Las acciones relacionadas con el cannabis han disfrutado de un momento dulce en 2021 impulsadas por el entusiasmo que generó la llegada del Partido Demócrata a la Casa Blanca, quien anunció antes de las elecciones que se vería la despenalización de la marihuana durante la presidencia de Joe Biden.
Además, en los últimos años ha existido una legalización progresiva del consumo, posesión y comercialización de los productos derivados de esta planta a nivel estatal, sin embargo, todavía existen algunas barreras y regulaciones federales.
El impulso en el mercado del cannabis se sitió, en concreto, en el ETFMG Alternative Harvest ETF, un fondo cotizado que contiene un surtido de acciones de marihuana directas y auxiliares. Este fondo se infló un 212% desde finales de octubre hasta el 10 de febrero. Algunos valores individuales del sector tuvieron un rendimiento varias veces superior. Sundial Growers, Tilray, Aphria, Aurora Cannabis y HEXO se anotaron respectivamente un 2.280%, 1.190%, 535%, 388% y 341% de subida desde finales de octubre, hasta la misma fecha.
Por otra parte, la creciente demanda de nuevos tratamientos no opiáceos para enfermedades como la depresión y otros trastornos neurológicos ponían a los psicodélicos en primera línea, mientras que importantes fusiones y adquisiciones actuaban como catalizador en los últimos meses para apoyar las aplicaciones médicas del cannabis.
Entre ellas, las operaciones entre Jazz Pharmaceuticals y GW Pharmaceuticals, quienes anunciaron a principios de febrero un acuerdo de fusión en el que Jazz adquirió a GW por 7.200 millones de dólares. Así las cosas, términos como “hongos mágicos” y “psicodélicos” parece que podrían empezar a integrarse en las mismas conversaciones que “balance” y “cuenta de resultados”.
Tres son los pesos pesados de la industria del cannabis en Estados Unidos: Canopy Growth, Aurora Cannabis y Tilray; pero en las últimas semanas, en el momento de escribir estas líneas, han perdido en torno al 60% de su capitalización, saneando parte importante de la burbuja. “Es lógico pensar que estas compañías podrían ser compradas por grandes grupos farmacéuticos, pero por ahora son valores de alto riesgo”, señala la CEO y fundadora del broker internacional Blackbird Bank, Gisela Turazzini.