Auditores y consultores, en Grant Thornton son especialistas en negocio, tecnología e innovación y en asesoramiento fiscal, legal y financiero. Su presidente en España, Ramón Galcerán, nos da las claves para entender cómo van a evolucionar las empresas en un mundo poscoronavirus.
¿Qué balance hace de 2020?
Estos 12 últimos meses han puesto a prueba la resistencia de miles de empresas y han exigido decisiones valientes por parte de todos los agentes económicos de nuestro país. La tarea de recuperación exige nuevos compromisos, tesón y trabajo arduo. Sin embargo, cuando todo esto acabe y volvamos a una situación prepandemia, entre todos habremos conseguido construir empresas más resilientes. Todos los empresarios –sin excepción– hemos tenido que poner en marcha el que quizás haya sido el mayor plan de contingencias jamás desplegado para impulsar nuestras compañías. Este año de pandemia hemos entendido que hay que dotar a nuestras empresas de más autosuficiencia financiera, realizar las inversiones adecuadas para ajustarnos a los cambios y mantener las operaciones para seguir siendo competitivos.
¿Cuál es el estado de salud de las empresas españolas frente a la crisis actual?
Tras el shock de 2020, nuestras compañías han trabajado por asegurar su liquidez, pero los riesgos siguen ahí, en particular los relacionados con el aumento del endeudamiento y el descenso de los beneficios. Según nuestras investigaciones semestrales, la empresa española se sitúa en un índice de salud de -11,8 en una escala de -50 a 50. Esto nos posiciona en un ritmo de recuperación menor que el del resto de Europa, aunque hemos mejorado con respecto a hace un año. Además, hemos aumentado el porcentaje de empresas que esperan mejorar sus ingresos (38%) y sus beneficios (29%).
¿Cuál es el mayor reto al que se enfrentan las empresas españolas?
La recuperación depende de la situación de la que se partía antes. Es esencial que la empresa española se acostumbre a captar financiación con instrumentos no muy explorados hasta el momento. Hay fondos públicos y privados deseosos de invertir en los sectores con más dinamismo del país y el private equity va a ser un elemento muy destacable en los próximos años en el segmento medio de nuestro tejido empresarial.
El reto pasa por insuflar innovación en el quehacer diario de la empresa y saber extraer todo el potencial de las distintas generaciones que trabajan en una misma compañía. La digitalización es un factor de aceleración y democratización empresarial que no debe verse nunca como una barrera.
¿Cómo van a influir los fondos europeos y cómo deberían distribuirse para asegurar la recuperación económica?
En nuestros primeros trabajos con clientes que se han integrado ya en algún PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) detectamos que la clave del éxito pasa por una colaboración público-privada bien engrasada y por una simplificación de los procesos administrativos que nos permitan acceder a la máxima liquidez.
¿Qué medidas se deberían adoptar para garantizar la recuperación?
Creo que las medidas adecuadas pasan por impulsar de nuevo el multilateralismo tras una época de proteccionismo, no solo sanitario, sino también comercial que era incluso anterior al estallido de la pandemia. No olvidemos que el gigante asiático sigue esperándonos y, en este sentido, presiento que parte de nuestra recuperación pasará por reimpulsar un nuevo esquema provechoso de globalización, pero con condiciones.
¿Cuáles son, según usted, esas condiciones para el nuevo esquema global? ¿Sostenibilidad? ¿Diversidad? ¿Tecnología?
Una importancia mayúscula. Las condiciones a la globalización se resumen en asegurar que nuestras economías y empresas crezcan con un impacto adecuado de su actividad sobre el planeta. Ya estamos viendo cómo los grandes fondos e inversores internacionales basan sus nuevas estrategias en factores verdes. La tecnología impulsa nuestros negocios y una adecuada diversidad los hace más rentables. Son factores, sin embargo, que no van a afectar sólo a la gran empresa. Un 47% de los directivos de empresas medianas españolas intuye, según nuestros datos, que la sostenibilidad será un driver de negocio a tener en cuenta. Otro 38% no lo ve claro y considera incluso que puede perjudicar sus finanzas futuras. Esto se debe al desconocimiento que aún existe sobre este tema, por lo que es imprescindible entender cómo incorporar paulatinamente los esquemas no puramente financieros en la gestión habitual de la empresa española y sacar lo mejor de ellos.
¿Qué tendencias se han consolidado o acelerado con el covid?
Lo que hemos conseguido en el último año en avances digitales equivaldría a lo planteado para los siguientes cinco años. Por tanto, si el aprendizaje es que somos capaces de adaptarnos a un nivel de digitalización mayor en poco tiempo y que esa digitalización puede impulsar el desempeño global de nuestras empresas, entonces el camino a seguir está claro.
Antes ya se hablaba de experiencia de cliente, pero el covid nos ha traído un consumidor hiper-conectado que demanda empresas cada vez con mayor reputación, que reciben tanto como transmiten y que escuchan tanto como hablan.