Literalmente, el consultor es aquella persona experta en una materia sobre la que asesora profesionalmente. Por ejemplo, los consultores de negocio son aquellos especializados en un sector o negocio concreto y asesoran a un tercer interesado.
Esta profesión nació en la década de los 60. Los primeros consultores eran personas de cierta edad, con mucha experiencia en un determinado sector y una reputación forjada a lo largo de los años de ejercicio. Solían haber desarrollado su carrera dentro de una o varias empresas de primer nivel, pero al llegar a los puestos directivos y antes (o después) de jubilarse decidían lanzarse en un negocio de asesoramiento estratégico para otras empresas.
Hoy en día este título se ha puesto tan de moda que podemos encontrar consultores de empresa, estratégicos, de negocio, de Recursos Humanos, SAP, de Calidad, inmobiliarios, jurídicos, de marketing, de innovación…
Todo ello acabó desvirtuando el origen de la posición. Los recién titulados, sin experiencia, después de un postgrado, se empezaron a llamar consultores. De estos últimos se han llegado a oír críticas como: “Son alguien que aparecen sin que les llames, te dicen algo que ya sabes y no tienen ni idea de cómo es tu negocio, porque cuando va al redil a buscar una oveja, salen con el perro”.
Lo cierto es que se ha convertido en una profesión cada día más demandada. Es un profesional al que se le pide que sepa de todo y de una sola cosa a la vez, un profesional muy polivalente que debe estar dispuesto a vivir un año en Singapur y otro en Rio de Janeiro, depende de los proyectos que lleve a cabo.
Es una profesión cambiante y que va definiendo su porvenir con el paso de las décadas. Muchos piensan que tienen un papel fundamental dentro de la organización empresarial, exaltando las cuatro grandes consultoras internacionales a las que todo graduate MBA aplica nada más terminar: Bain & Company, McKinsey & Company, Boston Consulting Group o Monitor Deloitte.
El consultor vive de la información que le entrega su cliente y es el “artista” encargado de exprimirla y llegar a resolver problemas/ objetivos que se le plantean, escuchando pacientemente, objetivamente y con un valor añadido: generando alternativas. Sin duda, una profesión con mucho futuro. A continuación desvelamos unos consejos dados por los veteranos en la materia que todo consultor, de la rama que sea, debe aplicar en su día a día.
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