Las 7 extrañas lecciones que podemos aprender de Willy Wonka
Willy Wonka fue un mal CEO. Era recluido, controlador y tenía graves problemas de confianza. Willy Wonka y la Fábrica de Chocolate está planteado como un cuento moral. Cuatro de los cinco niños que tienen la suerte de ganar unas entradas de oro para visitar la fábrica representan los defectos cardinales: Augusto Gloop es gula, Violeta Beauregarde es grosería, Veruca Salt es egoísmo y Mike Teevee es la vanagloria. Pero solo el humilde Charlie Bucket gana el juego. Cuando Willi Wonka llegó a la gran pantalla, la brillante actuación de Gene Wilder convenció a la gente de que se trataba de un buen cuento. Sus personajes fueron memorables y sus defectos, familiares, por lo que parece apropiado reflexionar sobre las extrañas lecciones de Willy Wonka y su increíble fábrica de chocolate.
Las 7 extrañas lecciones que podemos aprender de Willy Wonka
1.- La suerte no es una estrategia.
La película fue una herramienta perfecta para el posicionamiento de producto de Quaker Oats Company, que financió la película para vender de manera indirecta sus productos a los niños. Charlie encuentra una de las cinco entradas de oro escondidas en las “innumerables” miles de millones de tabletas de chocolate que se venden. “¡Hay que comprar Wonka Bars para encontrarlas!”, exclama uno de los compañeros de clase de Charlie. Aunque la película habla de los cinco niños que encuentran el billete de oro, las probabilidades son ridículas. Uno de los defectos de la naturaleza humana es la creencia de que de alguna manera el universo nos ve y nos singulariza un tratamiento especial, pero no lo hará.
Las 7 extrañas lecciones que podemos aprender de Willy Wonka
2.- A veces no hay barandilla.
La primera víctima es la falta de moderación de Augusto Gloop, que cae en el río de chocolate y es aspirado por el tubo en la sala de dulce de azúcar. En un mundo lleno de etiquetas de advertencia y barreras de seguridad, es fácil asumir que todos los riesgos serán acordonadas, pero no hay que dejar de prestar atención al camino.
Las 7 extrañas lecciones que podemos aprender de Willy Wonka
3.- Disfruta del viaje.
A pesar de tratarse de una visita a una fábrica llena de caramelos, cuatro de los niños y sus padres se pasan la mayor parte del tiempo quejándose, incluso amenazantes. Que nadie te nuble los días y disfruta del camino que hayas escogido.
Las 7 extrañas lecciones que podemos aprender de Willy Wonka
4.- Aprende otro idioma.
“Sie kommen jetzt in den interessantesten und gleichzeitig geheimsten Raum meiner Fabrik”, anuncia Wonka en la puerta de la sala de inventar. Salvo Augusto y su madre, el grupo no tiene ni idea de que Wonka simplemente está diciendo en alemán que están entrando en la habitación más interesante y en el secreto de la fábrica. De hecho, todas las referencias literarias y el uso coloquial de otros idiomas parecen haberse perdido en el grupo. Muchos de nosotros nos perdemos una gran cantidad de las cosas interesantes que nos rodean porque estamos demasiado ocupados mirando nuestros iPhones.
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5.- Si no sabes cómo funciona, no lo toques.
La última víctima es Mike Teevee, un niño adicto a las máquinas que salta hacia una cámara experimental y acaba encogido. Muchos empleados se piensan que son unos cracks de la tecnología y un pequeño error en el portátil acaba convirtiéndose en un ordenador nuevo. Y todo, por no querer llamar a los expertos.
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6.- Si eres un Oompa Loompa, deja la empresa.
Uno de los personajes más inquietantes de la película son los Oompa Loompas, y no solo por su aspecto (todos idénticos), sino porque son tratados como inferiores. Son secuaces, ninguno se nombra. Son intercambiables. Ellos viven en la fábrica bajo la protección de Wonka. Muchas empresas están cegadas al talento que tienen en sus propias narices y nunca van a considerar que un “Oompa Loompa” sea gerente, jefe de departamento, jefe de proyecto, o el director general. Si eres invisible a los que dan a la gente oportunidades importantes, sal de la empresa.
Las 7 extrañas lecciones que podemos aprender de Willy Wonka
7.-Tu jefe puede permitirse ser desagradable. Tú no seas como él.
Wonka es paranoico, está obsesionado consigo mismo, mentalmente inestable y exige lealtad personal a pesar de su propia locura. Ninguno de estos defectos los toleraríamos en nuestros empleados, pero el mundo sería un lugar mejor si se requiriera el mismo juicio y civilidad tanto para un empleado de primera línea como para el director de una empresa.
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