El grupo de distribución Eroski ha encontrado un socio inversor para Caprabo. La cadena de supermercados catalana, vendida en 2007 al grupo vasco, pasará a tener un 50% del capital en manos del grupo checo EP Corporate Group (EPH) que englobará los negocios de Cataluña y Baleares.
EP Corporate Group (EPH) tiene su sede en Praga y es el hólding de inversión de Daniel Křetínský que, con una fortuna estimada de 4.000 millones de euros según los datos recopilados por Forbes, ostenta el tercer puesto de los más ricos de la República Checa.
Su principal activo es el holding, que se ha convertido en la tercera compañía energética de Europa Central que emplea a más de 25.000 personas. Pero no proviene de ahí toda su fortuna.
Křetínský posee además parte del periódico francés Le Monde, del minorista alemán Metro AG (en España Makro) y de las cadenas Foot Loker. En mayo de 2020 compró una participación del 5% en la empresa postal británica Royal Mail.
No solo eso. También posee una participación del 5% en la cadena de grandes almacenes estadounidense Macy’s y un 5,6% del grupo Casino, una de las mayores empresas de distribución del mundo, con más de 11.000 supermercados en Francia y Latinoamérica y una facturación de 35.000 millones de euros.
En su país, el magnate forma parte de lo que se conoce como la segunda generación de oligarcas checos. Allí, también es el presidente y copropietario (40%) del equipo de fútbol AC Sparta de Praga, uno de los más importantes de la República Checa.
Inicios
Se podría decir que Daniel se hizo millonario joven porque alcanzó rápido el éxito profesional como abogado corporativo del grupo financiero eslovaco J&T. Pero lo que le permitió alcanzar el olimpo de los multimillonarios fue la puesta en marcha de EPH, de la que primero fue director antes de convertirse en propietario.
Una operación clave para él fue la compra en 2013 del gasoducto Eustream en Eslovaquia, cuya misión es transportar gas ruso a Europa Occidental. Un golpe financiero muy bueno que le permitió ganar mucho dinero para seguir invirtiendo en el holding.
Interés en Francia e investigaciones
Llama la atención el interés que tiene el checo por el país vecino. Especialmente con sus medios de comunicación.
Cuando en 2018 el magnate anunció que había comprado participaciones en varias revistas del grupo Lagardère –entre ellas Elley Marianne– causo un gran impacto en la sociedad francesa, cuyos periodistas se pusieron rápidamente a investigarle.
Uno de ellos –muy crítico con el resto de investigaciones que se hicieron, que consideró superficiales– el redactor del medio francés Libération, Jérôme Lefilliâtre. El reportero decidió investigar a Daniel Kretinsky una vez se convirtió en accionista del diario Le Monde.
Para Jérôme era importante saber de dónde venía aquel que se estaba haciendo con parte de la prensa de Francia. De inmediato se cuestionó su relación con la Rusia de Vladimir Putin, algo que el de Libération considera “una especie de arrogancia francesa, pero también de ignorancia hacia la República Checa y Europa Central”, declaró en una entrevista con el medio francés Euro Créative.
Pro Unión Europea
En sus investigaciones Lefilliâtre determinó que, políticamente hablando, Daniel era un hombre cercano al partido liberal-conservador checo ODS y a Mirek Topolánek, antiguo Primer Ministro de este partido.
“Křetínský es un hombre de derechas, económicamente liberal pero probablemente menos conservador que las personalidades más antiguas de este bando político. Por otra parte, no pertenece al ala euroescéptica, muy pro-Putin, común en el ODS, encarnada todavía por el ex presidente Václav Klaus”, reveló al diario francés.
Por tanto, se podría decir que Křetínský es más bien pro Unión Europea, muy orientado hacia el mercado libre y común. Lo que no le impide tener reservas sobre el funcionamiento del bloque.
Europa, su tablero de ajedrez
En la entrevista, publicada en 2020, Lefilliâtre hace referencia al futuro de Daniel en Europa: “Está al acecho, quiere aprovechar la actual crisis económica para hacer avanzar a sus peones”.
Se refería a sus negocios en Francia, compañías de energía y medios de comunicación. Quizá lo que no se imaginaba, por aquel entonces, es que fuera a comprar también una cadena de supermercados en España.
