de la funcionalidad de este tipo de producto de inversión se ha traducido en un crecimiento muy rápido de este tipo de productos, ofertados típicamente por firmas de inversión denominadas «gestores automatizados».