Muchas firmas de análisis estadounidenses coinciden en que la victoria de Donald Trump supondría un shock para los mercados, sobre todo por la incertidumbre que generarían sus políticas entre los inversores. La apuesta segura para el consenso de expertos es la demócrata Hillary Clinton. Tradicionalmente, los gobiernos demócratas han sido más rentables. La gestora de fondos Fidelity apunta en un reciente informe que desde 1929 Wall Street ha subido una media anual del 14,7% cuando han ocupado la casa Blanca, frente al 5,4% bajo presidencias republicanas.
Un estudio de la Universidad de Princeton explica esta diferencia argumentando que los líderes demócratas siempre han dirigido el país durante periodos caracterizados por un petróleo barato, incrementos de la productividad y, en general, mejores condiciones económicas internacionales.
El próximo presidente podría no tenerlo tan fácil, ya que se enfrentará a un escenario marcado por futuras subidas de tipos de interés, bajo crecimiento económico y una agenda llena de incertidumbres geopolíticas. Con este entorno y con los programas electorales de ambos partidos en la mano, ¿qué sectores y empresas podrían beneficiarse de la presidencia de uno u otro candidato?
Las dos legislaturas del demócrata Barak Obama al frente del gobierno de Estados Unidos han estado muy condicionadas por la crisis económica y el recorte del gasto público. Ocho años después los dos partidos políticos enarbolan la inversión en infraestructuras como la bandera de sus respectivos programas económicos. El controvertido magnate inmobiliario ha anunciado una partida de 500.000 millones de dólares en inversión pública en cinco años, y su rival algo más de la mitad de esta cantidad, unos 275.000 millones de dólares. Es por eso que los expertos consideran que los inversores deberían enfocarse en sectores como los de materiales de construcción y de empresas de maquinaria pesada, y constructoras.
[vc_posts_slider count=1 interval=3 slides_content=teaser slides_title=1 thumb_size=large posttypes=post posts_in=9727]
Oportunidades para España SA
Gran parte de las empresas constructoras españolas que cotizan en la Bolsa de Madrid tienen presencia en Estados Unidos. ACS, Ferrovial, Acciona, Sacyr y OHL podrían beneficiarse de esa política de inversiones públicas en infraestructuras.
Virgina Pérez Palomino, responsable de análisis de renta variable de la sociedad de valores Tressis, explica que bajo la gestión de cualquiera de los dos candidatos hay “sectores como las infraestructuras, el aeroespacial, y defensa y seguridad que saldrían reforzados. Ambos aspirantes se han mostrado dispuestos a no recortar el gasto militar en este contexto mundial en el que vivimos, marcado por la inquietud en cuanto a la seguridad. Empresas como la armamentística Lockheed Martin, las tecnológicas United Technologies y General Dynamics, o el fabricante aeroespacial Boeing deberían estar en nuestro punto de mira”. En donde no coinciden los candidatos es en su visión de dos de los sectores clave en EE UU: la energía y la sanidad. Clinton opta por incentivar las energías renovables y avanzar con la reforma sanitaria impulsada por su antecesor. La defensa de la sanidad universal impulsaría a farmacéuticas como Pfizer y a gestoras de hospitales.
Por el contrario, Trump apuesta por no favorecer las energías limpias, con lo que las compañías convencionales serían las que saldrían más fortalecidas, como las petroleras Chevron, Exxon Mobil o ConocoPhilips. Además, su programa implica duplicar el gasto en defensa y el juego. Antoni Bellfill, director de gestión de patrimonios de la gestora GVC Gaesco Beka apunta que “una eventual victoria de Trump podría incentivar principalmente a sectores como el armamentístico, el petrolero o el del juego”.
Este experto opina que el candidato republicano “podría beneficiar a compañías como la de casinos Las Vegas Sands o al fabricante de armas Smith & Wesson. Por su parte, la presidencia de Clinton podría impulsar la cotización de valores como la sanitaria Community Health Systems o el fabricante de paneles solares, First Solar”.
En Estados Unidos hay otras compañías españolas cotizadas que también podrían beneficiarse de la victoria de la candidata demócrata. Entre ellas, la fabricante de derivados de plasma sanguíneo Grifols, que tiene en Estados Unidos uno de sus principales mercados; así como Iberdrola y Abengoa, con importantes intereses en el sector de las energías renovables.
Virginia Pérez señala que la reforma migratoria y las políticas comerciales restrictivas de Trump pueden hacer sufrir a compañías que dependan del comercio global o a las que realizan transferencias de dinero, cadenas de hoteles o restaurantes que emplean a gran número de inmigrantes, o a la industria del automóvil que ha trasladado parte de su producción de vehículos a México, como Ford. Por último, el sector financiero, sujeto a un endurecimiento de la regulación tras la crisis subprime, y con un entorno de reducidos tipos de interés, es también blanco de las profundas discrepancias programáticas de ambos candidatos. Así, mientras Clinton apuesta por seguir aumentando la regulación, lo que implicaría más dificultades para un negocio que pierde rentabilidad, Trump abogaría justo por lo contrario. Es claro quien es el favorito del sector.