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El lucrativo juego de las nuevos espías


Antes de que Edward Snowden abriera súbitamente sus puertas digitales de par en par, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) era vista como el misterioso guardián de un oscuro arsenal vudú de hackers. Ahora sabemos la verdad: los empleados de la NSA son demasiado buenos en lo que hacen, al igual que sus homólogos en el grupo de inteligencia de élite israelí, la Unidad 8200.

A diferencia de la gente en la mayoría de las agencias gubernamentales, los miembros de la NSA y Unidad 8200 son expertos mundiales en su profesión, en este caso la piratería cibernética y la defensa de redes y dispositivos. Ahora que las infiltraciones en bases de datos son noticias habituales, el paso por cualquiera de las agencias se ha convertido en oro para el currículum de los emprendedores.

Algunas personas de la agencia están pasando por alto algunos criterios éticos y morales para restablecer cierto equilibrio en el sector privado. En el último año, ex empleados de la NSA han conseguido capital para sus proyectores empresariales: nueve millones de dólares para el servicio de inteligencia colectiva Synack, 2,5 millones para la firma de detección de ataques Area 1 Security y 10,3 millones para el servicio de cifrado de correo electrónico Virtru.

“Creo que es una correlación directa con Snowden”, dice Ted Schlein, un inversor veterano en empresas de ciberseguridad en Kleiner Perkins Caufield & Byers. El camino de espía a emprendedor también está en pleno apogeo en Israel, donde los empresarios envidian el éxito de los ex empleados de la Unidad 8200, como Gil Shwed y Marius Nacht —los multimillonarios cofundadores de Check Point Software—, o Nir Zuk, fundador de Palo Alto Networks (con un valor de mercado de 6.600 millones de dólares). Éstos son algunos de los desertores y los jugadores de más alto perfil en el juego de espías contra espías. Repasamos todos sus nombres.

LIOR DIV CEO, CYBEREASON

El ex Unidad 8200 trasladó su ‘startup’ de Israel a Boston para aprovechar el talento y un mercado más grande. Su software deduce la presencia de un ataque en curso y muestra la situación en una interfaz gráfica amigable con el usuario. Div consiguió 4,6 millones de dólares a principios de 2014 de Charles River Ventures.

JAY KAPLAN COFUNDADOR, SYNACK

Kaplan y Mark Kuhr, ambos de 28 años, pasaron cuatro años en el departamento de seguridad ofensiva de la división antiterrorista de la NSA, buscando puntos débiles en Internet y explotándolos. Renunciaron a principios de 2013 y rápidamente reunieron 1,5 millones de dólares para lanzar Synack, un ejército de ‘freelancers’ a los que les pagan si encuentran ‘grietas’ en los códigos de los clientes, a la vez que arreglan los errores. “Nosotros ya no trabajamos para la NSA. No dejaremos una vulnerabilidad sin parchear”, dice Kaplan. “Pero rechazaríamos a la fuerza de élite de hackers de China como cliente”, añade.

ERAN BARAK, CEO Y COFUNDADOR DE HEXADITE

Barak era un oficial veterano de la Unidad 8200 antes de entrar en el sector privado a principios de 2014. Hexadite planea ofrecer una respuesta automatizada ante los incidentes. Ya cuenta con cuatro clientes en Israel y EE UU. YL Ventures ha apoyado a Barak y a sus colegas con 2,5 millones de dólares.

OREN FALKOWITZ, COFUNDADOR, AREA 1 SECURITY

Falkowitz pasó seis años en la NSA procesando montañas de datos para descubrir ataques. Renunció junto a cinco colegas en 2012 para fundar Sqrrl, una firma de análisis en Boston. Se mudó a Silicon Valley en 2014 para poner en marcha Area 1, que supervisa los clics de los empleados y marca cualquier comportamiento o desviación peligrosa. Consiguió un apoyo de 2,5 millones de dólares. “Hay muchas mafias aquí: PayPal, Palantir. No quiero usar la palabra ‘mafia’, pero hace falta una para los ex empleados de la NSA. La gente que viene de allí tiene un conocimiento innato que no se puede enseñar”, dice.

ROB SEGER COFUNDADOR, MORTA SECURITY

Los dos años de Seger en la oficina de Protocolo de Explotación de la NSA no figuran en su perfil de LinkedIn. Él dejó la agencia para volverse consultor en 2008 y hace dos años puso en marcha Morta para detectar amenazas que ya han superado el ‘firewall’ de una red. “Cuando dijimos a los inversores que éramos ex empleados de la NSA interesados en entrar en el mercado de la seguridad, al instante nos querían dar dinero”, dice Seger. Palo Alto Networks compró la empresa en 2014. “Históricamente, todo el mundo tenía miedo de la NSA, pero nadie sentía aversión a los ex empleados de la agencia. Snowden cambió eso”.

GILI RAANAN SOCIO, SEQUOIA CAPITAL

Raanan, ex alumno de la Unidad 8200 e inversor en Herzliya, fundó y vendió dos empresas de ‘software’ de seguridad y ahora financia la diáspora de la Unidad 8200, con dinero en Adallom, Mintigo y Seculert. Valora el talento que el ejército de Israel produce constantemente a una edad temprana. “Los graduados tienen la ideología de que nada es imposible. Va más allá de la tecnología, es un estado de ánimo para la vida”, explica.